LA RESTAURACIÓN, PROTAGONISTA DE LA CÁTEDRA DEL PRADO
Los cursos que patrocina anualmente la Fundación Amigos del Museo estarán dirigidos, de forma excepcional, por un grupo de profesionales de la propia pinacoteca.
Por primera vez, la Cátedra del Museo del Prado no tiene nombre propio (ni único). Y por primera vez, también, las conferencias no se desarrollarán en una sala de estudio sino en los talleres de restauración. De modo que los libros y catálogos cederán el protagonismo a los pigmentos, radiografías y reflectografías, materiales con los que habitualmente trabajan los restauradores.
Este año, el título de la Cátedra será El Taller de restauración de pintura del Museo del Prado: tradición e innovación y contará con la participación de varios profesionales que componen el Departamento de Restauración de Pintura, entre ellos María Dolores Gayo y Jaime García-Máiquez. A todos ellos se debe el honor de contemplar las pinturas limpias de barnices, de colores vibrantes y con la misma frescura con que el artista las concibió.
El programa se centrará en cuestiones técnicas y prácticas relativas al proceso de trabajo en los talleres del museo –uno de los más experimentados en cuanto a la restauración de obras maestras de Tiziano, Goya o Velázquez–, así como en los hitos que han posibilitado la consolidación de dicho equipo, nacido en los años 80, “con históricos como Jerónimo Seisdedos, que está en el Olimpo de los restauradores”, en palabras de Enrique Quintana, Coordinador Jefe de Restauración y Documentación Técnica del Prado.
“Nuestros restauradores cuentan con una amplia trayectoria en el tratamiento de obras maestras; una experiencia que permite educar la mirada y ajustar al máximo la intervención de las obras que integran la colección, extraordinariamente bien conservada”, añadió Quintana, quien considera que Las Meninas es “la obra mejor conservada del mundo”.Solo cabe, por tanto, felicitarse por esta singular Cátedra, que permite acceder al corazón de uno de los mayores expertos en ‘rejuvenecer’ y ‘curar’ pinturas. Porque a veces, como ocurrió en el caso de la Gioconda, lo importante no es tapar arrugas con repintes, sino eliminar las cicatrices surgidas con los años y eliminar capas pictóricas que ocultan paisajes originales.
Los contenidos de esta Cátedra ya se plantearon hace dos años al entonces director Miguel Zugaza, pero no ha sido hasta ahora cuando se han podido llevar a cabo. La Cátedra de 2017 tienen programada visitas a los talleres de la tercera y cuarta planta del Prado, además de clases magistrales sobre pigmentos y explicaciones concretas sobre procesos de restauración que actualmente está desarrollando el equipo: desde el Cristo resucitado de Maíno hasta una tabla flamenca del círculo de Van Eyck.
Una vez más la Asociación de Amigos del Museo patrocina La Cátedra, gracias al apoyo de sus 35.000 miembros. El plazo de matriculación se abrirá el 1 de junio. Sol G. Moreno