Algas, comida y una calle de Lavapiés se apoderan de La Casa Encendida
La nueva exposición del centro cultural madrileño reflexiona sobre los temas que interesan a los creadores nacidos en los años 90, que se inclinan por la memoria y lo colonial, la diáspora, la construcción de la identidad o los lazos comunitarios en sus trabajos. Algunos de ellos se muestran en Generación 2024 hasta el 21 de abril.
Las creaciones expuestas en las salas de La Casa Encendida han sido seleccionadas de entre 500 propuestas, que participaron en la pasada convocatoria de Generaciones, de la Fundación Montemadrid.
El proyecto expositivo apuesta por la hibridación de formatos, mezclando lo escultórico con lo audiovisual. Es el caso de Al final de tu cabello, de Irati Inoriza, una videoinstalación que explora la identidad a partir de la figura de la «lamia», un ser mitológico perteneciente al imaginario colectivo vasco. Según la leyenda, esta figura vive y cuida de los ríos de Euskadi.
Del techo de la sala cuelgan varias esculturas que simulan ser una amalgama de algas y, a ambos lados de estas, se proyectan dos vídeos de un cuerpo moviéndose bajo el agua. Se trata de un proyecto que busca un nexo entre contrarios: cuerpo y paisaje, escultura estática y movimiento, representación y performance.
Salem Amar también juega con la cinematografía en Dialogue, al componer una pieza rítmica a través de la proyección de seis entrevistas psiquiátricas. Es un trabajo en el que las voces de los pacientes se entremezclan y terminan por formar un curioso coro.
La obra de Daniel de la Barra titulada Vista a vuelo de Águila es otra de las paradas de Generación 2024. Se trata de la obra más completa del recorrido, ya que aúna diversas disciplinas como la escultura, el vídeo y la pintura. Para su producción, se ha inspirado en los procesos de colonización interna en el sur de Europa durante el periodo de construcción identitaria del fascismo y los ecos que llegan hasta nuestros días. Con un tono satírico, el creador propone una reinterpretación de la estética social en la pintura paisajística, así como de la película de propaganda España se prepara (1949), de Francisco González de la Riva y Vidiella.
La memoria también está presente en la exposición a través de A mí de pequeñita me daban nostalgia a cucharadas, de Agnes Essonti Luque; y Amparo, de An Wei. Ambos proyectos parten de los recuerdos de infancia. Por un lado, Essonti construye un argumento en torno a la cocina y los conceptos de hogar, comunidad y sostenibilidad. «Cocinar nos habla de conexión; con historias, personas, lugares, vidas, ingredientes… Cocinar nos acerca a quiénes somos», expresa la artista.
An Wei, por su parte, lleva al espectador hasta Lavapiés para destacar la importancia del recuerdo. Sitúa su obra en la calle Amparo, que recorre y vertebra el conocido barrio madrileño de norte a sur. De modo que el título de la pieza no está escogido al azar, pues pretende funcionar como una metáfora de ese carácter de acogida y apoyo que representa el vecindario madrileño, desde hace años cuna de la diversidad cultural y la gentrificación.
Generación 2024 ha materializado en La Casa Encendida las propuestas artísticas de creadores interesados en la exploración de la identidad, la memoria y la comunidad, inquietudes que han resignificado y colocado en el centro de su obra.