Carlo Saraceni. Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago Apóstol y sus seguidores, detalle. Salida: 900 euros. Remate: 17.000 euros
UN TAPADO SARACENI LLEGA EN ANSORENA A LOS 17.000 EUROS
Destacaron las ventas de Joaquín Sorolla y Emilio Grau Sala, y el Estado se hizo con un pequeño lienzo de Eduardo Rosales
Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago Apóstol y sus seguidores es un cobre de apenas 53 x 47 cm que la casa Ansorena ofrecía como de Escuela española, siglos XVI-XVII, por apenas 900 euros (lote 549). Algunos coleccionistas repararon en él y en su calidad a lo largo de los días de exposición, pero ayer martes, a la hora de la verdad, sólo dos pujadores, uno en sala y otro al teléfono pujaron con fuerza, a sabiendas de que se encontraban ante una pieza importante de un autor poco conocido aún para el gran público.
Al decir de Benito Navarrete, el especialista de la Universidad de Alcalá, se debía atribuir sin dudas a Carlo Saraceni (1579-1620), al seguir muy de cerca un fantástico trabajo sobre cobre que posee el MET, Paraíso, c. 1598 (ver). Nacido en Venecia, se trata de un pintor cuya producción, según Roberto Contini (ver), se decanta primero hacia un “estilo internacional pero manierista del Cavaliere d’Arpino, el elegante clasicismo rafaelesco de los pintores de la Emilia Romagna, como Albani, y la pintura paisajista moderna y atmosférica de Elsheimer”, para pasar en un segundo momento a su descubrimiento y fascinación por Caravaggio, que marcará ya el resto de su carrera y su definido estilo, no en vano fue contratado para sustituir el escandaloso lienzo El tránsito de la Virgen de Caravaggio de Santa Maria della Scala…
El cobre en cuestión presentaba una iconografía un tanto extraña para un pintor veneciano, pues es asunto muy español, casi exclusivamente aragonés como quien dice. Y claro, aunque rondaban los ecos mainescos, no terminaban de convencer y parecía lógico por tanto trasladarse al ambiente italiano y pensar en alguien que pudiera haber trabajado para comitentes españoles, del estilo Pedro Cossida o Luis de Oviedo, como sugiere @Boro_RR en Twitter. Y como suele ocurrir, cuando tenemos la solución del puzzle, todas las piezas encajan, y Saraceni cumple esas reglas (ver otras obras suyas).
Así las cosas, las pujas comenzaron muy cerca de los 900 euros y como era de esperar fueron subiendo hacia cifras más acordes con su calidad, pero siguieron subiendo hasta terminar ofreciendo el teléfono 17.000 euros -cifra a la que sólo se llega cuando se sabe perfectamente qué estamos comprando-, ante un público que contemplaba atónito y extrañado la potente escalada. Lejos queda, como parece lógico al ser un tapado, de los 92,500 USD (68.379 euros) pagados en Sotheby’s Nueva York por su Madonna and Child with Saint Anne and an Angel (O/c, 29,8 x 36,5 cm), con mano de estudio, en enero de 2013 (ver).
Avanzamos al siglo XIX con algunas ventas más, de obras de las que hablamos en nuestro artículo de previos (ver). Una de las más significativas, en lo que a precio se refiere, fue sin duda la de la tablita de Joaquín Sorolla, que no por ser esperada fue menos importante. Se trataba de un bocetito para la Iglesia de san Francisco (16,5 x 24 cm; 589), procedente de la testamentaría del artista, adjudicado a su hija menor Elena con el número 2 de la serie F. Certificado por Francisco Pons Sorolla y posteriormente por Blanca, los parabienes surtieron el efecto esperado y así pudo pasar sin dudas de los 9.500 euros iniciales hasta unos mucho más lógicos 16.000, ofrecidos en la sala por un coleccionista. En cambio, el Retrato de Dolors Junyent, 1922 (O/T, 23,5 x 24,5 cm; 40) de Hermenegildo Anglada-Camarasa, se vendió a un teléfono por los 12.000 euros pedidos de inicio.
Sin embargo, me parece mucho más interesante el lienzo de Eduardo Rosales que compró el Estado. Interior palaciego (O/L, 40 x 31 cm; 595), con etiqueta de la testamentaría de Rosales con la inscripción ‘Los testamentarios G. Maureta y V. Palmaroli’, se ofrecía por apenas 800 euros, lo que muestra hasta qué punto está devaluado uno de los mejores autores españoles del siglo XIX, y hasta qué punto sus continuas falsificaciones han hecho mella en su cotización… En cualquier caso, sus coleccionistas sabían bien que era uno boceto para su reconocido y afamado lienzo con la Presentación de don Juan de Austria al emperador Carlos V, en Yuste, 1869, del Museo del Prado (ver). Y ante unos escasos 3.000 euros finales, el Estado ejerció su derecho y se hizo con el boceto, que suponemos irá a parar al Museo del Prado.
Ya que estamos con el siglo XIX, comentemos brevemente la un tanto sorprendente subida de 15.000 a 20.000 euros de Paisaje con figuras (O/L, 60 x 121 cm; 585) de Eliseo Miefrén, un pintor un tanto relativizado en los últimos tiempos, pero el que el día anterior había vendido también su Paisaje(O/L, 61,5 x 51 cm; 144) por 6.000 euros… O la de 6.000 a 6.500 euros de A la orilla del río (Pontoise) (O/L, 54 x 81 cm; 583) de Luis Jiménez Aranda. En cambio, no encontraron comprador los Personajes de Valentín de Zubiaurre (14.000 euros; 142), ni Romería en Sevilla de Ricardo Canals (50.000 euros; 143), ni Sevilla en fiestas de Gustavo Bacarisas (12.000 euros; 141).
El siglo XX nos dejó también interesantes ventas. La sorpresa llegó con dos lienzos de Emilio Grau Sala, que subieron ante el caprichoso empuje de un conocido empresario ya retirado: Deuville, 1963 (O/L, 54 x 65 cm; 41), que subió de 15.000 a 22.000 euros, y Le Vieux bassin, Honfleur, 1961 (O/L, 60 x 73 cm; 42), de 18.000 a 19.000 euros. La más esperada, sin embargo, era el lienzo de nada menos que 200 x 235 cm de Juan Navarro Baldeweg, Nocturno, 1999 (223), que subió de 20.000 a 24.000 euros, de una oferta previa defendida en la mesa; sorprendentes fueron los 24.000 euros ofrecidos por un teléfono por Alto Aragón I (O/L, 200 x 260 cm; 221) de José Beulas, por encima de los ya generosos 18.000 euros en que se ofrecía. E interesantes fueron las pujas por la Puerta cerrada (O/L/T, 66 x 56 cm; 688) del salmantino Zacarías González, que pasó de 2.000 a 5.000 euros, y la del Mar de Antofagasta I, 2003 (O/L/T, 122 x 200 cm; 639), de Guillermo Muñoz Vera, con un teléfono que ofreció los 22.000 euros pedidos. Daniel Díaz @Invertirenarte