Nicola Spinosa: «Es un cuadro mucho más interesante de lo que había pensado»
El exdirector del Museo de Capodimonte y especialista en la pintura napolitana del siglo XV al XIX ya ha podido estudiar el Ecce Homo atribuido a Caravaggio en primera persona. Para el resto de especialistas e interesados tiene palabras de cautela y paciencia. La restauración, según dice, es imprescindible para alcanzar cualquier juicio.
TEXTO: Fernando Rayón
*¿Cuándo supo de la obra por primera vez?
*La vi por primera vez el 5 de abril de 2021 cuando Javier López Serrano de Ansorena me envió una fotografía en color del cuadro preguntándome si podía ser una obra de José de Ribera.
*¿Qué le contestó?
*Al día siguiente le dije por por correo electrónico que no me parecía atribuible a Ribera y que, para dar una opinión menos genérica y precipitada, era necesario examinar el cuadro de cerca.
«Por la foto parecía en
un modesto estado de
conservación y cubierto
por una capa extensa y
gruesa de barniz»
*¿Qué hacía necesaria esa inspección?
*Por la fotografía parecía en un modesto estado de conservación y cubierto por una capa tan extensa y gruesa de barniz viejo oxidado como para dificultar la lectura del conjunto y, sobre todo, de algunos detalles principales. Desgraciadamente, la casa de subastas nunca me propuso ir a Madrid para examinar directamente el cuadro antes de que se publicara en el catálogo de la subasta en la que debería haberse ofrecido.
*¿Cuál fue su primera impresión?
*Como ya he señalado en otras ocasiones y aquí anteriormente, siempre he excluido que el Ecce Homo de Madrid pudiera ser obra de Ribera, aunque por la imagen me parecía un cuadro de cierto interés y, por tanto, escribí: «Digno de un estudio en profundidad, pero basado en un examen directo del mismo».
*¿Cambió de opinión cuándo la vio en persona?
*No, ni siquiera después de que Jorge Coll, de Colnaghi, me permitiera examinarlo de cerca y durante media hora el pasado 24 de mayo, en la cámara acorazada de una empresa de transportes de las afueras de Madrid donde fue trasladado tras ser expuesto en Ansorena.
*¿Y qué le pareció?
*A pesar de su modesto estado de conservación –cubierto por capas de barniz oxidado–, e incluso con el poco tiempo disponible para el examen, me pareció de gran calidad.
*¿Por algún detalle en especial?
*Sí, por la vigorosa representación naturalista de los rostros de Cristo y de Poncio Pilatos. Este último tiene una mirada dirigida hacia el observador que merece un estudio cuidadoso y profundo mediante la comparación con las obras conocidas de Caravaggio y de otros pintores caravaggistas activos en Roma y Nápoles entre finales de la primera década del siglo XVII y los últimos años de la siguiente. Aunque algunos detalles como las manos de Pilatos, por ejemplo, y las de Cristo atado con una cuerda mediocremente pintada son de una factura pictórica modesta.
«No he cambiado de
opinión, ni siquiera
después de que Jorge
Coll, de Colnaghi, me
permitiera examinarlo
de cerca y durante
media hora»
*Esa diferencia de calidades, ¿a qué se puede deber?
*Pues o bien la obra fue sometida en el pasado a un trabajo de restauración apresurado y desacertado o, si es de Caravaggio, fue restaurado, dañado en años posteriores o quizá dejado inacabado por el maestro lombardo y completado en algunas zonas por un pintor aún anónimo y sin habilidad, como en otros casos conocidos.
*¿Cuál fue su conclusión?
*En ese examen directo pero breve tuve la confirmación de que el Ecce Homo, aunque necesitado de un cuidadoso trabajo de restauración, ciertamente no era obra del joven Ribera entre Roma y Nápoles, entre 1615 y 1616, como se intentó proponer antes de su presentación en subasta.
*Debido al estado de conservación que comentaba, ¿qué limitaciones hay para la investigación?
*Principalmente, que resulta precipitado y no menos arriesgado asignar la autoría a Caravaggio o a otro pintor de su entorno –desde el napolitano Giovanni Battista Caracciolo hasta el siciliano Mario Minniti– con el lienzo en su estado actual.
*Entonces, ¿tiene una opinión formada en cuanto a la autoría?
*Creo que es un cuadro mucho más interesante de lo que había pensado cuando lo vi a través de la reproducción fotográfica. Pero también creo que, justo por ese mayor interés, hay que estudiarlo con detenimiento y sin prisas. Sobre todo, cuando se haya retirado el barniz amarillento y se pueda comprobar qué partes son originales y cuáles son el resultado de una restauración o de la finalización o rehechura de algunos detalles desaparecidos o dañados (como las manos de Pilatos y las atadas de Cristo o como parte del manto rojo y de la figura del joven verdugo en el fondo).
*Si se trata de un caravaggio ¿en qué periodo de su producción lo dataría?
