Durán arranca apostando por la pintura antigua
Entre las obras propuestas para el 26 de septiembre sorprende una Sagrada Familia del taller del cuzqueño Diego Quispe Tito
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
La semana que viene arranca la temporada 2019/2020 para Durán Subastas; queda ya sólo el último cuatrimestre del aniversario de sus nada menos que 50 años subastando obras de arte y haciendo historia.
Esta vez la parte más interesante de la oferta va por la línea clásica, la pintura antigua; aunque, y ojalá me equivoque, me temo que los precios están ya bastante ajustados y no será fácil encontrar comprador para varios de ellos.
El más atractivo me parece que es el ingenuo lienzo titulado Sagrada Famillia con san Juanito (O/L, 122,6 x 164,2 cm; lote 142) del taller del cuzqueño Diego Quispe Tito (1611-1681). Este pintor peruano es conocido sobre todo por unas composiciones con grandes paisajes, plagados de flores y animales, que con el tiempo terminarán convirtiéndose en lo característico de la pintura cuzqueña. Reintepretador de las estampas europeas que llegaban al Nuevo Mundo, su fama traspasó pronto su localidad natal donde había ya firmado cuadros para la iglesia de San Sebastián, y fue contratado para iglesias del Potosí y la portería del Convento de San Francisco, entre otras.
Pues bien, en la obra que sale a pujas se percibe ese cuidado por el detalle característico de su mano, en una escena de raíces clásicas bañada con variada flora. Procedente de la colección Bill Morgenstern, de Miami, y comprada en noviembre de 1992 en Christie’s Nueva York, ha estado expuesta en las muestras The Organization of American States, en The Art Museum of the Americas, Washington D.C., 1991, en The Historical Museum of Southern Florida, Temples of Gold, Crowns of Silver, en Miami, enero-marzo, 1992, nº 15, y en The 1992 Washington Antiques Show, Spain in the New World-Quincentenary, en Washington D.C., 1992. Con esa historia a sus espaldas, la propiedad acepta ofertas a partir de los 30.000 euros.
De ese mismo siglo XVII, pero dentro ya del espacio europeo, nos encontramos con una muy interesante miniatura del Escuela italiana. Se trata de un atípico San Juan Bautista con la Virgen, con Jesucristo al fondo (19 x 12,5 cm; 149) de gran calidad. Los 1.500 euros pedidos son ya un precio alto para una miniatura que sale sin atribución clara, eso lo sabemos todos, pero la calidad hay veces que se impone; al menos se propone y se intenta en ese precio, y el mercado dirá…
De nuestro país, me parece que hay dos piezas interesantes. La primera es un retrato inédito que la sala no duda en adjudicar, basándose en un grabado publicado en 1845, al que fuera Antonio de Solís y Rivadeneyra (1610-1686) (O/L, 72,5 x 49 cm; 148), de Escuela española del siglo XVII. Nacido en Alcalá de Henares, Antonio de Solís fue dramaturgo, poeta y, sobre todo, Cronista mayor de Indias, conocido por ser el autor de la famosa Historia de la Conquista de México, población y progresos de la América Septentrional, publicada en 1684, más conocida popularmente como la Nueva España. Se piden por él 12.000 euros y, de confirmarse la atribución, no sería extraño que el Museo de América intentara hacerse con él para hacer compañía al que ya posee, el conocido pero mayor en edad y con gafas. Y, por último, no se pierdan la interesante Anunciación (O/T, 78 x 97 cm; 143), también de Escuela española del siglo XVII, que pide una autoría, por 30.000 euros.
La cita ofrece también el Boceto para Colón, 1910 (127 x 70 cm; 179), de Joaquín Sorolla, esta vez por 30.000 euros; hablamos ya de él en nuestro artículo de mayo pasado (ver), cuando se pretendieron 42.500 euros. Y también dos interesantes lienzos de Daniel Vázquez Díaz: María Guerrero (O/L, 110 x 75 cm; 185) por 11.000 euros, y Eva en La Pedriza, 1952 (O/L, 94 x 73 cm; 186) por 9.000 euros, a cierta distancia de los 15.000 y 12.000 euros pretendidos en julio de 2015 en esta misma sala (ver).
Acabamos con la segunda mitad del siglo XX, con tres piezas atractivas aunque de venta nada sencilla. Con su habitual calidad, pero un gusto lejano al actual, El desheredado mal, 1979 (O/L, 130 x 162 cm; 209) de José Hernández, procedente de la galería Heller de Madrid, por 7.000 euros. Del vasco Jesús Mari Lazkano, Chicago 1913, 1992 (Tm/papel/T, 58 x 108 cm; 215), procedente de la colección Penney Company, de Dallas, por 6.000 euros. Y del cubano Wifredo Lam, Sin título, 1966 (bolígrafo/papel, 27 x 38 cm; 237), dedicado “Pour Michel de son ami Paris 1938-1966. Amitie” y certificado por Eskil Lam, por 8.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte
