Segre apuesta por Guerrero en Navidad
Variada oferta para el día 17 de diciembre con Manolo Valdés y Francisco Bayeu como grandes nombres
La abstracción calmada, en ocasiones incluso lírica, del José Guerrero (1914-1992) tardío es un valor seguro en nuestro país. Lejos quedan los primeros escarceos americanos con los expresionistas abstractos, más cerca del potente desgarro vital que de la ampliación de las masas de color de sus últimos años, plácidos ya y lejos del mundanal ruido. Pero incluso en esas piezas, como en el Rojo intenso, 1979 (O/L, 91 x 73 cm; lote 218) que ofrece Segre, se percibe siempre una hendidura, un mitigado dolor, una tensión por la vida que el paso de los años no termina nunca de acallar.
Desde luego, la sala del Viso tiene ya notable experiencia en este tipo de obras del granadino, que terminaron en buenas ventas. Recuerdo ahora el Sin título. Serie Comienzos, 1982 (O/L, 82 x 60 cm) que subió de los sorprendentes 24.000 euros de inicio a unos más lógicos 42.000 finales, allá por septiembre de 2008 (ver). O el contundente papel de 1979, Sin título (48 x 63 cm), que en febrero de ese mismo año subió hasta unos importantes ya, para ser un papel, 22.000 euros, desde los iniciales 11.000 (ver).
Y con estos antecedentes, no sería nada extraño que los 40.000 euros que se piden por el que ahora se ofrece queden rápidamente pujados y superados. De hecho, hace apenas unos meses, en junio para ser más exactos, Sotheby’s Londres adjudicada por 81,250 GBP (90.854 euros), un precioso Azul claro, 1978 (O/L, 99 x 73,5 cm; ver), similar al que ahora se ofrece, justo después de haber vendido por 156,250 GBP (174.719 euros) su mayor lienzo Serie Finale Comienzo, 1982 (O/L, 184 x 134 cm; ver).
La otra gran pieza del contemporáneo es un bronce patinado del buscado Manolo Valdés. Se trata de la Infanta Margarita, 1997 (5/6, 52 x 53 x 35,5 cm; 255), una versión en tamaño mediano de la gigante situada en la Plaza de la Menina, en Alcobendas, Madrid. No deja de parecerme sorprendente el éxito que tienen estas obras de revisión simplificada en clave moderna que hace Valdés de la pintura barroca. Independientemente de ello, el hecho es que se venden con frecuencia y, por decirlo de alguna manera, fácilmente. Por la actual se piden 55.000 euros, lejos de los 150,000 USD (136.061) pagados hace apenas un mes en Sotheby’s Nueva York por una muy similar Reina Mariana II, 1999 (AP3/3, 61 x 57,2 x 35,6 cm; ver), y de los 68,750 USD (60.377 euros) por una Menina, 2001 (2/7, 21,9 x 22,2 x 15,6 cm; ver) bastante más pequeña, en la misma sala en marzo pasado. Si estas dos referencias no son suficientes, en Phillips Nueva York su cercana también Reina Mariana, 2002 (3/6, 31,1 x 20,3 x 15,2 cm; ver) se adjudicó en mayo de 2017 por 77,500 USD (70.617 euros).
Y ya que estamos hablando del mercado internacional, citemos dos interesantes obras más antes de cerrar este apartado. El lienzo del mexicano Bosco Sodi, Sin título, 2004 (Tm/L, 160 x 160 cm; 282), que se ofrece por 19.000 euros, procedente de la galería Miguel Marcos de Barcelona, y la tela tardía del cubano Cundo Bermúdez, Sin título, 1995 (A/L, 91 x 60 cm; 341), por 18.000 euros y de la María Calas Art Gallery de Miami. Lo cual, no deja ser un claro contraste con los 17.000 euros pedidos por Sin título. Tabla 18,1960 (pintura sobre madera quemada, 140 x 120 cm; 208) de Lucio Muñoz, que ojalá encuentre comprador.
Retrocedamos. En el cambio de siglo es obligado fijarse en el paisaje de Félix Resurrección Hidalgo, no porque sea excepcional sino por ser de un filipino… Paisaje francés, 1900 (O/T, 31,8 x 40,8 cm; 147), muestra su interés por la pintura del gran renovador realista francés Gustav Courbet, y no sería tampoco extraño que subiese unas cuantas pujas desde los 18.000 euros iniciales. Ya sabemos cómo se las gastan los asiáticos…
La pintura antigua, para terminar, nos ofrece esta vez unas cuantas perlas. Y, aunque ya se sabe lo que pasa con las perlas hoy día y el poco aprecio en que son tenidas por el amplio público, perlas son y como tales hay que apreciarlas. Dicho lo cual, vean con detalle, e incluso cierta reverencia, diría yo, una pareja de pequeños cobres de Francisco Bayeu que salen a pujas. Por su altísima calidad y por su más que probable procedencia. Me refiero a San Juan Nepomuceno, c. 1785 (O/cobre, 37,5 x 28 cm; 107) y la Glorificación de san José, c. 1785 (O/cobre, 37,5 x 28 cm; 108), que salen a pujas por 10.000 euros cada uno, y que como tales perlitas deberían acabar -en mi opinión- en manos de Patrimonio…
El propio pintor, en su Relación de méritos redactada el 2 de junio de 1795, escribe sobre la realización, cuando era pintor de Cámara de Carlos III, de varios oratorios portátiles en el Palacio Real para los hijos de Carlos III; conservado el retablo portátil de Carlos IV y el correspondiente a los Príncipes de Asturias, estos dos cobres muy probablemente procedan de este mismo encargo.
Interesante es, sin duda, el estudio previo para la Real Capilla del Palacio Real de Madrid de Mariano Salvador Maella: Adoración del Cordero Místico por los veinticuatro ancianos del Apocalipsis, c. 1767/8 (O/L, 52 x 41,5 cm; 105), catalogado por José Manuel de la Mano en su catálogo razonado del pintor (cat. nº III.7) y que sale a pujas por 13.000 euros. Y, quizá en menor medida, el boceto o reducción del techo de la antigua antecámara del cuarto del infante don Luis (hoy estancia contigua al comedor de gala del Palacio Real de Madrid): La Providencia presidiendo las Virtudes o Facultades del hombre (O/L, 74 x 65 cm; 106), del taller de Francisco Bayeu, por otros 13.000 euros.
No se olviden, y dejamos en el tintero entre otros el dibujo de Orrente (49) y el lienzo de Sebastián Martínez Domedel (65), del Santiago Matamoros (O/L, 164 x 122,5 cm; 91), firmado con monograma del quiteño Miguel de Santiago; procedente del Museo Filabanco de Ecuador, que comenzará las pujas desde los 12.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte
