Un dibujo de Antonio López por 50.000 euros en Ansorena
En la subasta del 5 de noviembre se ofrece también un Retrato de Carlos III por José del Castillo
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
Quedan lejanos ya aquellos días en que Antonio López García (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) era sinónimo de lo más caro, por encima de cualquier otro pintor español vivo y por encima también de otras modernidades. El hecho de pintar cuartos de baño, lavabos sucios y otras cotidianeidades que traían los más contemporáneos se veía como algo transgresor, recuperación del arte que uno puede encontrar cada día en una brocha de afeitar, sin necesidad de ir más allá de su propia casa como quien dice. Nadie como él supo verlo y reflejarlo; nadie con tal precisión y calidad, todo un vuelco al mundo ofrecido, cada vez más sofisticado y superficial. Algo que luego se ha imitado mucho, aunque sin esa calidad, con humor y colorines pop.
La larga sombra de aquella idea se materializó en Christie’s Londres un 20 de octubre de 2004, cuando Cuarto de baño, 1969, un magnífico dibujo a lápiz sobre papel montado en tabla, de 49,5 x 34,3 cm se vendió por nada menos que 139,650 GBP (201.305 euros; ver), lejos de la conservadora estimación de 30,000 a 40,000 GBP. Incluso durante los días en que se desencadenó la crisis financiera de 2008, entre finales de septiembre y comienzos de octubre, un coleccionista pagó 73.000 euros en Christie’s Madrid por Estudio de dos espaldas, 1964 (lápiz sobre cartón, 39 x 55 cm; ver). Más recientemente aún, en diciembre pasado para ser exactos, Sala retiro adjudicó por los 85.000 euros su carboncillo, Los novios, 1957 (48,5 x 67 cm; ver).
De todas formas, seguro que recuerdan la venta de su Madrid desde Torres Blancas, 1976-1982, en junio de 2008, cuando Christie´s lo adjudicó por casi 2,8 millones de dólares (1,74 millones de euros), y pasó a convertirse en el artista español vivo más cotizado. El comprador fue la propia galería Marlborough (ver), que ofreció el precio mínimo pedido -y pactó con la sala la eliminación de toda referencia a su compra en su página web hasta el día de hoy-. Y como tal flamante obra campeona apareció en 2009 en el stand de la galería en TEFAF Maastricht, a la búsqueda y captura de un comprador…
Ansorena, en estos tiempos que se van complicando día tras día, se atreve con una obra suya, y fija el precio de su fantástico Estudio de rosal, dibujado en 1964 con una técnica mixta sobre papel pegado a tabla que acusa ya el paso del tiempo y la oxidación (81 x 56 cm; lote 441), y con sus clásicas anotaciones sobre distancias, colores y tonos, en 50.000 euros. Será un momento intenso, cargado de posibilidades, y de significado para su mercado, el de Antonio López, y un buen indicador del nuestro.
Mucha más seguridad hay en la venta de un cuadro de Fernando Zóbel. Lo hemos visto una y otra vez en estos últimos años. Anteayer mismo se pagaron en Segre diez mil euros por dos tablitas filipinas cuyo interés era mínimo (ver). Y a su lado, los conservadores 15.000 euros que se piden por Fútbol XIII, 1976 (O/L, 50 x 50 cm; 422) parecen irrisorios. Aunque bien es cierto que estas composiciones deportivas despiertan menos pasiones en sus coleccionistas que un buen paisaje, a la inversa de la mayor parte de los espectadores de estos espectáculos.
Del siglo XX, aún recomendaría no pasar por alto dos óleos del Antoni Clavé joven: Femme peintre, 1951 (O/L, 65 x 54 cm; 226) y Bodegón, 1947 (O/T, 47,5 x 78 cm; 412), que se ofrece cada uno por 9.000 euros. Y tal vez un espectacular paisaje de Benjamín Palencia, Salvanés, 1963 (O/L, 100 x 130 cm; 227), foto de portada del catálogo, pero por el que se piden ya 60.000 euros.
La otra pieza que me parece especialmente interesante de la cita es un buen Retrato de Carlos III con traje de corte, c. 1775-1785 (O/L, 78,5 x 61,5 cm; lote 304) del madrileño José del Castillo, que deberá iniciar sus pujas desde los 20.000 euros. Aunque para el gran público su producción sea menor, hay obra suya de gran calidad. Para el estudioso Jesús López Ortega, que prepara su tesis doctoral sobre el pintor, este retrato inédito se realiza partiendo del conocido Retrato de Carlos III de Mengs en la colección Pérez Simón (ver), y del del Infante don Gabriel de Borbón del Museo del Prado (ver). Para el doctorando, la autoría se percibe “en la pincelada suelta y ligera, trabajada en amplios planos cromáticos, y alegrada con toques de pigmento blanco para resaltar las luces; la gradación tonal para construir los plegados de la ropa; y [la] utilización de colores brillantes…”
Ya que hemos retrocedido a la pintura antigua, mencionemos un interesante lienzo de Escuela colonial, Perú, siglo XVII: Carlos II y la defensa de la Eucaristía (O/L, 156 x 123 cm; 303), que refleja no sólo el modo de hacer colonial sino la cultura y el trasvase de la fe al Nuevo Mundo, en una imagen devocional con bastante ingenuidad y gracia. Mencionamos muy brevemente pero véanlos con detenimiento porque buscan mejores atribuciones que la de Escuela madrileña del siglo XVII tanto Los desposorios de la Virgen (O/L, 155 x 199 cm; 123), por unos no fáciles ya 20.000 euros, como una Guirnalda de flores con escena de santo benedictino (O/L, 101 x 80 cm; 290), por 1.400 euros.
Se quedan en el tintero las propuestas de Carlos Luis de Ribera, Virgen del Sagrado Corazón firmada en 1861, por 8.500 euros (ver), la temprana tablita de Joaquín Sorolla, Tejados de Madrid, c. 1882/4, por 9.000 euros (ver), la Playa de Honfleur (Normandía) de Rusiñol (ver), un papel de Chirino por 2.000 euros (ver), etc. Daniel Díaz @Invertirenarte