Una Inmaculada inédita de Alonso Cano en Segre
Ofrecida por 100.000 euros en la cita del 17 de diciembre, destaca junto a los lienzos de Valdés Leal, Janssens o Sorolla
Creo percibir un especial cuidado en la cita de diciembre de Segre, con lotes reservados para que brillen en estas fechas pues ya se sabe que es un mes donde se hacen esfuerzos económicos y donde se cierra el año. Más de un coleccionista querrá poner el broche de oro, con su consiguiente desgravación fiscal…
La pieza reina será, sin duda, la bella, inédita y magnífica Inmaculada Concepción, c. 1660/7 (O/L, 192,5 x 135,5 cm; lote 51), del granadino Alonso Cano (1601-1667). Más allá del precio que pueda alcanzar o de su más que posible compra por parte del Estado español, destila calidad e historia por los cuatro costados. Nada sabemos de su primer destino ni del mecenas que la encargó, pero aparece en la colección del general irlandés John Meade, Cónsul general en Madrid desde 1816 (ver).
Tenemos noticia de ella por su testamento ante Jacinto Gaona en 1842, cuando vende 54 obras de su colección al anticuario Mateo Recio para su amante Ángela Laporta, cuyos descendientes la ofrecen ahora. En ese documento de 1842 se tasa la obra de Cano en 3.000 reales, la más cara de todas junto a Ribalta (el resto de su colección, más de 450 lotes por cierto, se vendió en dos subastas en Londres, en 1847 y en 1851).
La Inmaculada es un bello ejemplo de la evolución del pintor, desde unos inicios más tenebristas -y en ese sentido, similares a los de Velázquez-, hasta tonalidades más amables, en azules y blancos de sus últimos años. La sala menciona, por cierto, dos posibles trabajos previos: el del oratorio de la catedral de Granada, con ecos de la famosa pequeña pero exquisita talla, y el del Museo de Magdeburgo (atribuida a Niño de Guevara), desaparecido. En excelente estado de conservación, se piden 100.000 euros.
Ya que estamos en el mundo barroco andaluz, vean dos obras más. La primera, de Juan de Valdés Leal: Ángel pasionario con jofaina, caña con esponja y lanza, c. 1665-1670 (O/L, 183 x 107 cm; 50). La obra, con su habitual colorido y composición barroca, debió pertenecer a un ciclo, formado por otros seis o siete lienzos; de hecho, Ángel con flagelo y columna está en la colección del Banco de España (ver), y Ángel con sudario (ver), en colección particular sevillana. De semejantes dimensiones y técnica, pueden fecharse entre 1665-1670, los años de plenitud del artista, y es muy probable que pertenecieran a la colección del canónigo sevillano López Cepero, que atesoró una importante colección de pintura tras la desamortización eclesiástica de 1836. Su salida: 90.000 euros.
Y la segunda, de Bartolomé Esteban Murillo: La inspiración de santo Tomás de Aquino, c. 1650 (O/L, 96 x 68 cm; 53), por 160.000 euros. Con un cromatismo marcadamente sobrio, donde sobresale el contraste del blanco con el negro del hábito dominico y la luz anaranjada procedente del cielo que simboliza la inspiración divina, debió ser compañero de un San Buenaventura que actualmente pertenece a una colección madrileña.
De la misma procedencia que la Inmaculada de Cano -el mismo general Meade que vendió algunas de sus obras para su amante-, se ofrece también una tabla de Abraham Janssens I: Diana cazadora y las ninfas (O/T, 127 x 97 cm; 52), valorada en aquella venta de 1842 por 1.000 euros, que la sala traduce a 65.000 euros hoy día. Con una atractiva naturaleza muerta de animales de caza en la parte inferior, que algunos piensan de mano de Snijders, y un dibujo casi miguelangelesco, se conocen distintas versiones de esta obra y de otras similares de Atalanta y Meleagro, con lo que parece que debió pertenecer a un ciclo cinegético (ver).
Ya que estamos en ese ambiente extranjero, no se olviden de dos obras más. La primera, un buen San Sebastián (O/L, 122 x 96,5 cm; 45), de Luca Giordano, procedente de la galería Caylus, de Madrid, por el que se piden 40.000 euros. Su luminosidad en colores terrosos aporta una llamativa serenidad, que debe venir de lo alto, para su martirio. Y el interesante Retrato de Juan de Velasco (O/L, 200 x 119 cm; 46), de Gaspar de Crayer, por 28.000 euros; el que fuera secretario de Ambrosio Spínola en Génova y Flandes, y luego secretario real de Felipe III y Felipe IV, falleció poco después. Pero no sería extraño que contratara a de Crayer con motivo de su nombramiento pues, sobre un fondo de cortinaje rojo, aparece retratado con el sombrero sobre la mesa, privilegio real -el de poder estar descubiertos- reservado a los altos dignatarios.
Del siglo XVIII, y por 30.000 euros, vean el lienzo de Mariano Salvador Maella, Aparición de Santa Leocadia a San Ildefonso en presencia de la Virgen y del rey Recesvinto y su corte, c. 1770-1771 (O/L, 106 x 54,3 cm; 56). Se trata del boceto definitivo en lienzo para el perdido fresco por sucesivos incendios del oratorio de la Colegiata de La Granja de San Ildefonso, y usado por el pintor Horacio Ferrer en su rehabilitación, ya en 1954.
Del 1905 es el Retrato de Manuel M. Ducasi y de Laiglesia (O/L, 51,8 x 65,5 cm; 65), de Joaquín Sorolla. Firmado, fechado y dedicado al retratado, eran vecinos y amigos durante los años que vivió en el Pasaje de la Alhambra (calle de Augusto Figueroa) de Madrid. Su salida, 48.000 euros.
Ligeramente posterior, de hacia 1923, es el Biombo (temple, 155 x 54,5 cm cada hoja; 155 x 218 cm en total; 374), de Salvador Dalí. Con certificados de su hermana Ana María -de quien procede-, del propio Salvador y de la Fundación, estuvo entre otras en la colección de Juan Abelló y expuesto en la Hayward Gallery de Londres entre 1985-1986 y en la muestra Japonismo: La fascinación por el arte japonés, de Caixa Forum, Madrid, entre 2013-2104. Su salida por 35.000 euros, quizá la haga atractiva a la Residencia de Estudiantes, donde vivió con Lorca, Buñuel y aquella generación desde su llegada en el curso 1922-1923.
Si avanzamos en el tiempo, y abreviando ya mucho, vean el lienzo de 1960 de Luis Feito, Sin título. Nº 615 (O/L, 90 x 99 cm; 390), procedente de la galerie Arnaud, de París. Con sus típicos negros y rojos intensos y matéricos, propios del momento, y un buen tamaños, el inicio de las pujas comenzará desde los 29.000 euros. Y de 1980, Sin título (A/L, 195 x 130 cm; 409), una pieza de Soledad Sevilla, procedente de la colección de Gerardo Delgado por la que se piden 22.000 euros. En perfecta consonancia con las obras de la segunda sala de su actual exposición retrospectiva en el Reina (ver), esas pequeñas y sutiles variaciones en el espacio terminan configurando una interesante visión, como de movimiento en muchas de ellas.
Sin espacio ya, en esculturas vean las del Equipo Crónica (457) y de Ángela de la Cruz (471). Y en obra gráfica, un gran aguafuerte de Chillida (635), la serigrafía especialmente buscada de Manolo Valdés, Matisse como pretexto, 2001 (591) y el inmenso White Visor de Alex Katz (598). Subasta de muchos quilates en Segre; subasta de Navidad. Daniel Díaz @Invertirenarte