De nuevo el interés por lo mexicano, en Ansorena
10.000 euros se ofrecieron por una Virgen de Guadalupe atribuida a Juan de Correa en la cita de los días 24 y 25 de julio
No estábamos ante una pieza soberbia y, por tanto, tampoco podíamos esperar un resultado extraordinario, efectista; no. Se trataba de una buena Virgen de Guadalupe, un lienzo de 169 x 106 cm (lote 614), atribuida al mexicano Juan de Correa, que se ofrecía por 6.600 euros. Ya hablamos de ella en nuestro artículo de previos (ver), así que no sorprendió que llegase a los 10.000 euros, y fuese adjudicada a una puja previa por escrito; pero sí es una confirmación más del especial interés que despiertan nuestras piezas mexicanas en el mercado latinoamericano, como señalábamos la semana en el artículo resumen de estos primeros siete meses del año (ver).
Y me temo que la diferencia es notable con la pintura española de esa misma época… Dos casos. El primero, Anunciación (O/L, 124 x 96 cm; 604), atribuido a Antonio Viladomat, con una complejidad y calidad mayores, se adjudicó a una coleccionista en la sala que ofreció los 4.800 euros en que se ofrecía. El segundo, una buena Virgen de la Soledad (O/L, 210 x 145 cm; 603), de Escuela española del siglo XVII-XVIII, con un sencillo pero atractivo y colorista bodegón de flores en la parte inferior, en la peana de la Virgen, salía por unos escasos 3.000 euros y en ese precio se adjudicó a otro coleccionista en sala. Eran obras que por su calidad debían haberse vendido a precios superiores –y más si tenemos en cuenta la venta de la Virgen de Guadalupe-, pero nuestro mercado es exiguo y en ese precio se quedaron.
En cuanto a la pintura finisecular, conviene mencionar dos hechos: primero, la adjudicación por el precio de salida, 12.500 euros esta vez, a una puja por escrito defendida en la mesa, de la imponente vista de Las Arenas (O/L, 95,5 x 119,5 cm; 568) de Juan Martínez Abades, que había salido en esta misma sala en abril de 2016 por 25.000 euros y no había encontrado interesados; y segundo, la retirada poco antes de la subasta de su portada de catálogo, el lote estrella, La dama de los espejos (O/T, 100 x 65 cm; 347) de Raimundo de Madrazo, que se ofrecía por 70.000 euros.
Dos apuntes más, ya en pleno siglo XX. La primera, la previsible subida del papel de Eduardo Arroyo, Sin título, 1975 (pintura y acrílico, 75 x 57 cm; 687), con etiquetas de las galerías Ynguanzo y Maeght; como anunciamos en el artículo de previos, subió, desde los extraños 900 euros de la salida hasta unos mucho más naturales 5.000 euros, y la venta por los 6.000 euros pedidos del bronce de Martín Chirino, Oölogy, 1973 ((bronce dorado, XXII/LXXV, más los 1/100, 30 x 19,5 x 9 cm; 669). Y la segunda, dos importantes subidas, esperadas también, pero de autores menos conocidos: la de Playa de la Malvarrosa, 1995 (O/L, 50 x 62 cm; 570), de Eustaquio Segrelles, de 950 a 3.800 euros, y la madera tallada de Campesina (34 cm; 666) del canario Plácido Fleitas, que pasó de los apenas 400 euros iniciales hasta nada menos que 5.000 euros, ofrecidos por un teléfono. Poco más. Feliz verano y en septiembre nos volvemos a leer. Daniel Díaz @Invertirenarte