La Generalitat Valenciana ultima la adquisición de la Colección Lladró para el Museo de Bellas Artes de Valencia
Desde Presidencia de la Generalitat se acaba de anunciar la inminente compra de la Colección Lladró, con destino al Museo de Bellas Artes de Valencia, por 3,7 millones de euros. Se hará con cargo a los presupuestos de 2022. Fue catalogada en 2004 por Alfonso E. Pérez Sánchez. Entre los artistas representados se encuentran Vicente Macip y su hijo Juan de Juanes, Alonso Berruguete, Francisco de Zurbarán, José de Ribera, Claudio Coello, José Mongrell o los escultores Mariano Benlliure e Ignacio Pinazo.
Gracias al respaldo de Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, el Museo de Bellas Artes de la ciudad del Turia ampliará su colección de arte con la compra de la Colección Lladró. Un total de 72 obras entre pinturas (70) y esculturas (2), ingresarán en su colección permanente, que en los últimos tiempos ha crecido exponencialmente.
La colección comenzó a formarse en la década de los 80 del siglo pasado con la intención de adquirir y recuperar pinturas de maestros valencianos de todas las épocas. Con el paso de los años se incrementaría con otras piezas de grandes maestros españoles y europeos, así como con algunas esculturas de gran relevancia. Fue catalogada y estudiada en 2004 por Alfonso E. Pérez Sánchez en un volumen titulado La Colección Lladró. En 2012 fue reconocida por la Consellería de Cultura como un centro de arte de referencia de la Comunitat Valenciana.
La adquisición se venía fraguando desde septiembre de 2021 cuando la familia Lladró y el director del Museo de Bellas Artes de València, Pablo González Tornel, iniciaron conversaciones sobre la posibilidad de venta de la colección. Posteriormente, tras elevar la propuesta a la Presidencia de la Generalitat Valenciana, continuaron las reuniones con representantes de las tres partes implicadas -familia Lladró, Presidencia de la Generalitat Valenciana y Museo de Bellas Artes de València a través de su director-, aunque habría que retrotraerse a 2015 para conocer todos los pormenores. Fue en ese año cuando el museo familiar cerró en la localidad de Tavernes Blanques, donde podía verse lo mejor de la colección, compuesta por 200 piezas (a las pinturas y esculturas hay que sumarle 130 figuras de porcelana, que no pasan al museo).
Ya entonces la Fundación Bancaja se interesó por ella, mostrando una selección de 70 pinturas en una exposición que llevó por título Colección Lladró. Seis siglos de pintura. Durante la inauguración de la misma, Mª Luz Lladro, presidenta de la compañía, descartaba en ese momento su venta. Un año más tarde, y con un formato más reducido, la muestra viajó a Valladolid y posteriormente a Granada.
En 2018 la prensa valenciana indicó el interés del Museo de Bellas Artes por adquirirla, pero entonces las negociaciones no fructificaron. Ha sido ahora cuando, después de casi un año de negociaciones entre las partes, la Generalitat adquirirá 72 obras por un importe de 3,7 millones de euros, que se harán efectivos con cargo a los presupuestos de este 2022.
El elenco de pinturas abarca un amplio marco cronológico entre los siglos XIV y XX. Por su relevancia y por ser la pieza más antigua, destaca el Retablo de la Virgen María del Maestro de Cubells, artista activo en la corona de Aragón a finales del XIV y principios del siglo siguiente. De ese mismo ámbito es la Oración en el Huerto de Joan Reixach.
Alonso Berruguete y su Virgen con el Niño (1500-1510) es uno de los puntos fuertes de la colección. Comparte protagonismo con los grandes maestros valencianos del XVI, Vicente Macip, del que pasan al museo tres tablas –una Adoración de los Magos, un Ecce Homo y un Descendimiento– y su hijo Juan de Juanes, con cinco pinturas entre las que sobresalen Pentecostés (hacia 1570) y dos Sagradas Familias. Aún en la senda de los maestros valencianos, ya del XVII, destacan la Última Cena de Juan Ribalta, la Coronación de la Virgen de Vicente Castelló o el Tránsito de la Virgen de Jerónimo Jacinto Espinosa.
Entre las figuras más relevantes del Siglo de Oro español están presentes José de Ribera –San Onofre y San Andrés – Francisco de Zurbarán con su Virgen en oración y un Crucificado o la soberbia Magdalena penitente de Claudio Coello.
El siglo XVIII también está presente en la muestra, pero es la centuria siguiente la que presenta grandes pinturas, especialmente aquellas de Vicente López, de cuyas tres pinturas debemos destacar la Virgen del Rosario con Santo Domingo y Santa Catalina de Siena () por ser la favorita de José Lladró, quien la tenía en su despacho. Ignacio Pinazo, José Benlliure o Cecilio Pla, ya a caballo entre los siglos XIX y XX, completan la nómina de pintores valencianos.
Joaquín Sorolla supone un punto y a parte. Con siete pinturas que enriquecerán las colecciones del Bellas Artes de Valencia, es inevitable destacar, por gran formato y calidad, Yo soy en pan de vida (1897. 415 x 532 cm). Reseñable es también Preparando la fiesta del corpus de Antonio Fillol, por ser esta la última compra que se realizó para la Colección Lladró en 2014.
A todas ellas hay que sumar, como ya indicamos, dos esculturas, un Juego de jarra y dos copas de Mariano Benlliure de 1911 realizado en plata, bronce dorado y vidrio, y la Valenciana de Ignacio Pinazo realizada hacia 1950.
Pablo González Tornel, director de la pinacoteca ha señalado que “la incorporación de la colección Lladró a los fondos del Museo supondrá no solo reforzar la colección de arte valenciano de la institución, sino potenciar su vocación de centro de referencia estatal e internacional con espléndidas piezas de arte español de la Edad Moderna, como los lienzos de Zurbarán y Ribera, y europeo, como los monumentales bodegones de Caro y Caffi”. Igualmente, González Tornel ha subrayado que “con la adquisición de la más importante colección privada valenciana para un museo público se evitará que se disperse una parte de la historia del coleccionismo español y se mantendrá la unidad de una de las iniciativas culturales más relevantes llevadas a cabo en territorio valenciano”. “Esta adquisición será la mayor apuesta por la cultura llevada a cabo en la Comunidad Valenciana en mucho tiempo “ ha concluido.
En conclusión, el Museo de Bellas Artes de Valencia recibirá en unos meses un importante conjunto de obras que enriquecerán y completarán, más aún si cabe, su exposición permanente. Compartirán protagonismo con las colecciones históricas y con las que recibió el pasado año con la donación de Rodolfo Gerstenmaier.