De nuevo, lo filipino gana la partida en Segre

De nuevo, lo filipino gana la partida en Segre

Dos paisajes de Marawi, de un apenas conocido José Taviel de Andrade, subieron ayer a 32.000 euros


 

La potencia económica filipina se impuso de nuevo a nuestra pequeña economía, doméstica casi. En nuestro artículo de previos de la pasada semana (ver), comentamos que los dos lotes de piezas filipinas que ofrecía Segre podrían ser “más interesantes al mercado”. Llovía sobre mojado, como quien dice, pues ya hemos comprobado que esta sala vende con facilidad este tipo de obras, y no es extraño que alcancen precios altos, como sucedió por poner un ejemplo llamativo con el lienzo ovalado de Félix Resurrección Hidalgo vendido por 1.150.000 euros en octubre pasado (ver). Y lo que se preveía, se cumplió finalmente.

Las dos tablas con Vista del puente Alfonso XIII sobre el río Agus, Marawi, 1896 y Vista del Fuerte Nuevo de Marawi, 1896 (O/T, 32,5 x 32,3 cm; lote 132) del militar español José Taviel de Andrade, a pesar de no tener una gran calidad, subieron de los 8.000 euros iniciales hasta unos previsibles, como quien dice, 32.000 euros finales. Dos coleccionistas filipinos en sala pujaron alternando sus ofertas; el habitual en los últimos tiempos y uno nuevo, que se llevó el gato al agua. “El hecho de representar unas vistas históricas” hizo atractivo el conjunto; y como cuando del mundo filipino se trata, sucedió lo que se esperaba, aunque con una cifra que a la postre ha sido la más alta de la licitación, pero que son peccata minuta para esos coleccionistas… Menor interés presentaba el Fray Juan Pérez de Santa Lucía evangelizando a los Aetas (O/L, 113,5 x 85 cm; 131), de Escuela filipina del siglo XIX, y por eso mismo apenas pasó de 5.000 a 5.500 euros.

Mencionada la venta filipina, pasemos ahora a las más importantes de las hispanas, centradas más bien en el siglo XX. Tuvo especial fuerza la subida de los 16.000 euros del inicio hasta los 24.000 finales del cartón de Antoni Tàpies, Sin título, 1970 (36 x 65 cm; 209) a base de pintura, lápiz graso y collage. Con certificado de la Fundación (T-9920), se percibe el interés por este tipo de piezas, menores como quien dice, pero siempre que partan de un precio atractivo –lo cual casi nunca es fácil porque tendemos a pensar que casi todo lo suyo vale mucho-, y tengan, claro, cierto tamaño, color y elementos característicos.

Sinceramente, me llevé una grata alegría cuando el Estado ejerció su derecho y se hizo con el conjunto de Cartas de Antonio Saura a José Ayllón, 1954 a 1980 (lote 210) por los apenas 3.000 euros pedidos. Lógica fue la subida del bronce pulido de Martín Chirino, Sin título (Serie Lady), c. 1970 (13 x 22 x 15 cm; 218), ejemplar 15/60, de 2.900 a 5.000 euros. Y un tanto escasa me pareció la cantidad pagada por Algo italiano, 1966 (óleo y collage de elementos de madera sobre tabla, 137 x 99 cm; 211), de Gerardo Rueda, los 4.200 euros de la salida.

Y para cerrar este apartado de contemporáneo, mencionemos dos interesantes ventas por los precios pedidos: la pintura sobre madera Sin título (21 x 20 x 7 cm; 250), de Alejandro Obregón, por 9.500 euros, de la colección de Pepe Dominguín, y 8.000 por Los problemas del minigolf en la pintura europea nº 6 (O/L, 175 x 140 cm; 234), del alemán Werner Büttner. Y una tercera: si en mayo pasado, se pagaron 10.000 euros por la Andrómeda (1929), 1991 (serigrafía con sello del Estate, 156/175, 113 x 77,5 cm; ver), de Tamara de Lempicka, esta vez su Femme Bleu a la guitare (1929), 1991 (serigrafía con sello del Estate, 189/195, 112,3 x 73,5 cm; ver), que pasó de 5.800 a 7.000 euros.

El mercado dio pruebas evidentes del interés por la pequeña tablita de 1942 de Ángel Planells y del lienzo de 1944 de Ginés Parra. Un sueño de Ángel Planells (44 x 36,5 cm; 194), con evidentes ecos dalinianos en casi cada centímetro del óleo, procedente de la galería Multitud donde estuvo expuesto en 1975 en la muestra del “Surrealismo en España”, subió en buena lógica de los sorprendentes apenas 700 euros de su salida hasta unos más lógicos 5.500 euros. Del almeriense Ginés Parra, su expuesto y bibliografiado lienzo Composición (73 x 100 cm; 196), pasó también de 6.000 a 7.500 euros, un precio razonable dada su calidad.

Y para terminar, debemos citar la venta por los 15.000 euros pedidos de la Iglesia de Santiago. Albarracín (O/T, 26 x 34 cm; 168) de Darío de Regoyos, pintada en el viaje que hizo el pintor a finales de 1891 a Zaragoza, Albarracín y Teruel, según el especialista Juan San Nicolás; ofrecida en febrero pasado por 19.000 euros, el ajuste a la baja produjo su efecto. La del gouache sobre papel del canario Néstor: Colombina, Arlequín y Polichinela, 1927 (35 x 37 cm; 162), firmado y fechado el ocho de agosto. Según cuenta Daniel Montesdeoca, “en agosto de 1927 se encontraba en Las Palmas de Gran Canaria rematando el encargo de Antonia Mercé para Fandango de Candil y otras escenografías para su compañía, los Ballets Españoles“. Y dado su interés, subió de 2.000 a 7.500 euros. Y, por último, la subida de 5.000 a 6.000 euros del dibujo Martirio de san Zoilo, c. 1650/55 (pluma gruesa de caña, tinta parda y retoques de sanguina sobre papel verjurado, 30 x 21 cm; 24), del seguidor de Antonio del Castillo. Daniel Díaz @Invertirenarte

José Taviel de Andrade. Vista del puente Alfonso XIII sobre el río Agus, Marawi, y Vista del Fuerte Nuevo de Marawi, 1896. Salida: 8.000 euros. Remate: 32.000 euros
Ángel Planells. Un sueño de Ángel Planells, 1942. Salida: 700 euros. Remate: 5.500 euros
Antoni Tàpies. Sin título, 1970. Salida: 16.000 euros. Remate: 24.000 euros
Ginés Parra. Composición, 1944. Salida: 6.000 euros. Remate: 7.500 euros
Alejandro Obregón. Sin título. Salida y remate: 9.500 euros
Darío de Regoyos. Iglesia de Santiago. Albarracín, 1891. Salida y remate: 15.000 euros