Benjamín Palencia en Durán
Además, en la cita del 23 de noviembre hay obras de calidad de Broto, Zuloaga o Miura a precio rebajado
Noviembre es casi siempre un mes de transición. Es más, la mayor parte de las salas, anulando su cita de noviembre, preparan con un tiempo y esfuerzo supletorio su cita en diciembre, sabedores del interés comercial que tiene en sí misma.
En Durán me parece interesante la propuesta de un lienzo relativamente temprano de Benjamín Palencia (1900-1980). Se trata de Vista de Granada o bodegón en la ventana (O/T/cartón, 73 x 54 cm; lote 276), realizado hacia 1930. Con la aquiescencia dada por el especialista Ramón Palencia, se puede solicitar el certificado de autenticidad a los Archivos del pintor. Firmada y dedicada, esta tabla es un paso más allá de su puntura dominada por los azules claros, de recuerdo quasi simbolista, en beneficio de su interés por el objeto puro, más dibujado, de contorno preciso, y un cierto aclaramiento de la paleta. Estamos aún en un momento de búsqueda, que continuará primero con un acercamiento muy personal y creativo al espacio y los objetos surrealistas, primero, para terminar de vincularse definitivamente con el paisaje del natural, en lo que dio lugar a la Escuela de Vallecas.
No es, por tanto, una pieza dirigida al coleccionista que busca algo típico de Palencia, sino más bien al que ya tiene ese lienzo y busca ampliar, añadir o completar su colección con una pieza que muestra a las claras la calidad del maestro. Ofrecida por 15.000 euros, el propietario ha rebajado su pretensión de hace unos meses, cuando salió a pujas en Ansorena en mayo de 2021 por 18.000 euros; por cierto que poco después, en septiembre del pasado año, por esa misma cifra se adjudicaba en esa sala su Bodegón, 1946 (O/L, 56 x 69 cm).
Indudablemente, las rebajas en el mercado no es lo mejor, pero para determinados perfiles de coleccionistas son especialmente interesantes, indudablemente. Y así, debemos mencionar el gran lienzo de José Manuel Broto, Sin título, 1985 (Tm/L, 195 x 270 cm; 335), una dimensión que casi siempre es complicada en el mercado secundario. Procedente de la galería Maeght de Barcelona, Luis Adelantado de Valencia y Miguel Marcos de Zaragoza, muestran un cierto peregrinaje; y los 13.000 euros pedidos ahora son más atractivos que los 17.000 de julio de 2020, pero también hablan de la dificultad del autor en estos últimos años, a pesar de su conocida calidad. No en vano, La otra montaña, 1984 (O/L, 202 x 242 cm), más luminosa y colorista, se adjudicó en octubre en Fernando Durán por apenas 12.000 euros… (ver)
Algo similar sucede con Mitsuo Miura y su 120º en la Playa de los Genoveses, 1989, una delicada instalación (como toda su producción) compuesta por seis paneles construidos en metacrilato sobre madera y pintura acrílica (61 x 61 cm cada panel, que hace un total de 61 x 366 cm; lote 306). Expuesta en la muestra Before and after the enthusiasm 1972-1992, en la Contemporary art foundation de Ámsterdam en 1992, se piden apenas 4.000 euros (en abril pasado, 5.000 euros; ver). Una oportunidad que lamentablemente pocos saben apreciar. Acabamos esta sección mencionando otro gran lienzo, de 180 x 260 cm para ser exactos, titulado El perdón de los pecados, 1987 (lote 329) de El Hortelano; perteneciente a su serie del mismo nombre, estuvo presente en su sexta exposición individual, en la galería Moriarty de Madrid, poco antes de su viaje a Nueva York con la beca del Comité Hispano Americano, se piden 9.000 euros.
En la pintura del fin de siglo, sobresale el lienzo de Ignacio Zuloaga, el Retrato de Don Basilio Iraizoz, cura párroco de Igueldo, 1936/7 (O/L, 105 x 85 cm; 108). Ofrecido en diciembre pasado por 45.000 euros (ver), a cierta distancia de los 37.500 actuales, escribimos en ese momento un breve texto de Lafuente Ferrari sobre esta obra (‘Los retratos de Zuloaga’, en la revista Príncipe de Viana): “la energía de la caracterización, la técnica desenvuelta y la desenfadada manera de hacer destacar cuerpo y rostro sobre un fondo de nubes borrascosas con horizonte bajo, está entre lo más enérgico que produjo el pintor en sus últimos años”. Y también en esa subasta se ofreció el óleo Mari Tere (O/L, 62 x 75 cm; 109), de Valentín de Zubiaurre; expuesto en el Real Círculo Artístico de Barcelona, en 1949 (con etiqueta al dorso), ha bajado de 15.000 euros (ver) a 8.500 euros.
Terminamos con el mundo decimonónico catalán, donde destacaron tanto Francisco Miralles como Josep Cusachs. Del primero, me parece especialmente interesante su lienzo París: un día en la Avenue Foch (O/L, 31,5 x 40,5 cm; 80), con su costumbrismo realizado con su típica pincelada, por 5.000 euros. Y del segundo, un pequeño Soldado a caballo (O/L, 41 x 33 cm; 93), sin mayor trascendencia, la verdad, por el que se piden 5.000 euros. Un ejemplo más del paso del tiempo y del cambio del gusto. Daniel Díaz @Invertirenarte
