Gutiérrez Solana mide fuerzas con Goya
Fuendetodos acoge en la Sala Zuloaga la exposición Solana Vs. Goya. Máscara y Simulación. Comisariada por Ricardo Centellas, ofrece una visión renovada de la obra gráfica de José Gutiérrez Solana que, como Goya, reflejó a través de sus imágenes la situación social de la España de su momento. La exposición supone además el pistoletazo de salida para la conmemoración del 275 aniversario del nacimiento del aragonés.
La Sala Zuloaga de Fuendetodos (Zaragoza) ha acogido en los últimos años varias exposiciones temporales dedicadas al grabado, todas ellas con la figura de Goya y su inspiración en otros artistas como eje bascular de las mismas. Si en 2017 se mostraron obras de Eduardo Naranjo (Badajoz, 1944), en 2018 le llegó e turno a Luis Feito (Madrid, 1929-2021), quien legó un total de 30 obras que se expusieron para la ocasión. Un año después hizo lo propio Alberto Corazón (Madrid, 1942-2021). Sirva por tanto este párrafo introductorio para reconocer la trayectoria de estos dos últimos artistas, tristemente fallecidos en los días pasados.
En esta ocasión, es la obra gráfica de José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945) la que se mide con la del genial aragonés al que tanto admiró. Bajo el comisariado de Ricardo Centellas, supone además el punto de arranque de las actividades con las que la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón conmemorarán el 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya (1746-1828). Ha contado además con la colaboración de la Calcografría Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945) fue una de las personalidades más relevantes del panorama artístico español de la primera mitad del siglo XX. Con un estilo de gran fuerza, supo reflejar como pocos la situación de la España de su momento.
En su producción, cargada de sombras y de una atmósfera muchas veces asfixiante, son protagonistas las clases sociales más populares. Sus composiciones se desarrollan en tabernas, arrabales, carnavales o prostíbulos, siempre guiados para mostrar una crítica mordaz, dura y desnuda de la imposible modernización de su país, anclado en tradiciones de antaño.
Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963), sin duda el mejor amigo y el gran apoyo del artista, supo ver como nadie el trasfondo de su obra. Así, en Pombo (Madrid, 1918), el escritor se refirió así a Solana en una breve biografía: « […] viene de contemplar la sombría y grave España nuestra, […] le ha dado ese duro rictus en el que hay también una amargura contenida dignamente, la amargura de la soledad en un pueblo bello y de una realidad sincera, pero en el que la verdadera interpretación es perseguida y resulta ininteligible». Este primer texto sería, años después, el germen de la biografía que publicó en la editorial Poseidón en Buenos Aires en 1944 [fuente de estos datos en la Revista Almiar (2016)].
Este enfoque tan crítico lo conectó desde el principio con Francisco de Goya, artista al que admiró desde joven, especialmente en lo concerniente a sus estampas y a sus Pinturas Negras. Así se ha señalado repetidamente cuando se ha estudiado una de sus obras más icónicas La tertulia del café de Pombo (1920), donde en la caja de cerillas que aparece en primer término reprodujo Una manola: Leocadia Zorrilla, una de las pinturas murales de la Quinta del Sordo.
La exposición incluye varias matrices sobre cobre y cinc, además de 50 estampas, de las cuales 32 pertenecen a la obra gráfica de Solana y las 18 restantes a las series de los Caprichos, los Desastres de la Guerra y los Disparates de Goya
Las matrices de Solana han sido prestadas por la Calcografía Nacional, mientras que sus aguafuertes, editados en 1963 por Rafael Díaz-Casariego, pertenecen a una colección particular. Por lo que respecta a las estampas de Goya, son propiedad del ayuntamiento de Fuendetodos y de la Diputación Provincial de Zaragoza, correspondiendo las ediciones de los Caprichos a la de la Calcografía Nacional de 1881-1886; los Desastres de la Guerra a la primera de la Academia de San Fernando de 1863; y los Disparates a la décima de la Calcografía Nacional (1972).
A través de la comparación de unas y otras se aborda la trayectoria como grabador de Solana, que se desarrolló fundamentalmente entre 1932 y 1935. Sus estampas se caracterizan por un rayado dibujado con limpieza, en el que no hay espacio para lo superfluo. En ellas, fuertemente influidas por Goya, la máscara y el carnaval son un tema recurrente, siempre asociado a una visión lóbrega, miserable y negativa de los bajos fondos madrileños que tan bien conoció. Unos y otros son fácilmente comparables con los ambientes goyescos de los Caprichos, los Desastres de la Guerra o los Disparates.
Solana Vs. Goya. Máscara y Simulación ha sido organizada por el Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos de la Diputación de Zaragoza. Podrá verse hasta el 21 de marzo en la Sala Zuloaga de Fuendetodos. En la presentación a los medios, que tuvo lugar el pasado 8 de febrero, estuvieron presentes Ros Cihuelo, delegada de Cultura de la Diputación de Zaragoza; Víctor Lucea, director general de Cultura del Gobierno de Aragón; Enrique Salueña, alcalde de Fuendetodos; y Ricardo Centellas, gerente del Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos y comisario de la muestra.