Ansorena no vende el Zóbel que adjudicó por 75.000 euros

Fernando Zóbel. Invierno en Sevilla IV, 1977. Salida: 55.000 euros. Remate: 75.000 euros. No vendido por reserva; adjudicado posteriormente por 70.000 euros

Ansorena no vende el Zóbel que adjudicó por 75.000 euros

Las ventas importantes de la cita fueron una tabla del Maestro de Alcira y un pequeño cartón con escena de playa de Sorolla


 

Parecía que el dibujo esbozado en nuestro artículo de previos (ver) sobre la cita en Ansorena para los días 16 y 17 de junio se cumpliría y que Fernando Zóbel se proclamaría una vez más vencedor sin mayores rivales. Pero no fue así, finalmente. Me explico.

Su lienzo, Invierno en Sevilla IV, 1977 (O/L, 40 x 70 cm; lote 651), prometía por varios motivos subir desde los 55.000 euros de inicio, como así fue; varios coleccionistas pujaron por él y terminó adjudicándose por 75.000 euros. Sumado el 22% de comisión de la sala y los impuestos, 16.500 euros, ascendía finalmente a 91.500 euros, una cifra bastante razonable, dentro de la lógica actual del mercado.

La sorpresa llegó al día siguiente, ayer viernes, cuando desde la sala me comunicaron que no se había vendido aún, y que seguían negociando porque la obra tenía una reserva, obviamente superior a los 75.000 euros de martillo. Así que me parece que es el momento de explicación para los posibles profanos… En nuestro país, cuando se consigna una obra para subasta se fija un precio mínimo de venta; en cambio, la mayor parte de las subastas en otros países dan una estimación, una horquilla más o menos amplia de precio en la que se espera que se produzca la venta, dando incluso la posibilidad de pujar –y comprar, por tanto- por debajo del precio mínimo de la estimación. Pero algunas salas en nuestro país –muy pocas ya-, usan un sistema ligeramente diferente: ofrecen la obra al precio que aparece pero se ha pactado con la propiedad un precio superior y no se vende la obra si no alcanza ese mínimo (el precio reservado, que sólo conoce la sala y el vendedor), superior lógicamente al que aparece en el catálogo. Hasta aquí, todo es razonable. Lo malo es cuando se baja el martillo y se da por vendido algo que no lo está. De hecho, en casi todas las subastas del mundo, cuando una obra no se vende, se baja el martillo diciendo Unsold (no vendido), para que todo el público sepa que no ha alcanzado el precio mínimo de venta. Y, en mi opinión, eso es lo que Ansorena debería hacer -como hacen prácticamente todas las demás- para evitar este tipo de confusiones, porque al final todo acaba sabiéndose…

Con el fiasco de esa venta -que el lunes quedó parcialmente subsanada al vender el lienzo por 70.000 euros más las comisiones (ver y ver la comunicación oficial)-, la parte contemporánea quedaba seriamente dañada, aunque hubo otros remates interesantes. Por los 21.000 euros pedidos, se adjudicó el lienzo del pintor y arquitecto Juan Navarro Baldeweg, Casa amarilla, 1999 (O/L, 200 x 300 cm; 650). De Juan Uslé, Roebling 4, 1991 (Tm/L/T, localizado en Nueva York, 122 x 61 cm; 646), subió como parecía lógico dado el tamaño de los 9.000 euros de inicio hasta unos escasos aún 12.000 euros, aunque es cierto que la composición era menor. Y del madrileño José María Sicilia, La luz que se apaga, 1989 (ceras y óleo, 32,5 x 46,5 cm; 644), una barroca composición típica de su mano y con etiqueta de Soledad Lorenzo, se remató en 7.500 euros.

En la mitad del siglo XX, destacó la venta por 19.000 euros de la Composición con limones, 1954 (O/L, 89 x 116 cm; 571), de Francisco Bores, expuesto en la galería Durand-Ruel de París en el mismo 1954, y en la III Bienal de Sao Paulo en 1955, entre otras muestras, y publicado en el catálogo razonado del MNCARS (1954/5, pág. 271), y la tabla de Benjamín Palencia, La cosecha (O/T, 36 x 47 cm; 567), fechada en 1946, con etiqueta de la galería Sur de Santander, y que pasó de 5.500 a 15.000 euros.

