Fernando Zóbel. Orilla 61, 1981, detalle. Salida: 30.000 euros
ZÓBEL EN FERNANDO DURÁN
Junto a sus ya habituales lotes de contemporáneo, la casa ofrece además para los días 25 y 26 de octubre un espectacular Lucas Jordán
Tras los años pasados de euforia en el mercado asiático por los lienzos de Fernando Zóbel, la fiebre disminuyó ligeramente en nuestro país durante la última temporada. Retrocediendo, en abril, La vista XXXIV subió a los 46.000 euros en Isbilya (ver); en marzo, Hot sun, cool fire, 1972 llegó a los 50.000 euros en Durán (ver); y en diciembre de 2015, La presa XII, 1981 se remató por los 36.000 euros iniciales en Fernando Durán (ver) mientras Chopo, 1975 subía a 40.000 euros en Alcalá (ver), lejos eso sí de los 170.000 euros en que se remató finalmente el fantástico Bronce IV, 1959 en Segre (ver).
Quizá ahora, con estos datos previos, se entienda mejor la salida por 30.000 euros del lienzo Orilla 61, 1981 (O/L, 60 x 60 cm; lote 78A) en Fernando Durán. Precio contenido, ligeramente atractivo ya, para un mercado que parece un tanto hastiado por las piezas medias, y que sigue esperando, sediento, obras superiores por las que pujará hasta la locura; pero esas no son precisamente las tardías, de los años ochenta.
Si avanzamos en los años ochenta, encontramos obras de buenos artistas que el mercado parece desdeñar, o al menos no valora lo que su calidad pide, así de caprichoso es. Y se convierten, dados los buenos tamaños, en oportunidades. Me refiero a la Aspiradora óxido rojo, 1983 (O/L, 260 x 190 cm; 86), de José María Sicilia, que sale por 30.000 euros (en julio de 2015 se ofreció por 40.000 euros); al buen NM37, 1988 (Tm/L, 154 x 175 cm; 85) de Miguel Ángel Campano por apenas 8.000 euros; o al delicado Nº 35, 1979 (A y O/L, 199,5 x 136,5 cm; 81) de Jordi Teixidor, por citar sólo algunos. Verdaderas oportunidades.
Si retrocedemos, de los años 60 hay varias obras dignas de mención de los clásicos, en precios ya más habituales. En primer lugar, Pintura 325, 1962 (Tm/L, 27 x 35 cm; 83) de Luis Feito, un buen ejercicio en rojos y negros típico suyo, por 9.000 euros; de 1967, un muy fino gouache de Eusebio Sempere, El nacimiento de la S (65 x 50 cm; 79), por 5.000 euros; o ya de 1969, Collage con cajas blancas y ocres (57 x 47 cm; 78B) de Gerardo Rueda, por 6.000 euros. O ya de 1970, el gouache Sin título (38 x 56 cm; 97) de José Guerrero, por 5.500 euros. Inferior en importancia, pero más atractivo en la buscada relación calidad-precio, incluiría aquí Sin título, 1965 (O/L, 130 x 12 cm; 139) de Alfonso Fraile, por 4.000 euros.
Sigamos retrocediendo, hacia los regionalismos renovados, pues sobresale una Carnavalada (O/L, 50 x 66 cm; 51) del asturiano Evaristo Valle, con sus siempre atractivas gamas de verdes, combinadas esta vez con rosas, azules y cárdenos. Procedente de la colección de Adolfo Suárez, comprado directamente al pintor, se ofrece por 48.000 euros, una cifra ya importante para sus habituales cotizaciones.
De 1928 es el cartón de Joaquín Torres García, expuesto el pasado año en el Museo de Bellas Artes de Murcia: Dos cabezas femeninas (25,5 x 36,5 cm; 54). No ha llegado aún su abstracción típica, pero estamos ya en ese camino con esta pieza de rasgos simplificados y obvio recuerdo cubista, por la que se piden 22.000 euros. Y de 1910, una de esas sorpresas que sólo aparecen de cuando en cuando: un conjunto de cuatro relieves de yeso coloreados al temple por el moderno, tan poco valorado aún, Nemesio Mogrobejo: Desnudo con uvas, Ugolino, Desnudo con manzana y Figura (62 x 76 cm; 46), por 9.000 euros. A este respecto, sólo hay que recordar los 3.000 euros pagados en Appolo Subastas en diciembre de 2012 por el pequeño relieve en bronce, Dama (41 x 31 cm).
Y llegamos ya a la pintura finisecular. Por nombre, la pieza más destacada es el Retrato que Joaquín Sorolla pintó en 1912 al boticario de Oropesa, Platón Páramo (O/paleta, 37 x 50 cm; 762), con motivo de su estancia en aquel pueblo y en Lagartera para realizar los estudios de los famosos murales para la Hispanic Society de Nueva York. Sorprenden los tonos rosáceos de la barba en contraste con unos impolutos blancos del cuello, y una mirada profunda y cercana; quizá por ello deberá iniciar las pujas en los 22.000 euros. Con una calidad muy alta también, aunque en este caso por unos más atractivos 18.000 euros, Vista de la sierra de Guadarrama (O/L, 26 x 49 cm; 761), un delicado paisaje del magnífico Aureliano de Beruete, que recuerda las Montañas nevadas vendidas por 35.000 euros en marzo pasado en Alcalá (ver) y más aún Vista de la sierra de Guadarrama (O/L, 39,5 x 54 cm), adjudicado finalmente en la misma sala en marzo de 2014 por 32.500 euros. No sería pues extraño, que subiese unas cuantas pujas…
Dos pinceladas más. En pleno siglo XIX, no se pierdan el gran Retrato del marqués de Orovio, ministro de Fomento con Sagasta y Cánovas (O/L, 138 x 110 cm; 770) de Federico de Madrazo. Exquisito retrato, firmado y dedicado, que se ofrece por 18.000 euros; y no sería extraño que dada la posición del personaje retratado, y la calidad de la pintura, tratase de hacerse con él el Estado…
Por último aunque no por ello menos importante, la pieza más espectacular de la licitación: Adoración de los pastores, c. 1695/97 (O/L, 168 x 209 cm; 683) de Luca Giordano. Con reciente informe de Nicola Spinosa donde recorre la trayectoria del napolitano, destacan las cualidades táctiles de los distintos tejidos y carnaciones, además del estudio lumínico tan propio del momento barroco, alejado ya un tanto de las primeras influencias caravaggescas. La salida, 115.000 euros, por encima de las últimas ventas, la más destacada de las cuales fue una fantástica Vocación de san Pedro y san Andrés (O/L, 240 x 379 cm) que se disparó en diciembre pasado hasta los 272.800 euros, tras haber salido por unos sorprendentes 60.000/80.000 euros (ver).
Se quedan muchas obras en el tintero; vean el catálogo y la exposición, y las descubrirán ustedes mismos. Daniel Díaz @Invertirenarte