Tras varios meses de espera, por fin vuelve la pintura antigua a Fernando Durán, la sala de la calle Velázquez. Y lo hace con una propuesta muy atractiva, todo sea dicho, en lo que a pintura de maestros antiguos se refiere. Probablemente la pieza estrella sea, en mi opinión, un colorido lienzo del napolitano Luca Giordano (1634-1705), tan conocido y apreciado en nuestro país gracias a su larga estancia en la Corte, entre 1692 y 1702, y a quien debemos tantos frescos, entre otras obras.
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