El legado de la Asociación Colección Arte Contemporáneo en Ansorena

El legado de la Asociación Colección Arte Contemporáneo en Ansorena

La galería dedica una exposición a la Colección Arte Contemporáneo, con obras de Joan Miró, Carmen Calvo, Antoni Tàpies, Nico Munuera y Victoria Civera, entre otros nombres clave del arte español del siglo XX. La muestra se podrá visitar hasta el próximo 27 de junio.

En 1987, una treintena de empresas españolas asumieron el compromiso de contribuir activamente a la conservación y divulgación del patrimonio artístico nacional. Con ello se pretendía dar respuesta a la creciente demanda de mecenazgo y protección del arte contemporáneo y poner en valor la historia de las vanguardias.

Así fue cómo surgió la llamada Asociación Colección Arte Contemporáneo, alentada por Julián Trincado, el entonces presidente de Unión Fenosa, hoy Naturgy. El primer Comité Asesor lo conformaron Julián Gallego, Antonio Bonet Correa y Simón Marcház Fiz, con las siguientes incorporaciones de Valeriano Bozal, Eugenio Carmona y María de Corral.

Año tras año estos expertos recomendaron una serie de adquisiciones que no atendían solo a grandes nombres, sino también a un intento por trazar una historia aún no narrada del arte español de los siglos XX y XXI.

Esta es también la voluntad de Ansorena con su muestra, que busca contar su propio relato a través de la confrontación de obras de algunos de los artistas más notables de la contemporaneidad.

Juan Navarro Baldeweg. 'El fumador' (1984). Óleo sobre lienzo. 162 x 130 cm. ©Ansorena.
Pablo Palazuelo. 'Les Solitudes I' (1955). Óleo sobre lienzo. 120 x 120 cm. ©Ansorena.

Entre ellos se encuentran Pablo Palazuelo, de quien se puede ver Les Solitudes I (1955). Tras la aparente sencillez de esta composición abstracta, se oculta un entramado de referentes teóricos que proceden de su formación como arquitecto y su interés por la matemática y la física.

Aunque el color es limitado, sus geometrías tratan de expresar el cambio y la metamorfosis de las formas. El escritor francés Goerges Limbour emparentaba su serie Soledades con la obra de Zurbarán, mientras el propio pintor destacaba su idea de trascender, próxima a la filosofía oriental.

Otro referente de la abstracción es Nico Munuera, que exhibe The big Slam 31 (2008). Se trata de un ejemplo muy representativo de toda su obra, en la que trabaja con barridos de color horizontales que conectan distintos campos cromáticos.

Esta forma de abordar el lienzo recuerda en cierta forma a Rothko, presente también en la exposición a través de la instalación Homenaje a Rothko (1970), de Nacho Criado. Sus inicios están marcados por planteamientos similares a los de las nuevas tendencias internacionales, pero con esta creación se convierte en uno de los principales ejes de la renovación plástica en nuestro país.

Por su parte, con la instalación Más de tres veces ojalines (2003), Victoria Civera busca crear un mundo interior que se abre hacia lo onírico y lo poético. A través de la yuxtaposición y asociación de objetos de uso cotidiano y una serie de efectos ópticos, asalta las ideas que surgen de la dualidad oculto-desvelado.

De Antoni Tàpies se pueden ver dos obras. La primera es Paisatge Vermell (1953), en la que combina el procedimiento grattage –rascado de pintura para revelar una capa inferior– con el empleo de barnices para dar una apariencia nebulosa e inmaterial. Ese mismo año, el artista obtuvo el Gran Premio de Pintura de la Bienal de São Paulo.

A su vez se expone una obra más tardía, Triptic (1988), concebida como un muro en el que deposita símbolos con matices sociales y políticos.

Antoni Tápies. 'Triptic' (1988). Aguafuerte sobre papel arches. 200x300cm. ©Ansorena.
Carmen Calvo. 'Reconstruccion mural' (1989). Técnica mixta sobre lienzo pegado a tabla. 200x200cm. ©Ansorena.

Otro autor de signos y símbolos es Josep Guinovart, que a raíz de un viaje a Argelia y Marruecos, incluye en sus obras un material con connotaciones metafóricas y míticas: el barro. Así se observa en Fons I (Marrakech III), datado de 1981, cuya figura central evoca al desierto sahariano.

Se suma a esta serie de artistas matéricos Carmen Calvo con su Reconstrucción mural (1989). Como si fuera una arqueóloga, la autora acumula en la tabla una sucesión de fragmentos cerámicos que emulan el ritual clasificatorio de la arqueología y alude a la memoria.

Igual de sugerente resulta El fumador (1984), de Juan Navarro Baldeweg. El crítico de arte Kevin Power explicaba de este cuadro: “La intención es dar naturalidad a través de la temática, mitad figura mitad embadurnamiento. El encuadre en primer plano y la simetría rota por el humo hacen que este retrato sea emblemático y misterioso”.

Estas son solo algunas de las piezas que cuelgan en Ansorena, pero la muestra se extiende por el trabajo de 15 artistas españoles, entre los que también figuran Eusebio Sempere, Óscar Domínguez, Miguel Ángel Campano, Toño Barreiro, Francisco Leiro o Ramón Gaya. Esta propuesta expositiva estará disponible hasta el próximo 27 de junio. Nerea Méndez Pérez