Cada vez es más evidente que, para augurarse un próspero futuro, los grandes museos deben relacionarse necesariamente con el mundo privado, puesto que este siempre le ha reportado un gran beneficio. Buen ejemplo de ello lo tenemos en el ámbito americano, donde son habituales desde hace décadas los legados de obras capitales para la historia del arte por parte de sus propietarios. Pero para albergar estas joyas de la historia del arte como se merecen, también es necesario renovar las salas, los accesos, los sistemas de seguridad y un largo etcétera, de los edificios que las albergan. Estas intervenciones son igualmente costosas, así que cuando tenemos noticias como la que aparecía esta semana, creemos que deben darse a conocer. Y es que la National Gallery de Londres acaba
En ARS Magazine respetamos tu privacidad. Utilizamos cookies estrictamente necesarias para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web. Asimismo, utilizamos cookies opcionales con fines estadísticos y analíticos para personalizar tu experiencia de navegación y presentarte información acorde a tus preferencias. Tienes la opción de aceptarlas todas, de ajustar su configuración según tus preferencias o de rechazarlas. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Leer más