El Museo del Prado ‘desembarca’ en China
El Museo de Arte de Pudong en Shanghai acoge desde ayer y hasta el 1 de septiembre la exposición Ages of Splendor. A History of Spain in the Museo del Prado (Tiempos de esplendor. Historia de España en el Museo del Prado), coorganizada por ambos museos, que incluye 73 obras de muchos de los grandes maestros del Prado: El Greco, Tiziano, Sofonisba Anguissola, Clara Peeters, Rubens, Velázquez, Zurbarán, Murillo, Goya, Fortuny y Sorolla, que abarcan un período temporal que va desde el siglo XVI hasta comienzos del XX.
Aunque esta ambiciosa exposición no es la primera selección de obras del Museo Nacional del Prado, sí es la que reúne mayor número de obras, lo que permite mostrar la excelencia y singularidad de sus colecciones y su interacción con las diferentes culturas asiáticas, sobre todo de China.
Producida por Shanghái Lujiazui Development (Group) Company Limited, cuenta con el apoyo de la Embajada de España en China, la Biblioteca Miguel de Cervantes de Shanghai y Turespaña, Ages of Splendor. A History of Spain (Tiempos de esplendor. Historia de España en el Museo del Prado), donde miles de visitantes van a poder disfrutar durante más de cuatro meses de un conjunto muy significativo de pintura de nuestro primer museo, que sintetiza muy bien una parte muy relevante de su colección.
En total son 73 obras, 69 pinturas, tres obras sobre papel y el préstamo de la Mona Lisa, en una sección especial que se denomina In Focus, que va a acercar la historia del cuadro desde el siglo XVIII, cuando se encontraba en las Colecciones Reales, hasta su restauración en 2011. En dicha selección también pueden verse tres grecos, cuatro velázquez, seis rubens y ocho goyas, así como composiciones de Sofonisba Anguissola y Clara Peeeters, entre otros.
El recorrido de la muestra se estructura en torno a diferentes relatos y las obras se distribuyen en 11 salas, con el objetivo de acercar a los visitantes la evolución social, política y artística de España durante más de cuatro siglos, desde el reinado de Carlos V hasta comienzos del siglo XX durante una época relevante de la Restauración. En ese afán didáctico se han incluido géneros como la mitología, el bodegón, la pintura religiosa, el retrato o el desnudo, que viene a evocar la Sala Reservada que existió en el Museo del Prado durante sus primeras épocas de andadura como museo.
Del siglo XVI hay ocho pinturas, entre las que destacan la Mona Lisa, datada por 1507-1516, un óleo sobre tabla del taller de Leonardo da Vinci, que se exhibe junto un dibujo de Juan Antonio del Canto, de finales del XVIII y dos fotografías de 1871 y 1915, que ayudan a comprender mejor esta obra. Y además El cambista y su mujer (1539) de Marinus van Reymeswaele; Venus recreándose con el Amor y la Música (ca. 1555) de Tiziano; un retrato de Juan Sánchez Cotán, Brígida del Río, la Barbuda de Peñaranda (1590); Isabel de Valois sosteniendo un retrato de Felipe II (1561-1565), un óleo de Sofonisba Anguissola; un par de tablas de Juan de Flandes; el Sacrificio de Isaac de Veronés; y Las tentaciones de san Antonio Abad de un seguidor de El Bosco, datado hacia 1550-1560.
El siglo XVII, núcleo central de la selección de pinturas, es uno de los mejor representados con más de una treintena de óleos de maestros como El Greco, con ese Retrato de un caballero joven (1600-1605) y Cristo abrazado a la cruz (1602); cuatro composiciones de Velázquez con ese retrato de Felipe IV, cazador (1632-1634), La fuente de los Tritones en el Jardín de la Isla de Aranjuez (1657) y sus entrañables Enano con un perro (ca.1645) y El bufón Calabacillas (1635-1639); la versatilidad de Rubens y su taller en Mercurio (1636-1638), Fortuna (1636-1638), Diana Cazadora (1617-1620) o El rapto de Hipadamia (1636-1637); un par de zurbaranes; Murillo, Ribera, Jacques Jordaens, por citar lo más relevante.
Y del siglo XVIII y XIX con algún ejemplo del XX, de la mano de Sorolla y un paisaje de Beruete, cabe resaltar ocho obras de Francisco de Goya: Carlos IV (ca.1789), El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga (ca.1802), El quitasol (1777), el retrato de Francisco de Bayeu (1795) y escenas como La ermita de San Isidro el día de la fiesta, La novillada (1780) o esos muchachos cogiendo fruta (1778).
Y además óleos de Jean Ranc como La familia de Felipe V (ca.1723); el retrato de Amalia de Sajonia (ca. 1761) de José del Castillo y Anton Rafael Mengs; un óleo de Antonio Carnicero; el retrato de Sabina Seuphan Spalding que le hizo Federico de Madrazo en 1846; dos composiciones de Lucas Velázquez; el Desnudo en la playa de Portici (1874) de Mariano Fortuny; y la luz que emana de la Desembocadura del Bidasoa (1872), que captó con su paleta Martín Rico.