Un lienzo del suizo-francés Schneider por 55.000 euros en Ansorena
En la cita donde destacó la venta del Romero de Torres, el Estado compró además del cuadro de 1883 de Sorolla varias obras
Ansorena ofrecía un interesante lienzo de Gerard Schneider (1896-1986) titulado 7C (O/L, 81 x 100 cm; 718). Fechado en 1956 y procedente de la muestra Schneider, new paintings, de marzo de 1956, en la Kootz Gallery de Nueva York, donde se debió comprar, salía a pujas con un precio inicial de 20.000 euros.
Tras distintas fases vanguardistas, en 1946 expone en la primera exposición de arte abstracto de la posguerra, en la galería Denise René, de París. Pocos años más tarde, y en oposición a la abstracción geométrica, evoluciona con artistas abstractos de la segunda generación como Hans Hartung o Pierre Soulages hacia una abstracción a medio camino entre lo lírico y lo expresionista, siendo éste precisamente su momento más buscado. Para hacernos una idea, recordemos que Christie’s París, en diciembre pasado, vendió dos piezas suyas de cierta importancia: la mayor, Opus 86D, 1960 (O/L, 195 x 130 cm; ver), subió en buena lógica hasta los 275.000 euros, premium ya incluido, después de una extraña estimación de 20.000 a 30.000 euros; la otra, Sans titre, 1957 (O/L, 114 x 145 cm; ver) se vendió finalmente por 68.750 euros (su estimación era de 15.000 a 20.000 euros). En junio pasado, poco antes de la subasta mencionada en Christie’s, Sotheby’s París vendió por 63.000 euros (premium también incluido) Opus 5C, 1955 (O/L, 89 x 116 cm; ver); en diciembre de 2020, por 60.480 euros, Composition (Opus 29D), 1959 (O/L, 97 x 130 cm; ver) y por 69.300 euros, Composition (Opus 97D), 1960 (O/L, 97 x 130 cm; ver), por encima también de la estimación de 24.000 a 30.000 euros.
En la segunda mitad del siglo XX destacaron también, aunque en menor medida, otras ventas. Ligeramente posterior, y en esa vanguardia geométrica, de Eusebio Sempere, Sin título, 1962 (tintas sobre papel, 49 x 64 cm; 714), procedente de la galería Edurne de Madrid donde estuvo expuesto, se adjudicó por 6.500 euros, ofrecidos por un coleccionista en una puja previa. De Menchu Gal, Mi jardín, 1971 (O/táblex, 33 x 55 cm; 641), subió de 14.000 a 20.000, ofrecidos tras sucesivas pujas online, mientras La vaca en el prado (O/cartón, 38 x 46 cm; 642), se adjudicó por los 10.000 pedidos, de nuevo ofrecidos vía online. Por último, de Luis Gordillo, Sin título, 1985 (A/T, 69,5 x 100 cm; 716), subió también de 9.000 a 12.000 euros.
Retrocedamos de la mano de las otras dos ventas importantes en el cambio de siglo, de las que hablamos en nuestro artículo de previos (ver). La primera, de Julio Romero de Torres; su Joven de la rosa (óleo y temple/L, 40 x 35 cm; lote 250) se adjudicó a un coleccionista al teléfono que ofreció los 45.000 euros que se pedían. Seguramente tenga más interés para el gran público saber que el Estado compró de nuevo un cuadro de Joaquín Sorolla; esta vez se trata de la Niña cantora (O/L, 53 x 43 cm; 247), un lienzo de 1883, cuando el valenciano contaba ya con veinte años. Dedicado a su querido protector, su suegro Antonio García Peris, se adjudicó a una puja previa por escrito que había ofrecido los 40.000 euros necesarios para la compra del cuadro; en ese momento, el Estado ejerció su derecho y la adquirió, suponemos que para el Museo Sorolla. Por cierto, de Sorolla también, su Estudio de cabeza de mujer, 1890-1900 (O/L/T, 17 x 13,5 cm; 248) subió de 12.000 a 17.000 euros. Y de los otros dos valencianos: de Joaquín Agrasot, Bandolero, 1878 (O/L, 77 x 47 cm; 255) se adjudicó por 9.000 euros, y de Ignacio Pinazo, Niño y cabras, 1901 (O/L, 55 x 46 cm; 256) por 9.500 euros, ambas a pujas por escrito previas.
Ya que hemos mencionado las compras del Estado, continuemos citando el resto. La del artista más conocido quizá sea la del Diseño sello de correos (tinta y grafito sobre papel, 12,5 x 38,5 cm; 113), de Mariano Bertuchi, comprada por 1.600 euros. Más caros, por 5.500 euros cada uno, el Estado compró también el libro de viajes de Alexandre Laborde, Voyage pintoresque et historique de l’Espagne (lote 300), publicado en París en cuatro volúmenes entre 1806 y 1820, y la Colección litográfica de cuadros del Rey de España don Fernando VII, 1832 (198 litografías con textos de Ceán Bermúdez y José Musso y Valiente; obra realizada en fascículos de la que se editaron 170 ejemplares; 301). Y, por último, de Francisco Javier Amérigo, una pareja de Conjunto de cinco diseños para la Real Fábrica de Tapices y Alfombras de Madrid (lotes 45 y 46), por 700 euros cada uno.
Respecto a los maestros antiguos, sobresalió la tabla con la Magdalena penitente (O/T, 66 x 57 cm; 164), de Giovanni Pitero Rizzoli, llamado Gianpietrino, que subió de 35.000 a 39.000 euros. Siguiendo el orden del precio alcanzado, de mayor a menor, de Juan Sánchez Cotán, se ofrecía por segunda vez su Huida a Egipto (O/L, 127,5 x 107 cm; 166); tras el fiasco de diciembre de 2021, cuando se pidieron 34.000 euros, ahora se adjudicó por los 26.000 pedidos. Y del apenas conocido Juan Mateos, su pareja de Retratos del rey Felipe V de España y de la reina María Luisa Gabriela de Saboya, 1701 (O/L, 84 x 62 cm c/u; 167), se adjudicó finalmente por 10.000 euros. Más internacional, la Sagrada Familia con ángeles (O/L, 123 x 99,5 cm; 160) de un seguidor de van Dyck, publicada en su día por Matías Díaz Padrón, pasó de 12.000 a 13.000 euros; y del afincado en Sevilla, Cornelio Schut, su Anunciación, 1668 (O/L, 190 x 151 cm; 159) subió de 8.500 a 9.000 euros.
Por último, del cuadernillo independiente de obra sobre papel, no encontró comprador el exquisito Estudio de tres cabezas de querubines, c. 1660 (23,3 x 16,5 cm; 16), de Juan Carreño de Miranda, ofrecido por 15.000 euros; una pena. Pero sí sobresalieron los 14.000 euros ofrecidos por la Última cena (O/papel/T, 52,2 x 31,4 cm; 25) del valenciano Luis Planes –extrañamente, el comprador no se interesó por su pareja, Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad (26), ofrecido en el mismo importe de salida. Por 8.000 euros se adjudicaron la Inmaculada Concepción, 1696 (pluma y aguada sepia con trazos de sanguina, 21,1 x 14,6 cm; 18) de Bartolomé Fernández, y la Dama con vestido de raso. Retrato de Madame Gaye, c. 1865/70 (aguada/papel, 32,6 x 23,2 cm; 67) de Mariano Fortuny; por 7.000 euros, la Danza en una escena de bacanal (pluma, tinta y carbón/papel, 25,8 x 19,2 cm; 4) de Jan de Bisschop; y por 6.000 Los desposorios de la Virgen y san José (tinta sepia a pluma, 22 x 17 cm; 17) del sevillano Francisco Herrera el Viejo. @Daniel Díaz
