Ansorena cierra la temporada con Zóbel
Dos grandes lienzos de su mano, ofrecidos por 100.000 y 120.000 euros, serán el centro de atención en la cita de los días 18 y 19 de julio
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Ansorena busca salir a hombros por la puerta grande. Imagen taurina de claro significado, quizá para ello ha reservado hasta estas fechas dos piezas importantes de la mano de uno de los artistas midas del mercado del arte actual: Fernando Zóbel (1924-1984).
La primera de ellas en salir a pujas, con un precio de 120.000 euros, será Sevilla diez de enero, 1983 (O/L, 80 x 100 cm; lote 118). Trabajo de última época, pintado en Sevilla y anotado Serie Blanca con el número 83-2 -lógico si estamos en el día décimo del primer mes del año, enero-, es un resumen de sus últimos años, muy vaporosos, donde apenas hay ya motivo pictórico y es como un recuerdo, una simple referencia, conseguida con una economía de medios y una técnica sorprendentes.
El segundo, más potente visualmente hablando, es Orilla 53, 1981 (O/L, 70 x 70 cm; 119), pintado en Cuenca con el número 81-73, y que deberá comenzar las pujas desde los 100.000 euros. Esta vez el título ayuda más pues la composición comienza en la parte superior, avanza hacia la esquina derecha donde se concentra, deslizándose hacia abajo hasta casi desaparecer por ese flanco derecho, dejando gran parte del lienzo sin apenas trabajo, con el simple tono general verdoso que domina la composición. La inmensidad desconocida y su orilla.
Ansorena ha ofrecido varios similares en los últimos años. En junio de 2021, aunque Invierno en Sevilla IV, 1977 (O/L, 40 x 70 cm) subió de 55.000 a 75.000 euros, y se anunció como vendido en ese precio, no hubo tal venta pues tenía una reserva superior (ver); sin embargo, luego sí lo hizo por un precio menor, 70.000 euros. En septiembre de 2020, le tocó el turno a Pequeño homenaje a Stravinski, 1972 (O/L, 120 x 80 cm; ver), que pasó de 55.000 a 120.000 euros; por último, en diciembre de 2019, su Esperando mayo, 1978 (O/L, 150 x 120 cm; ver) pasó de 100.000 a 170.000 euros.
Son los precios habituales en nuestro país, ligeramente por debajo, como parece lógico, de los obtenidos en el mundo filipino o asiático, ya sea en Manila, Makati, en Hong Kong o… Segre, en febrero pasado, adjudicó por 115.000 euros su Cuadro veinticinco de septiembre, 1963 (O/L, 61 x 61 cm; ver), lejos de los 65.000 de origen, mientras Fernando Durán hacía lo propio en junio de 2022 con su Recuerdo de La Pasarela, 1967 (O/L, 80 x 80 cm; ver), que pasó de 95.000 a 130.000 euros. Con todo esto, lo que quiero decir es que se avecinan dos buenos remates pues habrá coleccionistas extranjeros que quieran optar a alguna de estas dos obras.
En esta línea, aunque menor en su mercado, se encuentra Sin título, 1984 (O/L, 160 x 195 cm; 116), un lienzo luminoso y trabajado, de José Manuel Broto, estudio de color, por 7.500 euros; precio atractivo, supongo que pensando un poco en la dificultad del tamaño.
De 1993 es la tela metálica, con alambre, tejidos y metacrilato, además de óleo en el bastidor de aluminio, de Estorzuelo 4 (51 x 45 cm; 117), de Manolo Rivera. Realizado en enero de 1993 y procedente de la familia del pintor, a quien lo debió comprar el coleccionista que ahora lo ofrece por 18.000 euros, estuvo expuesto en la galería Rayuela en 2007 y en la de Leandro Navarro en 2021/2022. Es una de esas piezas extrañas, pero poéticas, tan queridas al artista, y de las que hizo tan pocas. Una oportunidad para sus coleccionistas, sin duda.
En el mundo figurativo, mencionemos el dibujo de Salvador Dalí, Ángel de la victoria. Segundo estudio para el Ángel con cabeza cúbica tocando la trompeta de 1977, 1976 (tinta y grafito/papel, 38 x 30 cm; 168), con certificado de los archivos Descharnes, por el que se piden 22.000 euros. De Carlos Nadal, son interesantes sus dos óleos, luminosos, coloridos y con vistas al mar: Le Printemps (O/L, 73 x 93 cm; 169) e Interieur, 1982 (O/L, 60 x 73 cm; 170), por 24.000 y 20.000 euros, respectivamente. Y de Menchu Gal, Olmeda de las Fuentes (O/L, 60 x 73 cm; 171), por 20.000 euros.
De la pintura de fin de siglo, dos pinturas catalanas. La primera, de Santiago Rusiñol, buscando quizá el mismo éxito de hace apenas unos días, cuando su Lavaderos en la Barceloneta, pieza temprana de hacia 1889-1890, se adjudicó por 95.000 euros (ver). En este caso se trata de El señor rector. Beatitud, 1888 (O/L, 67 x 139 cm; 745), una amplia pintura de corte social y religioso, con mucho trabajo de paisaje, que se ofrece por un precio más atractivo, 40.000 euros, dada probablemente la dificultad del tema. Y de Hermenegildo Anglada-Camarasa, Paisaje con olivos en Mallorca, c. 1936 (O/L, 33 x 44 cm; 474), publicado por Fontbona y Miralles en su catálogo de la Polígrafa (1981, nº D140, pág. 278). No estamos ni ante sus cuadros de París ni ante los grandes paisajes; se trata de un buen estudio de árboles y de colores, que van desde el verde claro de la masa de hojas al tono rojizo de la montaña, al fondo. Por eso su salida será desde 42.000 euros.
Y en maestros antiguos, brilla con luz propia la tabla del valenciano aún poco valorado, Onofre Falcó. Se trata del inédito Retablo del Ecce-Homo (O/T, 112,5 x 96,5 cm; 638), de la última etapa de su producción, con estudio de Gómez-Frechina para Colnaghi, de 2018 (ver). La figura central es un Ecce Homo -con buen estudio anatómico y potencias flordelisadas-, a la izquierda San Juan Bautista y a la derecha San Jerónimo, con nimbo doble de dos aros y pies presentados de frente, casi firma de su mano. Tabla de calidad, se piden 13.000 euros, que deberían subir. Daniel Díaz @Invertirenarte