*Si la limpieza de la superficie pictórica confirma la alta calidad de los rostros de Cristo y de Poncio Pilatos –hasta el punto de sugerir o confirmar a Caravaggio como su seguro y único autor– la referencia más evidente sería con los cuadros de su último año de actividad, entre 1609 y 1610, en sus estancias en Siracusa y Mesina, después en Malta, y coincidiendo con su segunda estancia en Nápoles.
*Hay algunos historiadores que relacionan la obra con el encargo que hizo el cardenal Massimi en Roma en 1605 a Caravaggio…
*Estos historiadores del arte están, en mi opinión y sobre todo por el intento de atribuir la «primogenitura» de su atribución a Caravaggio, completamente fuera de lugar.
*¿Hay diferencias en la ejecución?
*Sí. Las obras pintadas por Caravaggio en 1605, cuando realizó para el cardenal Massimi un Ecce Homo identificado por algunos con el lienzo –por otra parte muy restaurado- de las colecciones del Palazzo Bianco de Génova, presentan soluciones estilísticas muy diferentes de las de su último periodo entre Sicilia y Nápoles.
*¿Qué diría a esos historiadores?
*Que sería oportuno buscar para ellos y para los lectores de documentos de archivo que hasta ahora se han pronunciado convencidos –con un poco de prisa comprensible y una pizca de arrogante presunción crítica– a favor de atribuir el Ecce Homo madrileño a la mano de Caravaggio, un lugar en la benemérita asociación que desde principios del siglo XVII se ocupó en Nápoles de asistir a los invidentes. Significativamente, se llamó «Ciegos del Caravaggio». Este lugar tenía su sede en la iglesia de Santa María del Caravaggio bajo la protección de la marquesa Sforza Colonna que, nacida en Caravaggio, acogió más tarde a Michelangelo Merisi durante sus dos estancias en Nápoles.
*Si se confirman la existencia de las tres copias que propone Cristina Terzaghi (la publicada por Longhi en 1954, otra subastada en Il Ponte y la tercera en una colección particular inglesa), ¿reforzarían la atribución a Caravaggio?
*La presencia de numerosas copias de cuadros atribuidos en los últimos años, con razón o sin ella, al pintor lombardo está documentada desde hace tiempo: es el caso, entre los diversos ejemplos conocidos en Nápoles, de Judit cortando la cabeza de Holofernes, La Crucifixión de San Andrés y la Magdalena penitente. Por eso no resulta sorprendente ni significativo que la señorita Cristina Terzaghi, conocida experta en documentos de archivo, haya señalado la presencia en la Fondazione Longhi de Florencia de imágenes de tres ejemplares del Ecce Homo.
*¿Hay alguna copia que considere más significativa?
*Quizá –para la probable datación de este cuadro en la época de la estancia del pintor en Sicilia y luego en Nápoles, entre 1609 y 1610– la que se conserva en una colección siciliana, también publicada. En lo que a mí respecta, el cuadro sigue esperando al menos a la primera e imprescindible limpieza de su superficie cromática para ser asignado con mayor seguridad a su verdadero autor.
«En lo que a mi respecta,
el cuadro sigue
esperando al menos la
primera e imprescindible
limpieza de su superficie
cromática para ser
asignado con mayor
seguridad a su
verdadero autor»
«debería ser
adquirido por
un museo de
prestigio e
importancia
internacional
como el Prado.
O bien […] por un
coleccionista
privado,
español o
extranjero,
que lo
expusiera»
*¿Le sorprende la cantidad de documentación que traza el recorrido de la pieza (el inventario del II conde de Castrillo, la permuta de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, las testamentarías de Carlos II y Carlos III)?
*No, ninguna sorpresa. Un cuadro de Caravaggio, sobre todo si pertenece a una colección antigua y prestigiosa, está casi siempre documentado con el nombre de su verdadero autor en los inventarios del siglo XVII; aunque en muchos inventarios de los siglos XVIII y XIX la referencia al pintor lombardo no siempre se corresponde con la verdadera…
*¿Qué opina del revuelo que ha habido en la prensa?
*Si la historia del arte tuviese que basarse en las «noticias» que la prensa da a bombo y platillo sobre el «descubrimiento» de una obra del mítico y popular Caravaggio –real o presunto– o de Leonardo o Rafael, la disciplina seguiría detenida en las obras pintadas en las paredes de las cuevas en el Neolítico o poco después…
*¿Cuál debería ser el destino de la pieza?
*Si con los estudios terminados o suficientemente avanzados el Ecce Homo resultara ser sin duda una obra de Caravaggio –por tanto, sin posibilidad de salir de España–, debería ser adquirido por un museo de prestigio e importancia internacional como el Prado. O bien, a falta de los necesarios recursos estatales, sería deseable que el cuadro fuera comprado por un coleccionista privado, español o extranjero, pero que lo expusiera o en un museo o en la sede de una fundación privada. De esta manera, sería a la vez visible para los visitantes interesados y estaría disponible para los estudios e investigaciones, amplias y profundas, de todos aquellos historiadores del arte –y no son pocos– que no solo tienen ganas de «hacer apariciones».