El retrato de un importante platero, por Francisco Bayeu, en Ansorena
En la cita del 16 de mayo sobresalen, además, una pieza de Darío de Regoyos y otra de Jaume Plensa
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Hay veces que resumir todo lo que ofrece una subasta es más sencillo, bien porque aparezca una pieza soberbia, bien porque el nivel es muy desigual, bien porque… En el caso de la cita del mes de mayo en Ansorena, dado el alto nivel de unas cuantas obras interesantes, resumirla en apenas un folio, y destacar dos o tres piezas, de una subasta con casi quinientos lotes de pintura es mucho más complejo.
Me parece que la más interesante es el buen Retrato del platero Antonio Martínez (Huesca, 1750 – Madrid, 1798) (O/L, 88 x 69 cm; lote 126), pintado cuando debía tener unos treinta años, hacia 1778/80 por tanto, por el aragonés Francisco Bayeu (1734-1795). Antonio Martínez, fundador de la Real Escuela y Fábrica de Platería, fue el platero más importante del siglo XVIII y uno de los más destacados de la historia de la platería española.
Dado a conocer y atribuido a Bayeu por el historiador Julio Cavestany en 1923 (ver “La Real Fábrica de Platería”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, tomo XXI, 1923, Madrid, págs. 284-295, repr.), cuando era propiedad aún de la bisnieta del platero, Saleta Cabrero Martínez, debió venderse poco después, quizá con motivo de la guerra civil, pues hacia 1940 aparece en la colección de la Sra. Van der Brule. Cercano a los retratos del magistral Antonio Mengs, y con una alta calidad como debía corresponder a un retratado de su posición –no hay más que contemplar el rostro y su expresión, y los detalles de la casaca-, comenzará las pujas desde los 80.000 euros, a amplia distancia de sus cifras más habituales. Y dada la importancia del personaje, no me parecería extraño que intentase comprarlo el Estado.
Ya sabemos que Bayeu es especialmente buscado por composiciones mitológicas –La adoración de los Magos y La de los pastores (O/L, 43,3 x 54,2 cm), vendidas en Sotheby’s Londres en diciembre de 2010 por nada menos que 337,250 GBP (403.080 euros), lejos de la estimación de apenas 60.000-80,000 GBP (ver), marcaron verdaderamente un hito-, pero debemos recordar otras dos muy importantes ventas obtenidas por sendos retratos. La primera, su mejor venta hasta el momento: el Retrato de Feliciana Bayeu, hija del pintor (O/L, 58 x 39 cm; ver), que alcanzó en octubre de 2007, antes de la crisis, la asombrosa cifra de 760.250 euros. A distancia, pero nada despreciable, se sitúa el retrato de La niña María Teresa del Castillo sosteniendo con sus manos un perrito y una rosquilla, hacia 1768-1770 (O/L, 116 x 88 cm; ver), vendido en Alcalá Subastas en octubre de 2014 por el precio pedido, 125.000 euros.
En la pintura antigua, vean también con detenimiento el muy buen retrato de Luis I, Príncipe de Asturias (O/L, 84 x 67 cm; 125), del francés Michel Ange Houasse; expuesto en la muestra España en su historia, 1475-1931 (Fundación Institucional Española, Centro Cultural de la Villa de Madrid, junio – julio de 1982), se ofrece por apenas 15.000 euros, que deberían subir sin ninguna duda. Y de Corrado Giaquinto, Entrega de las llaves a san Pedro (O/L, 135,5 x 100 cm; 122), un lienzo inédito de calidad, por 8.000 euros. Y dos más, pues merecen la pena: Inmaculada (O/L, 145 x 104 cm; 124), de Juan Sánchez Cotán, por 10.000 euros, y El nacimiento de la Virgen (O/T, 97 x 100 cm; 123), del Maestro del Grifo, pintor aún desconocido vinculado indudablemente al taller de Yáñez de la Almedina, por 12.000 euros. Oportunidades, sin duda.
Pasamos página, hasta el siglo XX. En 1907 Darío de Regoyos padeció una bronquitis en San Sebastián, que le obligó a trasladarse a una localidad fuera de la costa, Durango. Pintó el pueblo desde distintas perspectivas, pero sólo pintó una obra desde su nuevo piso: Durango. El tranvía de Bilbao (O/L, 41 x 33 cm; 358), interesado en dejar constancia de la novedad del tren eléctrico, que es la que se ofrece por 34.000 euros, publicada ya en el catálogo razonado de Juan San Nicolás (Fundación Azcona, 2004, pág. 401, nº 545). En este sentido, recordemos que Plaza granadina, 1905 subió en esta sala de 32.000 a 75.000 euros, en noviembre de 2017 (ver), y que en enero pasado su lienzo pegado a táblex, Environs de Madrid, se adjudicó por los 10.000 euros pedidos (ver).
Y avanzamos a la modernidad. Especialmente interesante para los coleccionistas me parece la escultura en hierro de Jaume Plensa, La Dona d’Amic, 1982 (212 x 61 x 15 cm; 841). Es cierto que fue realizada con menos de treinta años y que no tiene el lenguaje que actualmente le es característico, pero es obra de calidad, tamaño y fuerza que se regala por 20.000 euros, porque la mayor parte de los coleccionistas sólo quieren piezas características…
Acabamos señalando otras dos: una acuarela con grafito del todopoderoso colombiano Fernando Botero, Woman, 2002 (37,2 x 31,1 cm; 189), por nada menos que 34.000 euros, y un lienzo de Eduardo Arroyo, Dos anónimos observan un cuadro de Fernando Leger, 2006 (O/L, 75 x 116 cm; 188), por 25.000 euros. Pero no se pierdan el lienzo de Barjola (193), la buena acuarela de Ramón Gaya (294), o el pastel de Xaime Quesada (451). Hay unas cuantas oportunidades. Daniel Díaz @Invertirenarte
