LA FIGURA DE NAVARETE EL MUNDO RECUPERADA

LA FIGURA DE NAVARETE EL MUNDO RECUPERADA

LA FIGURA DE NAVARRETE EL MUDO RECUPERADA

Patrimonio Nacional reúne en una exposición en El Monasterio de El Escorial las obras maestras del pintor de Felipe II, Juan Fernández Navarrete.


Desde el pasado mes de abril y hasta octubre, los Salones de Honor y la Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial acogen la muestra Navarrete el Mudo. Nuestro Apeles español en El Escorial. A cargo de Carmen García-Frías, Conservadora de Pintura de Patrimonio Nacional, la exposición (ver aquí) pretende mostrar y poner en valor la figura de uno de los artistas más importantes de nuestro siglo XVI, al que se calificó en su momento como el «Tiziano español». Lo hace a través de una selección de veintitrés piezas entre pinturas y documentos pertenecientes a Patrimonio Nacional entre las que se encuentra una tabla que se atribuye por primera vez al maestro.

La exposición arranca con El Calvario de Rogier van der Weyden de El Escorial (hacia 1457-1464), obra fundamental dentro de la colección de Felipe II y que fue restaurada por Navarrete entre 1566 y 1567, nada más regresar de su viaje de formación en Italia. El monarca le encargaría poco después una copia libre del mismo, también presente en la exposición, con destino a la capilla del palacio de Valsaín. Continúa con los dos únicos cuadros conservados de los cuatro encargados en 1569 por el rey para la Sacristía de prestado del monasterio, El San Jerónimo penitente (1569) y La decapitación de Santiago el mayor (1571). Éste último muestra ya el avance hacia la plena madurez de Navarrete, que deja de lado su formación romana para adentrarse en la pincelada suelta y vibrante del mundo veneciano, muy presente en las colecciones de El Escorial. La influencia de la pintura veneciana en Navarrete, y en especial de Tiziano, se manifiesta ya en todo su esplendor en La adoración de los pastores (1575).

Juan Fernández de Navarrete. San Bartolomé y santo Tomás, 1577,óleo sobre lienzo, 238 x 182 cm. Colecciones Reales. Patrimonio Nacional, inv. 10034875. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial © Patrimonio Nacional / David Blázquez.
Juan Fernández de Navarrete. Nacimiento de Cristo,1578-1579, óleo sobre tabla de nogal, 30,6 x 21,5 cm. Colecciones Reales. Patrimonio Nacional, inv. 10014391. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial © Patrimonio Nacional / Cuauhtli Gutiérrez.

Como indica la comisaria de la muestra, con todo el bagaje anterior, Navarrete demostraba «conocer a la perfección los conceptos de decoro, gravedad y claridad para la representación de las imágenes religiosas», asunto capital de la Contrarreforma católica. Por ello, en 1576 Felipe II confió una vez más en su pintor, haciéndole el encargo más importante de su carrera –y el más importante sin duda de la España del momento–, la decoración de los treinta y dos cuadros de altar de la Basílica, a los que se sumaría en 1579 el de las pinturas para el retablo mayor. Su fallecimiento ese mismo año truncó tan magno proyecto, del que sólo llegó a culminar las siete monumentales parejas de apóstoles que ahora pueden contemplarse en todo su esplendor.
Culmina con tres obras maestras. Las dos primeras son bien conocidas, La aparición de Cristo a su madre (1578-1579), de indudable huella tizianesca; y El entierro del cuerpo de san Lorenzo (1578-1579), en el que se aprecia la influencia de los Bassano, especialmente en la figura del muchacho soplando un ascua del ángulo inferior derecho del cuadro. La tercera y última supone una novedad dentro del catálogo de Navarrete. Se trata de una pequeña tabla que representa El nacimiento de Cristo y que acaba de atribuirse al artista y que figuró en las colecciones escurialenses desde una fecha tan temprana como 1584.

Como venimos diciendo, junto a las pinturas, el visitante tiene la oportunidad única de contemplar también algunos de los documentos más importantes relativos al servicio de Navarrete a Felipe II. Así, desde el Archivo General de Palacio (Patrimonio Nacional, Palacio Real de Madrid) se han traído la Cédula con el nombramiento del artista como pintor del rey en 1568 y el contrato para los cuadros de altar de la Basílica de El Escorial de 1576. Junto a ellos, se expone también el documento de pago del cuadro Abraham y los tres ángeles (1576, conservado hoy en la National Gallery or Ireland de Dublín) y la memoria de los objetos que quedaron en su poder tras su fallecimiento. Ambos documentos se custodian en la Biblioteca del Real Monasterio.

Juan Fernández Navarrete (Logroño, hacia 1538-Toledo, 1579), conocido como «el Mudo», fue el pintor español más importante que trabajó para Felipe II en El Escorial. Su temprana muerte truncó una carrera plagada de éxitos de la que dieron cuenta sus contemporáneos y los tratadistas de arte más importantes de la Edad Moderna, como el Padre Sigüenza, Francisco Pacheco, Vicente Carducho o ya, en los albores del siglo XIX, Juan Agustín Ceán Bermúdez. Navarrete se formó en Italia y, tras volver a España en torno a 1565, entró al servicio de Felipe II. Para el monarca pintó casi en exclusividad hasta su muerte en 1579, siendo fundamental su actividad en la decoración del monasterio de El Escorial, donde fue protagonista indiscutible y punto de referencia para los pintores españoles que allí trabajaron.

Juan Fernández de Navarrete. Aparición de Cristo a su madre,1578-1579, óleo sobre lienzo,250 x 291 cm. Colecciones Reales. Patrimonio Nacional, inv. 10034429. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial © Patrimonio Nacional / Cuauhtli Gutiérrez.
Juan Fernández de Navarrete, San Bartolomé y santo Tomás (detalle), 1577,óleo sobre lienzo, 238 x 182 cm. Colecciones Reales. Patrimonio Nacional, inv. 10034875. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial © Patrimonio Nacional / David Blázquez.
Juan Fernández de Navarrete, Aparición de Cristo a su madre (detalle),1578-1579, óleo sobre lienzo,250 x 291 cm. Colecciones Reales. Patrimonio Nacional, inv. 10034429. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial © Patrimonio Nacional / Cuauhtli Gutiérrez.