Durán, una subasta que hace historia

Durán, una subasta que hace historia

Triunfa con tres nuevos records mundiales, tres piezas por encima de los cien mil euros, siete por encima de los cincuenta mil y un largo etcétera de remates asombrosos


 

Jornada histórica la vivida ayer en Durán, que quedará en los anales de su particular trayectoria de más de cincuenta años. Se esperaban buenas ventas, como ya adelantamos en nuestro artículo de previos (ver), pero como hacía años que se veía nada igual, así que vayamos por partes, diseccionando y analizando lentamente porque hay cosas que el sentido común no alcanza a entender.

La pieza más destaca no fue, como parecía previsible, ni el lienzo de 1970 de Fernando Zóbel ni la gravitación de Eduardo Chillida, sino que, ante el asombro de todos los asistentes, fue un trabajo de 1982 de Manuel Hernández Mompó: Casa abierta en el campo, 1982 (O/L, 200 x 150 cm; lote 132). Con sello de la galería Joan Prats al dorso y publicado en el catálogo de Carlos Pérez e Inés Vallejo (vol. II, pág. 465), se ofrecía por 35.000 euros, un precio atractivo; pero, claro, nadie imaginaba que por ese lienzo, por muy decorativo que sea, que lo es, una coleccionista en la sala ofreciese hasta los 150.000 euros, una cifra nunca antes vista en subasta; es más, pulveriza su mejor venta anterior, en septiembre de 2009, cuando Mercado, 1962 (O/L, 162 x 130 cm) se adjudicó en Segre por 70.000 euros. En ese sentido, aquí tenemos el primero de los records de ayer.

Los dos remates. El ambiente estaba ya caldeado con la inesperada subida, de 3.000 a 13.000 euros, de Bodegón, 1948 (O/L, 61 x 76 cm; 99), un lienzo de Ismael González de la Serna. Y Fernando Zóbel incendió ya el ambiente; La calle estrecha II, 1970 (O/L, 82 x 100 cm; 123) tenía buen tamaño, era atractivo y estaba en perfecto estado de conservación gracias a un cristal que lo protegía incluso de la posible suciedad del ambiente. De nuevo, la salida por 45.000 euros era atractiva, pero se enzarzaron un  coleccionista el teléfono y la misma en la sala y fueron subiendo sus pujas hasta unos asombrosos 130.000 euros finales. Algo semejante sucedió con la Gravitación, 1996 (tinta sobre papeles Eskulan superpuestos, 49,5 x 46,5 cm; 123) de Eduardo Chillida, que partía de los 35.000 euros. Los que llevamos tiempo en el mercado sabemos que últimamente escasean las gravitaciones del vasco y ésta no sólo tenía buen tamaño y era bonita sino que el precio era bajo para lo que se suelen pagar. Así, no fue extraño que subiera poco a poco, hasta adjudicarse por 140.000 euros, cifra ligeramente por encima de las expectativas de muchos de nosotros. La compradora: otra coleccionista en la sala.

Si quitamos una cifra a los remates, los más destacados fueron los de los dos papeles de Antoni Tàpies. Sencillos trabajos, Somier sobre papel, 1973 (dibujo sobre papel, 185 x 105 cm; 164) y un mucho más vibrante y atractivo Arco y trazos, 1973 (dibujo sobre papel, 104 x 210 cm; 165), procedían de la galería Maeght de París y de Nieves Fernández, de Madrid (el segundo, además, fue de la colección personal de M. y Mme. Adrien Maeght). Publicados ambos en el Agustí (nº 2713 y 2615), se ofrecían por 15.000 y 25.000 euros, respectivamente. Y antes el asombro de la sala, salieron como pujados ya en la mesa, por una puja previa por escrito, por 80.000 y 90.000 euros. Y en esas cifras se remataron, precios muy fuertes ya si tenemos en cuenta que no había color y que el trabajo era simplemente con carboncillo.

Creo que a nadie sorprendieron, por entrar dentro de la lógica, las siguientes ventas. La de la arpillera de Manolo Valdés, La balsa de la Medusa, 1987 (146 x 116 cm; 162), que subió de 60.000 a 70.000 euros, y se lo adjudicó un coleccionista al teléfono, primero. Y el gran óleo y collages de Rafael Canogar, Tríptico, 1977 (162 x 390 cm; 163), que subió también de 35.000 a 60.000 euros, adjudicado también a un coleccionista que pujaba por teléfono.

