La ‘Aurora’ de Reni luce de nuevo su esplendor

La ‘Aurora’ de Reni luce de nuevo su esplendor

El fresco, pintado por Guido Reni en 1614 para el Casino Pallavicini de Roma, recobra toda su riqueza cromática gracias a los trabajos de rehabilitación desarrollados por las restauradoras Laura Cibrario y Fabiola Jatta.


Ya no se oculta bajo los repintes. El vibrante azul nocturno que va desapareciendo a medida que Apolo ilumina desde su carro la bóveda celeste ha resurgido tras la restauración. También los tonos anaranjados que trae consigo la Aurora y la riqueza de pliegues en las telas de todas las figuras clásicas que componen la escena. Tras cuatro meses de estudio y análisis, esta joya del barroco italiano ha recuperado su esplendor primigenio.

El pasado martes se mostró el resultado final, en una presentación a la que acudieron el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini; la Soprintendente especial de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Roma, Daniela Porro; la directora de la Galleria Borghese, Francesca Cappelletti; y el jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa del Prado, David García Cueto. A ellos se sumaron, por supuesto, Laura Cibrario y Fabiola Jatta, quienes han contado con la colaboración de Michela Bassi y Martina Comis.

“Es una restauración de inmenso valor y un ejemplo de gran colaboración entre lo público y lo privado”, manifestó el ministro. Las especialistas, por su parte, confesaron que enfrentarse a este trabajo ha supuesto “un descubrimiento continuo y un gran placer para los sentidos y el intelecto”.

Pintado por Guido Reni en 1614, La Aurora Pallavicini es uno de los frescos más relevantes del siglo XVII en Roma. El pintor tardó siete meses en acabarlo y recibió 250 ducados por ello. Fue un encargo de Scipione Borghese para decorar la bóveda principal de su palacio en el Quirinale, ubicado sobre los restos de las Termas de Constantino. El sobrino del Papa Pablo V fue un refinado coleccionista que puso mucho empeño en este Casino dell’Aurora, pero en 1616 se lo vendió al cardenal Altemps. Desde entonces fue pasando de mano en mano hasta llegar a la familia Pallavicini Rospigliosi en 1708.

Detalle del fresco de la Aurora Pallavicini pintado por Guido Reni.
La obra antes de restaurar. Fotografía: Michela Bassi.

Actualmente pertenece a los sucesores de esta misma familia. De hecho, ha sido la princesa Maria Camila Pallavicini quien ha financiado las labores de restauración, que se llevaron a cabo entre los meses de febrero y junio del año pasado. El proyecto ha permitido a las especialistas trabajar no solo en los aspectos más críticos de la conservación, sino también profundizar en la técnica de ejecución del pintor borgoñés.

Según explican Cibrario y Jatta, el proceso de restauración ha sido más complicado de lo previsto inicialmente. La razón de acometer estos trabajos partió de un blanqueamiento en la parte cercana al carro de Apolo que parecía una pérdida pictórica, sin embargo después se demostró que era efecto de los sucesivos empastes de restauraciones posteriores.

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“Inmediatamente nos dimos cuenta de que los principales problemas de conservación no afectaban tanto al soporte mural como a la propia pintura, alterada en sus valores tonales originales debido al daño que oscurecía la rica y brillante paleta de Reni”, explican en una entrevista a Il Giornale dell’Arte

Los análisis realizados al fresco han confirmado que la paleta del artista estaba compuesta principalmente por colores compatibles con la cal, aunque no faltan pigmentos como el blanco de plomo, el azul lapislázuli y la azurita que se aplicaron en seco, con aglutinantes de proteínas.

Fresco completo de la Aurora del pintor borgoñés.

Se trata de la cuarta restauración a la que se enfrenta la obra, que ya en 1849 tuvo que someterse a labores de rehabilitación cuando el techo del Casino dell’Aurora Pallavicini fue alcanzado por una bala de cañón de la artillería francesa. Entonces se pusieron 125 grapas de bronce sobre el yeso del fresco para anclar la pintura al soporte dañado.

Hubo una segunda restauración hacia el 1923-1928, como atestiguan fotografías históricas. Y todavía se cuenta una tercera más en la década de 1970; fue llevada a cabo por Luciano Maranzi, quien también trabajó en otro mural de igual asunto, esta vez del Guercino, ubicado en el Casino Boncompagni Ludivisi.

La presentación de esta renovada Aurora Pallavicini se hace un mes antes de que la Galleria Borghese inaugure una exposición dedicada a Guido Reni –a partir de marzo–, que será la primera de una serie de muestras internacionales dedicadas al maestro del seicento italiano. Entre las instituciones que se han sumado a la recuperación de este artista, se incluye el Museo del Prado que prepara una monográfica suya para 2023 (comisariada por David García Cueto y Andrés Úbeda). Sol G. Moreno

Presentación del martes de la restauración de la Aurora Pallavicini.