Más de 200.000€ en Durán por un NFT
Pedro Sandoval abre la puerta grande en España a las obras NFT, pagada muy por encima de la gran venta de Aureliano de Beruete
Que la era NFT llegaría pronto a nuestro país era algo evidente; sólo faltaba saber el cuándo y a través de quién. Y la subasta de ayer en Durán marca el inicio de ese tiempo nuevo aquí.
Durán llevaba algunas licitaciones ofreciendo obras NFT, las ya conocidas siglas de non fungible token, objeto no fungible, en una mala traducción directa. Se trata, como explicó nuestro compañero Héctor San José hace algo menos de un año (ver), de un “archivo digital que puede ser transferido de persona a persona –comprador a comprador– y cuya procedencia es registrada mediante la tecnología blockchain (que retiene información de cada propietario y que no es fácilmente manipulable, ya que está custodiada por múltiples usuarios). Una obra de arte digital –continuaba- no es un NFT, sino que este es un tipo de archivo asociado a la obra –que en sí misma puede tener cualquier formato: jpg, mp4, pdf– que asegura su autenticidad. Es un certificado, pero no uno cualquiera”.
Y Durán apostaba en esta licitación, como comentamos en nuestro artículo de previos (ver), con una pieza de Pedro Sandoval, Serie Monalisa Marilyn & cheetahs #013, 2021, un NFT acompañado de una obra física (serigrafía sobre plexiglass, 200 x 150 x 20 cm; lote 244). La respuesta del mercado, que subió de los 140.000 euros de inicio hasta adjudicar la pieza por 170.000 euros, ha sido clara y el mensaje nítido: bien por ser NFT, bien por ser del venezolano Pedro Sandoval, bien por ambas características, al menos los que pujaron por esa obra apuestan por esta vía de futuro, un tanto sui generis en este caso porque la NFT se acompaña también de la serigrafía sobre plexiglás. Son los nuevos tiempos, recién llegados. Si no, al tiempo… Es más, su Toro, 2007, una técnica mixta sobre lienzo y metacrilato (100 x 100 cm; 233), mucho más tradicional, se adjudicó por los 12.000 euros pedidos.
Si retrocedemos ligeramente al siglo XX, debemos mencionar otras ventas y algunos fiascos. Para terminar con las buenas ventas, debemos comenzar por lo menos agradable. No hubo interesados que ofrecieran ni los 80.000 euros pedidos por los Tres Cartons, 1974 (Tm/T, 99 x 145,5 cm; 218), de Antoni Tàpies, ni los 30.000 por Sin título, 1978 (pintura acrílica, gouache, tinta china y mina de plomo sobre papel adherido a tabla, 32,7 x 21,9 cm; 217), de Antonio Saura, que como sabíamos habían salido a pujas por algo más de dinero en enero de 2021 (ver). Pasadas ya las modas y los posibles intereses cortoplacistas, el mercado termina siempre ajustando los precios, tarde o temprano. En este sentido, los 11.000 euros a los que llegó la Unidad-yunta, 1967 (bronce patinado sobre peana móvil, 36 x 56 x 39 cm, abierta, 36 x 50 x 39 cm, cerrada; 249) de Pablo Serrano, que había partido desde unos más atractivos 6.500 de inicio, son una buena compra. Pensando en el futuro quizá, el comprador del gran lienzo Watermark, 2008 (Tm/L, firmado, titulado y localizado en Manhattan, 182,5 x 121,5 cm; 219) de Hugo Fontela, hizo una buena compra ofreciendo los 7.500 euros pedidos.
La otra gran venta de la licitación fue, sin duda, la del lienzo del madrileño Aureliano de Beruete. Su Vista de Madrid (O/L, 56 x 80 cm; 83), era una pieza de calidad, atractiva y con una procedencia impecable al haber pertenecido a la importante colección de Isabel Regoyos (primera hija de Regoyos, casada con el único hijo de Aureliano), no en vano abríamos nuestro artículo de previos con ella. Los coleccionistas esperaban expectantes su salida por 14.000 euros, pero pocos imaginaban que llegaría a adjudicarse nada menos que por 40.000 euros, 48.800 euros finales.
En menor medida se esperaba también una subida importante de Paisaje, 1948 (O/L, 65 x 81 cm; 146) de Rafael Zabaleta, expuesto en 1971 en la Galería Adrià de Barcelona; siguiendo esa lógica, no fue extraño que subiera de 8.000 a 17.000 euros, precio bajo aún, pero más acorde con su cotización actual. De 10.000 a 12.000 euros subió también el lienzo de José Navarro Llorens, El naufragio, 1897 (O/L, 100 x 200 cm; ver) y de 8.000 a 10.000 euros la acuarela del filipino Juan Luna, Los jugadores de ajedrez (25,6 x 41,2 cm; ver). Para otros remates menores, pulse aquí. Daniel Díaz @Invertirenarte