Un coleccionista paga en Ansorena 75.000 euros por los retratos de Fernando VII y Luis I
Junto a estos lienzos, destacó en la cita de los días 26 y 27 de enero la subida de un tapado italiano de 4.000 a 19.000 euros
En la primera cita del año, en Ansorena, tras la gran nevada que terminó retrasando la cita una semana, no hubo finalmente grandes sorpresas aparte de las habituales ventas diseminadas que terminan haciendo una importante suma final, que asciende a algo más de menos de 500.000 euros para la sección de pintura.
Sí llamaron la atención tres cosas, puntuales pero interesantes.
La primera: un coleccionista en la sala que pujó y terminó comprando los dos retratos reales que se ofrecían, de los que habíamos hablado en nuestro artículo de previos (ver). El primero, el de Fernando VII como Príncipe de Asturias, c. 1791 (O/L, 129 x 91 cm; 148) de Antonio Carnicero, según la atribución en el certificado de Enrique Valdivieso; por 36.000 euros se ofrecía y en ese precio se le adjudicó, al no haber más interesados. El segundo, el de Luis I, Príncipe de Asturias (1707-1724) (O/L, 84 x 67 cm; 152), atribuido por la sala al francés Michel Ange Houasse; en este caso, sí hubo un interés muy superior pues la salida por apenas 9.000 euros era atractiva; al final, tras las pujas de varios coleccionistas, se adjudicó por 26.000 euros, una cifra ya de cierta importancia. Recordemos, en este sentido, que había salido ya a pujas en mayo de 2019 por 15.000 euros y no había encontrado comprador (ver). Las segundas oportunidades…
La segunda, el tapado. Con cierta frecuencia se repiten en las subastas, españolas o no, este tipo de situaciones: una pieza que apunta en su catalogación, mejor o peor según los casos, pero se queda muy corta en la estimación. Y algunos avezados coleccionistas, sabiendo qué es o qué puede ser, pagan mucho más. Sucedió ayer con una Magdalena penitente (O/L, 74 x 64 cm; 524; ver), de Escuela italiana del siglo XVII, que se ofreció por 4.000 y subió hasta los 19.000 euros, con etiqueta de la Junta de Incautación con número de inventario 8612 y procedente de Toledo. Y poco después con un Misterio de Escuela colonial del siglo XVIII, que pasó de 500 a 55.000 euros (ver); de él habla en su artículo nuestro compañero @Fritztheartguy (ver).
Por terminar la sección de maestros antiguos, destacó la venta de la pareja de cobres, Paisaje con caída de Ícaro y Paisaje con Zeus matando a Salmoneo (O/cobre, 40 x 51,5 cm; 147), atribuidos a Matthijs Bril, de 14.500 a 15.500 euros; del Círculo de Jan van Kessel I, Alegoría de la primavera (O/L, 62 x 54 cm; 144), atribuida antiguamente al propio Jan van Kessel y en otra ocasión a Cornelis Schut, pasó de 7.000 a 11.000 euros; y de Gerritsz Quirin Brekelenkham, su Retrato de anciana (O/T, 28,5 x 22 cm; 135), subió de 4.500 a 9.500 euros, como se esperaba.
Avancemos a la siguiente sección, la finisecular del siglo XIX, con los distintos regionalismos más o menos retardatarios, y los alargados flecos de las vanguardias históricas del siglo XX. En el primer apartado, brilló de nuevo Ulpiano Checa, cuyo Rapto de las Sabinas (O/L, 81 x 130 cm; 746), se adjudicó por 24.000 euros, una puja por encima de los 22.000 euros pedidos de inicio (el tercero de los hechos que llamaba la atención). Parece que la sala ha encontrado un buen comprador de obra de su mano, pues en noviembre pasado adjudicó por 40.000 euros su wagneriano Rapto de Proserpina (O/L, 165 x 101 cm; ver).
En un ambiente algo más modernizado debemos situar otras ventas. La del asturiano Mariano Moré, fechada en 1959, Romería de Cofiño (O/L, 96 x 121 cm; 84), fue la más llamativa, al llegar a los 20.000 euros, tras comenzar desde unos atractivos 7.000 euros. Cifras muy similares alcanzaron otras obras: por 18.000 euros se vendió Llegada del pescado. Asturias (O/L, 85 x 105 cm; 623) de Enrique Martínez Cubells, y Paisaje con casas y lago (O/L, 60 x 80 cm; 29), de Eliseo Meifrén. Al mismo importe llegaron otros más modernizados: Mer, le lumière (O/L, 46,5 x 55 cm; 75), de Carlos Nadal, y Mi hermano (O/L, 93 x 63 cm; 744), de José Gutiérrez Solana, una obra clásica dentro de su producción. Y por 19.000 euros se vendió La siesta, 1957 (O/L, 73 x 92 cm; 77), de Francisco Bores. Y citemos, por último, los nada menos que 10.000 euros ofrecidos en la sala por unas Regatas (O/L, 99 x 130 cm; 82), de Gregorio Prieto. Daniel Díaz @Invertirenarte