Sert y la pintura catalana inauguran temporada en Segre
El boceto en gran tamaño de un panel para la Sala de Crónicas del Ayuntamiento de Barcelona se ofrece por 60.000 euros
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
A lo largo de estos días estamos asistiendo a la esperada y necesaria vuelta al cole, esta vez escalonada por los efectos del coronavirus. Y aunque este año la publicidad de El Corte Inglés haya estado menos presente en nuestras vidas, la tan necesaria actividad comercial intenta volver a la normalidad. En este sentido, durante las semanas que vienen también habrá subastas, intentado retornar a los ritmos pasados.
La primera de las citas del curso escolar suele ser la de Segre, con una subasta preparada siempre antes de irnos a las ansiadas vacaciones. Y este año repite, con interesantes aportaciones.
Aunque poco comercial para el gran público de hoy día, quizá la pieza más interesante sea un boceto de José María Sert (1874-1945), aquel catalán finisecular que acabó triunfando con sus barrocas composiciones en decoraciones para la ONU y grandes espacios diáfanos como el mítico Waldorf Astoria de Nueva York, por poner un ejemplo (puede ver aquí algunos de esos trabajos).
Pues de su mano se ofrece un muy trabajado boceto de nada menos que 200 x 165 cm para un panel que terminaría en el Salón de Crónicas del Ayuntamiento de Barcelona: El alud. Crónica de los Almogávares, c. 1926 (lote 137). Aunque el encargo se firmó con el alcalde de la Ciudad Condal, el Barón de Viver, en 1928, ya Sert trabajaba desde antes en estas decoraciones con su típica fórmula a base de óleo y pan de oro sobre tela. La escena muestra una cascada de personajes en graduadas posiciones, una avalancha humana, con traviesas de madera, agitados corceles y los habituales cortinajes rojos en sus extremos. Un boceto de esta misma escena con otras dos con las que se relaciona, aunque de menor tamaño (61 x 133 cm), fue adquirido en 1947 por el MNAC (número 43989), donde se custodia sin exponerse. La salida, 60.000 euros, servirá para situar el actual interés, nacional e internacional, por su obra.
Avancemos hacia nuestros días con otras piezas catalanas. De hacia 1926 era el boceto. En 1958 Salvador Dalí dibujaba unos sencillos Personnages (lápiz sobre papel, 18 x 17 cm; 161), a modo de danzarinas, que se ofrece por 28.000 euros con el correspondiente certificado de Robert Descharnes. De 1965 es el lienzo que firma Antoni Clavé, Main blanche (105 x 75 cm; 170), procedente de la Sala Gaspar; publicado por Shegers en la Polígrafa, Clavé, 1971, sale a pujas por 29.000 euros. Y, finalmente, realizado por Antoni Tàpies en 1979, es el Pie chino (pintura sobre papel, 55 x 35,5 cm; 179), procedente de la Galería Maeght de París; 16.000 euros será la cifra mínima. Me parece que son tres momentos más o menos significativos: un Dalí sencillo y tardío, con recuerdos surrealistas, un Clavé con recuerdos del Greco y, de alguna manera, de Giacometti, a cierta distancia ya de su voz más personal de la serie de los Reyes, y un Tàpies que busca ya más la expresión en la grafía y las manchas de color que en la materia que le fue característica años antes. Al no ser grandes piezas, los precios son más asequibles; para los que busquen más una firma. Se me olvidaba, vean los papeles de Carlos Nadal, lotes 299 y 317, por 5.500 y 3.800 euros.
Especialmente interesante me parece la tabla de Guillermo Pérez Villalta que la sala ha usado para la portada de su catálogo. Se trata de El gran número o el difícil equilibrio sobre el vacío. Retrato de Manuel Quejido [Dedicado a los primitivos paisajistas flamencos y a la iconografía popular griega], 1974 (O/T, 120 x 100 cm; 206), una pintura homenaje del gaditano a su amigo sevillano, dos años mayor que él, otro de los mejores representantes de la llamada Nueva figuración madrileña. La obra no define su estilo pero sí, con 26 años, es muestra de sus aficiones y de lo que con el tiempo serán constantes en su barroca o incluso neomanierista producción. Los 3.000 euros pedidos serán escasos para los devotos coleccionistas que busquen sus raíces.
Por último, debemos mencionar la pequeña y coherente colección de pintura vasca que sale a pujas (lotes 100 a 136). La pieza más importante desde el punto de vista económica es un óleo sobre táblex de Menchu Gal, Puerto refugio. Fuenterrabía (50 x 62 cm; 122), por el que se piden 22.000 euros. Como pasados ya de moda parecen ofrecerse otras obras de calidad de los Zubiaurre o Maeztu, si nos atenemos a los precios de inicio… De Valentín, me interesa más Naturaleza muerta con paisaje al fondo, 1951 (O/L, 45 x 61 cm; 105), por 9.000 euros, que su atardecer en acantilado de Pescadores (O/T, 39 x 49 cm; 116), por 4.000 euros; de Ramón, un buen Vasco (O/L, 60 x 45,5 cm; 101), con cerámica y todo, comprado directamente al artista, debería subir algunas pujas desde los 6.000 euros de inicio. De Gustavo de Maeztu, vean el Retrato de Jenaro Urrutia (O/L, 91 x 72 cm; 102), por 2.000 euros, pero no se pierdan el pastel Muchacha con pañoleta (56 x 41 cm; 128), por 1.500 euros. Y, puestos a recomendar, termino con la vista en tabla de Fuentarrabía (O/T, 25 x 69 cm; 134), de un eclipsado aún Gonzalo Chillida, por apenas 900 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte