Como toda buena historia, todo comienza con un protagonista dispuesto a contar algo nuevo sobre él. Esto es lo que sucedió cuando en 1923 el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) adquirió al coleccionista Emili Cabot la tabla de San Jorge y la princesa (inv. 15868, 90 x 58,5 x 2,3 cm). Su singular belleza y calidad técnica le granjearon desde el principio gran notoriedad, máxime cuando fue atribuida a los pinceles del pintor Jaume Huguet (Valls, hacia 1412-Barcelona, 1492). Pronto se relacionaron con ella dos tablas que, conservadas en el Kaiser Friedich Museum, fueron destruidas durante el bombardeo de la capital alemana de 1945. En origen, debieron formar parte de un tríptico desmembrado seguramente en el siglo XIX.
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