Zóbel de nuevo en Segre
Apuesta por Zóbel con ‘Dánae’, una obra firmada en 1964 y que parte de 65.000 euros en la cita del martes 23 de mayo
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Hemos comprobado en los últimos años en nuestro país, y fuera de él, que una buena obra de Fernando Zóbel (1924-1984), medianamente bien tasada, es un seguro de venta. El mercado asiático sigue pujante y muchos filipinos buscan hacerse con una pieza suya; de ahí su continua subida de precio en un mercado cada vez más global.
De su mano, Segre ofrece un curioso lienzo firmado el 15 de mayo de 1964; se trata de Dánae (O/L, 60 x 60 cm; lote 419), procedente de la galería Juana Mordó de Madrid, expuesto en 2021 en la Fundación Pons con la galería Mayoral, y publicado en el razonado de Alfonso de la Torre (nº 64-41, pág. 287). Se piden 65.000 euros, que subirán.
Como abstracto, todo sucede con otro lenguaje; y así, en vez de la figura femenina vemos una especie de ráfaga, una presencia que queda apenas esbozada con unos trazos negros sobre la línea del horizonte; y Júpiter ha sido transformado no en monedas de oro sino en pequeños cuadraditos de distintas tonalidades, desde el amarillo marrón al casi blanco, pasando por el amarillo más claro. Todo queda sugerido, como en la poesía de Tiziano que compró Velázquez y que ahora podemos disfrutar en el Prado (ver).
Para ejemplificar la evolución de precios, me gustaría citar la venta de uno de ese mismo año 1964, y con ese juego de cuadraditos, aunque de un tamaño bastante superior: Sin título (O/L, 145 x 112 cm) alcanzó en septiembre de 2017, en Leon Gallery, los 155.325 euros (ver); apenas cinco años más tarde, en abril de 2022, Sotheby’s Hong Kong lo vendió por nada menos que 577.624 euros (ver). Similar, Almendros, 1964 (O/L, 80 x 80 cm; ver), se vendió en octubre de 2021 en Sotheby’s Hong Kong por 181.945 euros. De 80 x 80 cm también, Bodegón, 1964 se vendió en Christie’s Hong Kong en diciembre de 2020 por 172.584 euros (ver). De 60 x 60 cm, Los grajos IV, 1964 subió a 151.856 en octubre de 2020 en Sotheby’s Hong Kong (ver), mientras uno de 41 x 41 cm, Untitled, 1964-1966 escalaba su estimación hasta pagarse por él en septiembre de 2021, en León Gallery, nada menos que 128.631 euros (ver).
Junto a este lienzo, sobresale la malla de Manuel Rivera, ligeramente posterior: Martinete, 1967 (óleo sobre madera y tela metálica, alambre y metal, 162 x 114 cm; 393), procedente de la galería Juana Mordó y de Leandro Navarro, expuesta en varias ocasiones y publicada en el razonado de de la Torre (nº 430, pág. 272), por el que se piden 38.000 euros, que deberían subir también.
De esos años, grosso modo, hay dos piezas que debemos mencionar. La primera, Los tres músicos, 1971 (pintura sobre cartón piedra, 64 x 60 x 23 cm; 427), de Equipo Crónica; con 25 versiones originales y editada por val i 30 de Valencia, saldrá a pujas por 12.000 euros. Más cercana a la pintura, la Estructura. Figura imposible, 1972 (A/T, 114 x 107 x 5,5 cm; 428), de José María Yturralde, es un paso en la abstracción geométrica, con su típico juego de esos años de figuras que recuerdan el mundo de Escher. Se piden 23.000 euros.
Pero si avanzamos en el tiempo, a los años 90 y 2000 ya, no se pierdan estas tres esculturas. La de Pello Irazu, Sin título (madera y plástico, 33 x 92 x 25 cm; 479), por 6.000 euros, y la de Txomin Badiola, New Bastard, 1991 (construcción en madera y silla, 257 x 130 x 51 cm; 480), por 19.000 euros; buenos ejemplares de la nueva escultura vasca, ambas proceden de la galería Soledad Lorenzo de Madrid. Y la tercera, de Bernardí Roig, Colour light exercise, 2003 (resina y fluorescentes, PA de una edición de 5 ejemplares, 180 x 70 x 60 cm; 485), de Max Estrella, por 35.000 euros. Veremos cómo responden los clientes de Segre a esta invitación más contemporánea.
En la obra gráfica, de Francis Bacon se ofrece Miroir de la Tauromachie, 1990 (23/150, 48 x 36 cm; 597), una litografía relativamente difícil de encontrar (es más común la parte central y la izquierda del tríptico), por 12.000 euros; y de Manolo Valdés, Reina Mariana I, 2000 (aguafuerte y collage sobre papel, 20/100, 169,5 x 97 cm; 603), por 9.000 euros.
Si retrocedemos a la pintura de comienzo de siglo, vean con cierto detenimiento el lienzo del cordobés Julio Romero de Torres, Mirella, c. 1921 (óleo y temple sobre lienzo, 48,2 x 45 cm; 162), donde la retratada porta un anillo con el uróboro, el símbolo de la continuidad de la vida. Con el visto bueno de Mercedes Valverde, saldrá a pujas desde los 35.000 euros.
Para terminar, la pintura antigua donde brilla con luz propia una tabla con Santo Domingo de Guzmán (óleo sobre tabla, 48,5 x 29 cm; 110), de un seguidor de Alejo Fernández. Pintada hacia 1519 muestra, y procedente de la colección Pérez de Guzmán y Urzáiz, además de un conocimiento ya bastante maduro de la perspectiva lineal, una técnica de gran calidad, que se percibe no sólo en los pliegues de la capa y el mateo sino también en el fondo dorado a modo de tapiz con palmetas y piñas. Su salida, 40.000 euros, sin duda habla más de calidad que de un nombre concreto. Daniel Díaz @Invertirenarte