Y aquí llegan dos nuevas sorpresas. La primera, la de la alicantina Juana Francés. Su remate más caro había sido de 18.000 euros en junio de 2002, cuando Retiro adjudicó Sin título (O/L, sin medidas). El imponente y telúrico lienzo con La teula roja, 1960 (O/L, 195 x 170 cm; 172), del que se conserva una fotografía de la autora trabajándolo en el suelo, partía de 5.000 euros, precio atractivo. Pero nadie nunca jamás podía imaginar que subiría a los 60.000 euros, ofrecidos por la misma coleccionista (¡que me encantaría conocer!) que ya había comprados dos. De nuevo, récord mundial.

Pero más increíble aún, lo nunca visto en mi vida –y he visto varios cientos de subastas, aquí y fuera de España-, fueron los 60.000 impensables euros ofrecidos por un teléfono por un magistral y maravilloso grabado al aguafuerte, aguatinta y con collage, pero grabado al fin y al cabo, de Antoni Tàpies: Cara i mans sobre negre (9/30, 196 x 196 cm; 175). Puedo llegar a entenderlos si se trata de un monotipo o incluso de un grabado retocado a mano y con añadidos posteriores, pero por la catalogación no parece que se trate de uno de estos casos. De nuevo, récord mundial.

Perdonen que me detenga en estas nimiedades, pero creo que sólo así se van haciendo cargo de lo sucedido y vivido ayer.

Abreviando mucho, por los 22.500 euros pedidos se adjudicó la escultura de mármol de Antonio López, Mujer de Almanzora, 2016 (7/20, 26 x 28 x 16 cm; 537), mientras la de Jorge Oteiza, Caja abierta (1958-1978) (acero patinado en negro, 21/30, 23 x 28 x 22 cm; 538), por la que se pedían 17.000 euros, quedaba desierta; una pena.

12.000 euros ofreció un coleccionista al teléfono por las Sillas en Villa Mundi, 1984 (A/L, 140 x 162 cm; 168), de Eduardo Úrculo, que partió desde los 8.000 euros. Y desde unos extraños 1.500 euros subió a 11.000 un magnífico Chatarra, 1961 (Tm/T, 61,5 x 50 cm; 147) de Gustavo Torner, emulando los 16.000 euros pagados en Segre en febrero pasado por un similar Amarillos sobre grises, con violeta, 1963 (Tm/T, 90 x 63 cm; ver).

Termino con dos referencias más. La primera, la buena venta de la colección de trece diseños sobre papel realizados en 1983 por Antonio Saura para 1984 la novela de George Orwell; el primero, 133, se adjudicó por 4.500 euros, el 139 por 4.7500 euros, y el 145 por 5.000 euros; el resto entre 3.000 y 4.000 excepto el 137 por 2.250 y el 136 por 2.750 euros. En total, 47.250 euros. Y debemos citar también la esperada subida de la acuarela de Juan Genovés, Sin título, 2003 (50 x 34 cm; 157), de 2.000 a 6.500 euros.

La segunda y última, que podría parecer que es poco importante, y nada más lejos. Los 55.000 euros en que se adjudicó la tabla de Joaquín Sorolla, Puerto de Nápoles, 1886 (O/T, 17,5 x 35,6 cm; 89), ligeramente por encima de los 50.000 pedidos. Pues eso, grandes ventas, unos remates que dejan a más de uno atónito, pero ventas al fin y al cabo. Una jornada histórica. Daniel Díaz @Invertirenarte

Manuel Hdez. Mompó. Casa abierta en el campo, 1982. Salida: 35.000 euros. Remate: 150.000 euros
Antoni Tàpies. Somier sobre papel, 1973. Salida: 15.000 euros. Remate: 80.000 euros
Rafael Canogar. Tríptico, 1977. Salida: 35.000 euros. Remate: 60.000 euros
Antonio López. Mujer de Almanzora, 2016. Salida y remate: 22.500 euros
Eduardo Chillida. Gravitación, 1996. Salida: 35.00 euros. Remate: 140.000 euros
Antoni Tàpies. Arco y trazos, 1973. Salida: 25.000 euros. Remate: 90.000 euros
Juana Francés. La teula roja, 1960. Salida: 5.000 euros. Remate: 60.000 euros
Gustavo Torner. Chatarra, 1961. Salida: 1.500 euros. Remate: 11.000 euros
Fernando Zóbel. La calle estrecha II, 1970. Salida: 45.000 euros. Remate: 130.000 euros
Manolo Valdés. La balsa de la Medusa, 1987. Salida: 60.000 euros. Remate: 70.000 euros
Antoni Tàpies. Cara i mans sobre negre. Salida: 6.000 euros. Remate: 60.000 euros
Joaquín Sorolla. Puerto de Nápoles, 1886. Salida: 50.000 euros. Remate: 55.000 euros