Joan Fontcuberta, inventor de plantas
El fotógrafo catalán protagoniza Florilegium, una nueva exposición en el Museo Universidad de Navarra compuesta por obras generadas mediante inteligencia artificial con la que consigue crear nuevas especies vegetales.
Entre 1982 y 1985, Joan Fontcuberta desarrolló la serie fotográfica Herbarium donde parodió las fotografías de Karl Blossfeldt. En las instantáneas del alemán, las formas vegetales son las protagonistas de unas composiciones muy cuidadas y elegantes, siempre en blanco y negro. Es probable que ahora todo el mundo las tenga en mente –a pesar de que Blossfeldt falleció en 1932–, puesto que fueron rescatadas por Loewe para anunciar una de sus líneas de perfumes.
En aquella serie de los años 80, Fontcuberta capturó como el alemán figuras aparentemente vegetales, de forma monocromática, igualmente de cerca y con aspecto refinado. Sin embargo, había una diferencia fundamental entre sus instantáneas y las de aquel a quien simulaba: en las suyas no había plantas, aunque lo pareciese.
El artista recreó formas vegetales con restos de animales, plásticos y otros objetos corrientes de desecho, creando con ellos collages que luego fotografió. Después, los acompañó de textos aparentemente serios y botánicos, que no eran más que otra parte del engaño.
40 años después, el fotógrafo vuelve a inventar plantas que, una vez más, parecen convincentes y verosímiles, pero siguen sin ser reales. Se exponen en el Museo Universidad de Navarra bajo el título de Florilegium, pero en este caso utiliza una herramienta novedosa: la Inteligencia Artificial.
Mediante esta técnica, crea flores nuevas inspiradas en la ilustración botánica hispanoamericana del siglo XVIII con la que cuenta la colección del museo navarro. Durante esa época –aunque ya se venían realizando de antes–, tuvieron lugar numerosas expediciones en las que científicos e ilustradores trabajaban codo con codo para descubrir, estudiar y catalogar nuevas especies desconocidas hasta el momento.
Basándose en todo ello, el autor concibe flores imposibles a las que él mismo bautiza con nombres inventados, igual que hicieron los científicos del siglo XVIII con las especies que descubrieron. Una de sus plantas, por ejemplo, recibe el nombre de Levenfelda Augusta en honor de Rafael Levenfeld, el director creativo del Museo Universidad de Navarra fallecido el pasado noviembre.
El artista no solo subraya la capacidad de la Inteligencia Artificial para crear morfologías florales plausibles pero inexistentes, sino que también subraya la versatilidad de estéticas y estilos que pueden lograrse si saben utilizarse bien estas herramientas.
Según sus propias palabras: “Para rizar el rizo, estas morfologías pueden además ser representadas en el estilo visual que prefiramos, como el de Walter Hood Fitch cuando dibujó las orquídeas que James Bateman recopiló en México y Guatemala, el de Karl Blossfeldt o el de la wildlife photo de National Geographic, porque los estilos también se supeditan a estilemas discernibles que pueden ser aprendidos por los algoritmos. Con un clic puedo convertir las pinturas de Fitch en fotografías de mi propio estilo”.
Florilegium supone el regreso de Fontcuberta al Museo Universidad de Navarra, tras su última exposición, Camouflages, que tuvo lugar en 2016. Se trata de uno de los fotógrafos nacionales más importantes de nuestro tiempo, único español que ha ganado el prestigioso premio Hasselblad. Su muestra puede contemplarse hasta el próximo 9 de junio. Sofía Guardiola