Casi 45.000 euros por el cobre de Cajés de Segre
Junto a una pieza de Immendorff y un dibujo de Miró, destacaron en la licitación de ayer otras ventas de pintura antigua y unos tapados puntillistas
En nuestro artículo de previos (ver), ya habíamos advertido de la importancia y del interés que tenía el único cobre firmado hasta el momento del madrileño Eugenio Cajés (1577-1642), Sagrada Familia (O/cobre, 43,5 x 31 cm; lote 121). Fechado en 1619, y firmado como pintor ya del rey católico Felipe, podría tratarse de una de las obras que salieron del Escorial para José Bonaparte y que, tras recalar en la colección F. W. van West de Los Ángeles (donde debieron estudiarlo Ángulo y Pérez Sánchez para su Pintura madrileña. Primer tercio del siglo XVII, 1969, p. 240, nº 140), volvió de nuevo a Madrid, tras subastarse en esa ciudad en enero de 1972.
Con un dibujo preparatorio para la figura de san José en el Museo del Prado, y una calidad más que evidente, no fue extraño en absoluto que hubiese varios coleccionistas interesados en hacerse con el cobre pues los atractivos 15.000 euros de su salida incitaban a ello. Los 32.000 euros ofrecidos por un teléfono fueron los finales y en esa cifra se remató; añadida la comisión de la sala del 17% y el IVA de los impuestos, la cifra que deberá abonar el comprador será de 43.405,2 euros. Un precio atractivo dada la obra, sin duda.
Si seguimos comentando las ventas de las piezas de maestros antiguos, destacaron dos. La primera, el Anónimo novohispano del siglo XVIII, con José y la mujer de Putifar (O/L, 94,5 x 165,5 cm; 125); de calidad más bien mediana, pero con el interés de las telas importadas de Oriente y la tinaja de cerámica Tonalá, un coleccionista ofreció los 20.000 euros pedidos y en esa cifra se adjudicó. La segunda, el bodegón con el Mes de junio (O/L, 102 x 160,5 cm; 132), del vallisoletano Antonio Ponce; la cuidada disposición de los elementos, basada en las enseñanzas de su maestro van der Hamen, gustó a dos coleccionistas, que dieron la cifra inicial de 15.000 y subieron una puja, rematándose por 16.000 euros. Y dos remates más, de obra sobre papel. El primero, la miniatura de Gerónimo Castello, Descendimiento de la cruz (siguiendo a Federico Barocci) (temple y oro sobre vitela, 26,3 x 16 cm; 106), pasó de 3.000 a 3.400 euros, una cifra un tanto escasa si la comparamos con otras obras de su mano, pero vendida al fin y al cabo. El segundo, los 5.000 euros ofrecidos, los pedidos, por el dibujo a lápiz negro, pluma y aguada del napolitano Angelino de Medoro: Virgen con Niño, con anotaciones a lápiz antes de 1587 por detrás (16,9 x 11,2 cm).
Todo parecía desfilar según los senderos previstos, pero saltó la sorpresa donde menos se esperaba, como quien dice. Dos lienzos con escenas marítimas de un autor anónimo puntillista, Marina y Escena costera con puerto (O/L, 33,3 x 55,3 cm c/u; lotes 187 y 188), con la inscripción por detrás ‘Marocc 88 VR’, debió alertar a dos coleccionistas que pujaron denodadamente por ellos desde los 2.500 euros de salida hasta los 15.000 y 17.000 euros finales, respectivamente. Toda una sorpresa, sobre la que intentaremos arrojar algo de luz…
El siglo XX dejó varias ventas, clarificadoras. Sobresalió, sin duda, la subida desde los apenas 5.000 euros de inicio por Sin título, 1983 (óleo y linóleo sobre papel, 61 x 79 cm), de Jörg Immendorff, procedente de la galería Heinrich Ehrhardt de Madrid, hasta los inesperados 32.000 euros, quizá también por el procedente no vendido con el que venía, tras haberse ofrecido en diciembre pasado por 15.000 euros y no haber encontrado comprador…
La que atrajo más pujas fue el pequeño dibujo de Joan Miró, Oiseaux e’toile, del 29 de abril de 1978 (lápiz sobre cartulina, 28,7 x 19,5 cm; 274), con el conveniente y necesario certificado de ADOM, por 7.500 euros. Ya advertíamos de que debería subir algunas pujas; y así sucedió, efectivamente, con varios coleccionistas hasta adjudicarse en unos más razonables 22.000 euros finales. En ese mundo parisino, sobresalió también la venta por los 12.000 euros pedidos de la escultura en bronce de Julio González, Nu allongé au livre, 1914 (9 ejemplares + 1HC, 9 x 21 x 10,8 cm), sin embargo, su Téte d’homme couché à barbe, 1934/6 (2/9 +2AP +1HC; 20 x 16 x 24 cm), por la que se pedían también 12.000 euros, no encontró comprador.
Y una última venta fuerte: los 17.000 euros de remate por la Cruz marrón, 1985 (óleo sobre papel de estraza arrugado, 40 x 55 cm), de Antoni Tàpies, procedente de la galería Maeght Lelong de Barcelona y expuesto en 1985 en la galería Bergamini, del Naviglio y Seno-Studio, de Milán.
Tres notas que me parecen interesantes. La primera, la del políptico de Elena Asins, Triple Canons 2, 1989/90 (seis tintas sobre cartón, 30,5 x 21 cm; 299), fechada en Hamburgo en 1989 y Madrid 1990, que subió de 6.500 a 8.000 euros. La segunda, las dos acuarelas tempranas, figurativas, del canario César Manrique: Pescadores en la playa y Reparando la barca (30 x 38 cm c/u), que subieron de los apenas 250 euros de inicio hasta los 3.200 y 4.600 euros finales, respectivamente. Y la tercera, Panaderas, 1970 (O/L, 73 x 60 cm) de Manuel Colmeiro, que subió también, mostrando de nuevo un interés local que parecía haber disminuido en los últimos años, de 10.000 a 15.000 euros.
En obra gráfica, se esperaba una cierta subida de las cinco serigrafías del Equipo Crónica con su Serie negra, carpeta incluida, desde los 5.500 euros de inicio, pero los 9.000 euros finales, con premium 10.851 euros, no dejan de ser sorprendentes.
Y cerramos el artículo mencionando la compra del Estado, de Pepe Espaliú. Si en febrero fueron las muletas de 1993, Paseo del amigo II, ayer fue un lienzo de 1983, Sin título (O/L, 73 x 51 cm; ver), por los 3.200 euros pedidos. Daniel Díaz @Invertirenarte