Una tabla de Luis Fernández en Durán
Un cráneo de su mano de hacia 1952 se ofrece por 40.000 euros en la cita del 25 de junio
Pintor asturiano nacido en Oviedo, tras su formación en Barcelona Luis Fernández (1900-1973) viaja a París en 1924 donde trata directamente a los vanguardistas Brancusi, Braque y Ozenfant, pero también a Julio González y, a partir de 1933, a Picasso.
Su primera exposición individual se hizo esperar, mucho; será en 1950, en la Galería Pierre de París, y tardó otros seis años en exponer de nuevo de forma individual, esta vez ya en la Galería Cahiers d’Art, impulsada por un matrimonio amigo del artista, los conocidos Yvonne y Christian Zervos. Quizá por eso su obra, evoluciona de forma lenta pero progresiva hacia un mundo personal, hermético, marcado por una visión analítica en la que se analiza no sólo la forma, sino también el espíritu del objeto y en el que cada pincelada se encuentra profundamente meditada.
Su producción fue, a la postre, una peculiar y muy personal figuración, totalmente apartada de las principales corrientes artísticas de la época, que culmina en 1972, con una exposición antológica organizada nada menos que por el Museo Nacional de Arte Moderno en el palacete Rothschild de París (ver y ver).
De los años entre sus primeras individuales pero probablemente antes de 1954 -año en que muere su esposa y que traerá no sólo una crisis nerviosa sino un cambio de temática hacia marinas y animales-, es la obra de su mano que ofrece Durán: Crâne (Cráneo), c. 1952 (O/T, 45 x 23,5 cm; lote 255), una suerte de memento mori -en la línea, por cierto, del que custodia el Reina Sofía (ver)- procedente de la colección de su galerista en París, Alexandre Iolas, que luego fundaría con María Luisa Velasco la conocida galería madrileña Iolas-Velasco en Zurbano, 88. La mención de la procedencia habla por sí sola de la calidad de la obra, que un galerista guarda consigo y no quiere vender… Y que se ofrece ahora por 40.000 euros.
En este sentido, es bueno poner el contexto. En marzo de 2022, Sotheby’s París vendió por 47.880 euros Deux colombes, c. 1963/5 (O/L, 33,3 x 41 cm; ver), y por 37.800 euros Barque ou Barca, c. 1962/3 (O/L, 24,1 x 16,1 cm; ver), procedentes ambos también de la colección de Alexandre Iolas. En nuestro país, en marzo de 2018 Alcalá vendía tres magníficos dibujos suyos (ver): el más clásico Bodegón con gallo y conejo, 1941 pasó de 3.000 a 11.000 euros, mientras los más expresionistas Anciano y niño, 1939 de 6.000 a 17.000 euros, y Figura, 1938 de 10.000 a 16.000 euros. Y mayo de 2017 Segre adjudicó su Composición. Paisaje, 1939 (O/L, 60 x 73 cm), por los 35.000 euros pedidos, a la Colección Fundación María Cristina Masaveu Peterson (ver).
Me parece interesante el papel de Manuel Hernández Mompó, Luces, 1980 (Tm/papel, 100 x 69 cm; 226), con etiquetas al dorso de las galerías Lorenart de Madrid y Joan Prats de Barcelona. Su salida: 7.000 euros. Ya que estamos con obra sobre papel, dos apuntes. El primero, una breve colección de cuatro singulares e interesantes collages del diseñador Lorenzo Caprile (lotes 216 y ss), que se ofrecen desde apenas 85 euros y que subirán. Y la extensa sección de obra gráfica, con más de doscientas obras, que harán las delicias de los coleccionistas por los atractivos precios de inicio, aunque siempre terminan subiendo y vendiéndose a precios más habituales.
De la pintura finisecular de Durán, probablemente suba de precio la acuarela firmada en Venecia del filipino Juan Luna: Joven veneciana al pie del canal (64 x 34,2 cm; 656), que se ofrece por 6.000 euros. Y sobresale una Vista del Bacino, Venecia (O/L, firmado y localizado en Venecia, 32 x 73 cm; 654), de Antonio Reyna, por unos 12.000 euros, no especialmente atractivos para los tiempos que corren.
Y de siglo anterior ya, una buena Virgen Inmaculada, c. 1814 (O/L, 46 x 33 cm, con bello marco cornucopia de madera tallada y dorada; 714), de Vicente López. Publicada por José Luis Díez en su catálogo razonado (repr. lám. 8, P-67), según el autor “guarda semejanzas con otros modelos similares ejecutados en las mismas fechas como el dibujo conservado en el Museo del Castillo de Peralada, el dibujo de la Biblioteca Nacional (nº 3.878) o la Inmaculada del Museo Lázaro Galdiano (nº 6.881) realizadas hacia 1813”. Daniel Díaz @Invertirenarte