Retrocedamos al cambio de siglo. Como era de esperar, brilló con luz propia el pequeño cartoncito prensado del valenciano Joaquín Sorolla. ¿Cuánto puede costar un cartón de su mano de apenas 13 x 17 cm, con unos niños jugando en la playa y sin su firma a la vista? El baño. Niños en la playa, c. 1908/9 (13 x 17 cm; 165), con el visto bueno de la especialista Blanca Pons Sorolla y a pesar de ser un apunte, contaba con todos los elementos para ser muy atractivo a los ojos de los coleccionistas. Y así fue. Por lo que a nadie extrañó que pasara de los 18.000 atractivos euros del inicio hasta unos más lógicos 40.000 de remate, que serán 48.800 euros a la hora del pago.

Interesante fue también, ya en el entorno romántico de alguna manera, la escalada de 14.000 a 28.000 euros del tardío paisaje del ferrolano Jenaro Pérez Villaamil, Paisaje con río, pueblo y ruinas, 1853 (O/L, 61,5 x 82,5 cm; 162), y por 5.500 euros dos pequeñas tablitas con Marinas (O/T, 10 x 12,3 cm; 172), que partieron de los 3.000 euros. En línea similar, pero retratística, sorprendieron un poco los 11.000 euros ofrecidos por el Retrato del general Baldomero Espartero, 1842 (O/L, 130 x 108 cm; 156), del valenciano Antonio Gómez Cros. En esa línea están las dos compras que hizo el Estado, menores, pero compras al fin y al cabo: la del Retrato de María del Rosario Rodríguez del Morzo (O/L, 96 x 69 cm; 157), de Agustín Esteve, adjudicado por 6.500 euros, y la de Retrato de una dama de la aristocracia (O/L, 58 x 47 cm; 175), de Luis de Madrazo, por apenas 1.900 euros. Por último, en la pintura preciosista destacaron también los 10.000 euros ofrecidos online por la preciosista Dama con cesta de flores (O/L, 55,5 x 38 cm; 161), de Eduardo León Garrido.

Terminamos con la pintura antigua, donde se produjo la segunda mejor venta de la cita. Me refiero, como decíamos en el subtítulo, a la tabla de nada menos que 123 x 87 cm (lote 62), del Maestro de Alcira (o quizá Gaspar Godos (1480/1 – c.1547)): Aparición de Cristo resucitado a la Virgen acompañado de Dios Padre, ángeles y santos del limbo (123 x 87 cm; 62). En nuestro artículo de previos señalábamos sus evidentes ecos piombescos y veíamos más que justificados los 36.000 euros pedidos, dada su calidad. El coleccionismo de este tipo de piezas, bastante reducido todo sea dicho, percibió también la oportunidad y las pujas fueron sucediéndose rápidamente, entre dos teléfonos, fundamentalmente, hasta terminar rematándose la tabla por 50.000 euros. Inferiores en calidad eran las tablas góticas del Maestro de Xátiva -identificado por algunos con Antonio Cabanes-, que debieron pertenecer a un mismo retablo desmembrado dadas sus similitudes de tamaño y formales; se trataba de Santa Bárbara y la Misa de san Gregorio (O/T, 50 x 40 cm c/u; 61), que pasaron de 18.000 a 28.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte

Fernando Zóbel. Invierno en Sevilla IV, 1977. Salida: 55.000 euros. Remate: 75.000 euros. No vendido por reserva; adjudicado posteriormente por 70.000 euros
Jenaro Pérez Villaamil, Paisaje con río, pueblo y ruinas, 1833. Salida: 14.000 euros. Remate: 28.000 euros
Maestro de Alcira (quizá Gaspar Godos). Aparición de Cristo resucitado a la Virgen acompañado de Dios Padre, ángeles y santos del limbo. Salida: 36.000 euros. Remate: 50.000 euros
Juan Navarro Baldeweg. Casa amarilla, 1999. Salida y remate: 21.000 euros
Agustín Esteve, Retrato de María del Rosario Rodríguez del Morzo. Salida: 5.500 euros. Remate: 6.500 euros. Comprado por el Estado
Maestro de Xátiva, Santa Bárbara y Misa de san Gregorio. Salida: 18.000 euros. Remate: 28.000 euros
Joaquín Sorolla. El baño. Niños en la playa, 1908-1909. Salida: 18.000 euros. Remate: 40.000 euros
Luis de Madrazo, Retrato de una dama de la aristocracia. Salida: 1.800 euros. Remate: 1.900 euros. Comprado por el Estado