Los primeros años de Guido Reni en Roma

Los primeros años de Guido Reni en Roma

La Galleria Borghese acaba de inaugurar Guido Reni and Rome: Nature and Devotion(Guido Reni y Roma: Naturaleza y Devoción), una gran exposición que tiene lugar tres décadas después las grandes monográficas de Italia y Alemania. Toma como eje la adquisición por parte de la institución, en 2020, de Danza campestre, una pintura que perteneció al cardenal Scipione Borghese y que salió de la colección nobiliaria en el siglo XIX. Ha sido comisariada por Francesca Cappelletti, directora de la pinacoteca, y podrá visitarse hasta el 22 de mayo. Cuenta con excepcionales préstamos de instituciones como nuestro Museo del Prado.

Hacia 1601, un joven Guido Reni (1575-1642) llegaba a Roma desde su Bolonia natal por invitación del cardenal Paolo Emilio Sfondrato. A partir de entonces, formó una red clientelar con algunos de los más grandes comitentes y coleccionistas de la ciudad, para los que trabajó de manera continuada. Allí también coincidió con pintores italianos –su asombro por la obra Caravaggio sería crucial– y extranjeros, un crisol artístico que pronto lo encumbró a la fama y que le encaminó a cultivar nuevos géneros como el del paisaje. Es precisamente una de estas pinturas, Danza campestre(Country Dance, hacia 1605), pintada para el cardenal Borghese, el motor de la exposición que se ha inaugurado en la Galleria Borghesey que lleva por título Guido Reni y Roma: Naturaleza y Devoción.

La muestra se desarrolla a lo largo de todo el edificio y cubre su periplo romano desde sus inicios hasta su marcha en 1614. A lo largo de sus muros se disponen unas treinta pinturas de Reni y sus contemporáneos. Para facilitar la visión de los cuadros, se ha optado por un montaje de estos sobre estructuras al aire, no pegadas al muro ante la imposibilidad de hacerlo. Esto favorece su inmersión con las impresionantes colecciones de escultura que acoge el palacio. El colofón se encuentra fuera de él, en el Casino dell’Aurora(Palacio Pallavicini Rospigliosi), otra de las comisiones del cardenal Borghese y cuyo famoso fresco, pintado entre 1613-1614, acaba de ser restaurado y abierto al público.

Vista de la primera sala de la muestra donde figuran el Martirio de Santa Catalina de Alejandría y la Trinidad con la Virgen del Loreto y el Cardenal Gallo de Reni.
Vista de la sala donde comparten protagonismo David y Goliat de Bernini junto al cuadro del mismo asunto de Reni de los Uffizi.

Reciben al visitante cuatro grandes cuadros de altar que ubican al pintor en el entorno de sus primeros mecenas, Paolo Emilio Sfondrato, Antonio Maria Gallo, Ottavio Costa y Pietro Aldobrandini: la Crucifixión de San Pedrode los Museos Vaticanos (1604-1605), la Trinidad con la Virgen del Loreto y el cardenal Gallo(1603-1604) de la iglesia de la Trinidad de Osimo, el Martirio de Santa Catalina de Alejandría(hacia 1606, Museo Diocesano, Albenga) y el Martirio de Santa Cecilia(1601, Santa Cecilia in Trastevere, Roma) respectivamente. En las salas adyacentes, aún en el piso bajo, nos sumergimos en el interés de Reni por la estatuaria, de ahí que las pinturas allí dispuestas compartan protagonismo con, entre otras, algunas de las mejores producciones de Bernini. Allí luce por ejemplo David y Goliatde los Uffizi o Hipomenes y Atalantadel Prado (1615-1620), cuadro que ingresó en las colecciones reales españolas a finales del reinado de Felipe IV procedente de la colección Serra di Cassano.

Detalle de la Matanza de los Inocentes de Guido Reni junto a Apolo y Dafne de Bernini.

Una vez que se asciende al segundo piso del edificio, la exposición se adentra ya en el género del paisaje, asunto que se desarrolló en Roma durante la primera década del siglo XVII gracias a la fusión cultural entre artistas italianos y aquellos flamencos que arribaron a ella para ampliar sus horizontes. Allí se pueden ver Paisaje con caza de ciervode Niccolò dell’Abate junto a otros de Agostino Carracci o Francesco Albani. También están algunos de los paisajes sobre cobre de Paul Bril (1595) pertenecientes a la Borghese junto a dos de los seis paisajes mitológicos pintados hacia 1606-1608 de Carlo Saraceni que pertenecieron a las colecciones Farnesio y que se conservan hoy en los Museos de Capodimonte en Nápoles. Pero sin duda, el gran protagonista es Paisaje campestre, pintura encargada en 1605 por el cardenal Scipione Borghese y que permaneció en las colecciones familiares hasta su venta en el siglo XIX. Reapareció en 2008 en el mercado londinense y volvió a la Borghese en 2020.

Guido Reni y Roma: Naturaleza y Devociónpodrá visitarse hasta el próximo 22 de mayo. Ha sido comisariada por Francesca Cappelletti, directora de la Galleria Borgheses desde 2020. Para la ocasión se ha editado un catálogo en el que colaboran, además de la comisaria, reconocidos especialistas como Daniele Benati, Raffaella Morselli y Maria Cristina Terzaghi.

Vista del piso superior de la Borghese donde se disponen, junto al Paisaje de Reni, Ariadna abandonada y Salmacis y Hermafrodita de Carlo Saraceni.
Guido Reni. Danza campestre. 1605-1606. Óleo sobre lienzo. 81 x 99 cm. Galleria Borghese, Roma.