José Guerrero reinará en Segre
En la cita del 20 de mayo la sala ofrece un lienzo de 1975 de grandes dimensiones por 110.000 euros
Entre esos artistas que trajeron la modernidad durante la segunda mitad del siglo pasado, quizá José Guerrero (1914-1992) sea uno de los más demandados actualmente por esa vena poética que, aunque parezca que no, poco a poco va desplazando otras visiones más duras, tristes y amargas, y adueñándose de nuestra buscada tranquilidad. Pienso que eso explica, más que el auge de sus cifras, su presencia y su necesidad vital y, por tanto, la permanencia de su estatus.
Nacido en Granada, tras vivir en París la vanguardia viaja a Nueva York en 1949 donde se terminará de formar en un nuevo lenguaje abstracto de la mano de la afamada Escuela de Nueva York. Y su pintura evolucionará a lo largo de los años hacia grandes masas de color, que terminarán por ser característica de la casa (ver y ver).
Y de esos amplios campos de color es el lienzo que presenta Segre: Entrelace, 1975 (O/L, 150 x 120 cm; lote 420). Procedente y expuesto en las galerías Galerie Wolfgang Kelterer de Múnich (1975), Juana Mordó de Madrid (1976) y Fernández-Brasso de Madrid (2018), aparece publicado en el catálogo razonado de Baena, Vallejo y Romero (Telefónica y Centro José Guerrero, Madrid-Granada 2007, pág. 837, nº 812). Su salida, 110.000 euros.
Segre ha vendido varios de su mano, de similares características… El más destacado fue el adjudicado en diciembre de 2022 por los 165.000 euros pedidos su Ocre y naranja, 1975 (O/L, 152 x 120 cm; ver), a cierta distancia de los 70.000 euros del remate del menor Rojo intenso, 1979 (O/L, 91 x 73 cm; ver), aunque en marzo de 2023 no consiguiera comprador que ofreciera los 110.000 euros por Franja roja y amarilla, 1975 (O/L, 177 x 152 cm; ver). Más recientemente, Fernando Durán remató por 85.000 euros su Litoral verde, 1975 (O/L, 140 x 115,5 cm; ver) a cierta distancia de los más elevados 130.000 euros en que se adjudicó en Durán, en noviembre de 2020, su lienzo Sin título (O/L, 102 x 112 cm; ver), por ser de 1961…
Si nos acercamos a nuestro tiempo, me parece que puede ser especialmente interesante la trabajada tabla de Lucio Muñoz, Tarfil,1986 (Tm/T, 170 x 200 cm; 437), con una visión ya más amable, propia de sus últimos años, por 16.000 euros. En un nivel inferior, vean de Carmen Laffón el retrato a carboncillo de Reyes. A Manolo Millares, 1972 (43 x 62 cm; 523), por 9.000 euros; la ya abocetada Tauromaquia, 2001 (O/L, 81 x 100 cm; 541), en blanco y negro, de Juan Barjola, por 11.000 euros, o incluso la tela de Rafa Macarrón, Sin título, 2008 (Acrílico y tinta/L/T, 70 x 140 cm; 489), por 8.000 euros.
Si retrocedemos a la primera mitad del siglo XX, sobresale un óleo de Manuel Ángeles Ortiz: Bodegón, 1925 (O/táblex, 49,5 x 65 cm; 366); presente en la muestra Istmos: vanguardias españolas 1915-1936, de 1998, en la Sala de las Alhajas, Madrid (con textos de Calvo Serraller, Vázquez de Parga y Mónica Merino, nº 14), se piden ya 38.000 euros… De esos momentos, pero por menos de 10.000 euros, recomendaría el sorprendente trabajo surrealista de Ismael de la Serna de 1928, Figura (O/L, 92 x 73 cm; 401), presente en ocho exposiciones, por 9.000 euros, que deberían subir, y el dibujo surrealista también, de 1932, de Benjamín Palencia, Espantapájaros metafísico (tinta/papel, 40 x 57 cm; 402), con un historial de exposiciones mayor aún, por 5.000 euros.
Del cambio de siglo y de la pintura antigua sobresale la colección de Raúl Roviralta Astoul, primer Marqués de Roviralta, de la que salen a pujas numerosas y buenas obras, no especialmente baratas, todo sea dicho. Si seguimos la línea temporal, por 40.000 se ofrece un pequeño cartón Lefranc de Joaquín Sorolla; eso sí, es una de las buscadas visiones de playas, Playa de San Sebastián, c. 1917 (16 x 21,5 cm; 125) esta vez, con personajes, mar y barcos de vela al fondo, y con certificado de Blanca Pons Sorolla (núm. BPS 4919). De su mano sale a pujas también el abocetado pero buen Retrato del militar Baldomero Cabrera y Teniente, 1907 (O/L, 60 x 64,7 cm; 120), por apenas 15.000 euros, que deberían subir. Y por 35.000 euros, Pescadores de Vilanova (O/L, 91 x 108,5 cm; 126), de Joaquín Mir.
De la década anterior, y de la misma colección Roviralta, se ofrece por apenas 15.000 euros un buen Retrato de Rosalía Marqués, c. 1919 (O/L, 160 x 102 cm; 119), de Ramón Casas (del que se ofrecen también cuatro dibujos -lotes 39, 40, 41 y 42-); con un buen contraste de las sedas en negro del vestido y el amarillo de la decorativa flor, todo ello sobre un fondo claro, está publicado en el razonado de Isabel Coll (2002, pág. 436, núm. 625). Ya que estamos, vean el Retrato de don José María Sanginés, 1915 (óleo y temple/L, 90 x 100 cm; 118), por 35.000 euros, de Julio Romero de Torres, procedente de sus descendientes; aunque un poco acartonado, no dejan de ser de su mano el expresivo rostro y el paisaje al fondo.
De Vicente López, recomiendo el Retrato de Fernando VII, c. 1830 (O/L, 66,5 x 51,5 cm; 98), muy similar al que posee la Academia de Bellas Artes de San Fernando (ver), versión a su vez del del Palacio Real, donde aparece por primera vez el rey vestido ‘de paisano’; procedente de la colección del Duque de Híjar y de la Casa de Alba, sale a pujas por 15.000 euros.
En el mundo antiguo, y de la misma colección Roviralta de la que venimos hablando, sorprende una inédita Anunciación (O/L, 100 x 67,7 cm; 51) del murciano Pedro Orrente; sobresalen la figura de la Virgen girada hacia el arcángel y los ángeles músicos del rompimiento de gloria. Su salida, por 11.000 euros, invita. De Juan Carreño de Miranda un anodino Retrato de dama (O/L, 226 x 145 cm; 54), publicado por Marzolf y Pérez Sánchez; quizá por eso sale a pujas por 11.000 euros. Mucho más interesante es el siguiente lote, otro Retrato de dama (O/L, 154 x 122 cm; 55), de seguidor de Juan Pantoja de la Cruz, presentada casi como reina por las joyas, adornos e indumentaria; deberá comenzar las pujas desde los 20.000 euros.
Por último, atribuida al vallisoletana Gregorio Martínez y por 20.000 euros se subasta una atractiva y delicada tabla de La Virgen con el Niño, santa Catalina y santa Rosalía de Palermo (O/T, 106,4 x 81 cm; 47); procedente de Valencia, presenta una “interpretación más dulce e intimista que la versión del Museo Lázaro Galdiano” (ver). Daniel Díaz @Invertirenarte