Casi 150.000 euros en Durán por el Zóbel de 1966
En la maratoniana cita del martes 28 de mayo, terminó adjudicándose por 120.000 euros tras una salida desde los 50.000
A estas alturas de la temporada, con las recientes ventas frescas aún en la cabeza, sólo quedaba por conocer cuál sería la cifra final que conseguiría en Durán el cuadro de Fernando Zóbel (1924-1984) porque todos sabíamos ya que subiría de precio, y no poco. Lo comentamos en nuestro artículo de previos (ver), porque la salida por 50.000 euros de Valencia IV, 1966 (O/L, 60 x 60 cm; lote 365), con el 66-7 por detrás, terminada en febrero de 1966, y dedicada el 22 de marzo “Para Fernando y María”, era una invitación a soñar. Regalo del pintor a su primo, había permanecido en la misma colección hasta ahora, lo cual siempre es un plus para el mercado que aprecia especialmente la frescura de la oferta.
Y así, no fue extraño en absoluto que subiera y subiera, que superara la barrera de los cien mil y se rematara en los 120.000 euros definitivos que, sumada la comisión de la sala con sus impuestos, el 22%, pasan a los 146.400 euros definitivos. No está nada mal para una obra de 60 x 60 cm, pintada en una época especialmente buscada por la calidad de su factura.
Quizá la sorpresa de alguno llegaría poco después, viendo cómo una pieza de 800 euros se disparaba a los 17.000 euros de remate. Quizá no sabían de la importancia de la alicantina Juana Francés, la única integrante del famoso grupo en la aventura conquense llamada El Paso, junto a los mucho más conocidos y sonados Millares, Saura, Rivera, Feito, Canogar, Suárez y Serrano, y los críticos Ayllón y Conde. Su Sin título, 1968 (Tm/L, 59 x 49 x 23 cm; 371), procedente de la galería Juana Mordó de Madrid, fue pujado una y otra vez, convirtiéndose así en su tercera mejor venta. La mejor, más de uno se acordará, se produjo en esta misma sala en enero de 2020, cuando el imponente y telúrico lienzo con La teula roja, 1960 (O/L, 195 x 170 cm), del que se conserva una fotografía de la autora trabajándolo en el suelo, que partía de 5.000 euros, se disparó a unos sorprendentes 60.000 euros de remate -en una licitación que hizo historia, por cierto (ver), pulverizando su anterior récord en junio de 2002, al adjudicar Sin título (O/L, sin medidas), en Retiro por 18.000 euros.
Pasando a cifras de andar por casa, el gouache de Eusebio Sempere, Otoño, c. 1965 (63 x 49 cm; 357), pasó de 6.000 a 7.000 euros. Y el linóleo de Pablo Picasso, Vallauris Toros, 1956 (162/200, 100 x 65 cm; lote 1), con el que comenzó la subasta, subió como se esperaba de unos extraños 500 euros a los más lógicos 5.500 de remate. En este sentido y acercándonos en el tiempo, creo que tampoco se sorprendió ningún coleccionista por los 15.000 euros ofrecidos, los pedidos, por Seco, 1984 (Tm/L, 73 x 92 cm; 356) de César Manrique, ni por los 5.000 euros por Manto, 2000 (90 x 75 cm; 366), una construcción en papel hecho a mano y pintado al óleo y encolado a tabla de Rafael Canogar.
Si retrocedemos, al mundo finisecular, debemos mencionar la esperada subida de 3.000 euros a los 6.500 finales del gouache sobre cartón Whatman board del canario Néstor: Boceto para el Poema del mar, La calma, c. 1920 (38 x 38 cm; 580), en la línea de sus ventas anteriores, pero a cierta distancia de sus obras más simbolistas.
Quizá la futura exposición prevista de Raimundo de Madrazo haya influido en el ánimo de los coleccionistas; o quizá algún coleccionista simplemente ha comprado calidad. El caso es que su Retrato de dama con collar de perlas, 1894 (O/L, 88 x 72 cm; 566), pasó de 10.000 a 12.000 euros. Algo similar sucedió con la pareja de lienzo del malagueño Antonio Reyna, Gran Canal y Palazzo Ducale (O/L, 35 x 75 cm; 661), que subió de 8.000 a 12.000 euros.
Sólo queda mencionar la subida de 12.000 a 14.000 euros del lienzo de Apolo coronando al emperador de Roma (O/L, 90 x 114 cm; 669), de Escuela francesa del siglo XVII. Y por supuesto la gran venta de grabados, más de trescientos lotes que fueron subiendo lentamente sus precios y que alcanzan una cifra bastante notable, baja la paciente -y a veces divertida- supervisión del subastador… Daniel Díaz @Invertirenarte
