De lo visual en la historia del arte
El Museo Picasso Málaga acoge hasta el 31 de mayo una exposición original: Genealogías del Arte o la historia del arte como arte visual, que reúne más de 400 objetos (pinturas, esculturas, obra gráfica, dibujos, muebles, fotografías y documentos) de casi 250 creadores para hacernos reflexionar sobre el modo de aproximarnos al arte, donde hasta hace muy poco ha sido relatado con palabras y no con las imágenes que proyectan y concretan.
Tras su éxito en la Fundación Juan March, esta muestra ha sido concebida por un equipo formado por Manuel Fontán del Junco, comisario y director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March; José Lebrero Stals, director artístico del Museo Picasso Málaga; y María Zozaya Álvarez, jefa del proyecto expositivo de la Fundación Juan March. Este proyecto ha contado con préstamos de los principales museos de arte moderno españoles, europeos y norteamericanos.
El recorrido se extiende desde las representaciones visuales del siglo XVII hasta nuestros días, en las que han participado artistas, diseñadores, ilustradores, historiadores, ensayistas, poetas, escritores y críticos. En dichas representaciones encontramos árboles genealógicos pero también modernos diagramas o presentaciones virtuales presentes en la red, que dan cuenta de la variedad y riqueza que ofrecen estos otros modos de contar historias.
Y lo hace inspirándose en la exposición organizada en 1936 por el fundador y primer director del MoMA, Alfred H. Barr, Jr (1902-1981) que presentó en el museo neoyorquino la muestra Cubismo y Arte Abstracto. De este modo algunas de las obras de arte relevantes de artistas de principios del siglo XX se exponen en el Museo Picasso Málaga, que también reproduce el célebre diagrama que Barr ideó con motivo de ese hito expositivo: un ejercicio visual de reconstrucción de un diagrama que dotó al arte del primer tercio del siglo XX de una genealogía que abarcaba casi tres generaciones.
La muestra se estructura en tres secciones: la primera, titulada Historias visuales (1681-1934) y la última, Diagramas contemporáneos (1936-2019) muestran representaciones visuales llevadas a cabo por creadores de varias disciplinas. Desde árboles genealógicos del siglo XVII, pasando por mapas, planos y tablas, hasta modernas representaciones abstractas y conceptuales, cuadros sinópticos contemporáneos e incluso presentaciones digitales. En el recorrido caben muchos de los movimientos de vanguardia como el futurismo, el surrealismo o el dadaísmo, todos muy prolíficos al crear representaciones genealógicas con las que otorgar antecedentes históricos y artísticos.
La sección central, La exposición Cubismo y Arte Abstracto (1936) se convierte en un caso práctico que propone un experimento visual consistente en materializar una de estas representaciones, a través de una cuidadosa selección de obras de arte. Para ello, se ha elegido el diagrama con el que Alfred H. Barr, Jr. explicó el origen del arte abstracto, que en 1936 marcó un antes y un después en la forma de exponer, coleccionar, promocionar, estudiar, comprar y vender arte.
El diagrama de Barr abarcaba la genealogía del abstracto desde 1890 a 1935. Y en su instalación en el Museo Picasso nos conduce a obras y creadores fundamentales del siglo XX y XXI, desde Paul Cézanne a Henry Moore, pasando por maestros como Brancusi, Delaunay, Ernst, Picasso, Gris, Giacometti, Kandisnky, Léger, Malevich, Marc, Matisse, Braque o Paul Klee, entre otros.
En la capital malagueña coinciden un par de obras que estuvieron en Nueva York en 1936: Paisaje con dos chopos (1912), de Vasili Kandinsky, y Maqueta para una plaza (Circa 1931–1932) de Alberto Giacometti, dos artistas decisivos en el devenir plástico del siglo XX. Sin embargo, fue Pablo Picasso el creador que revolucionó la forma de hacer y sentir el arte, y en esa exposición de 1936 se exhibieron 29 de sus obras, y tres años más tarde Barr le dedicaría una retrospectiva de 40 años de trayectoria plástica. En el Picasso Málaga se exhibe, entre otras obras del genio malagueño, Frutero con peras y manzanas, un óleo de 1908, procedente del Museo Berggruen de Berlín. No conviene dejar de mencionar la intención del director del MoMA para que ese lugar fuera elegido para exhibir dos de los iconos picassianos: Las Señoritas de Avignon (1907) y Guernica (1937). Una exposición necesaria por su originalidad conceptual. Julián H. Miranda