El lado oculto de las obras de arte a través del pensamiento de César Barrio

El lado oculto de las obras de arte a través del pensamiento de César Barrio

El lado oculto de las obras de arte a través del pensamiento de César Barrio

La editorial Archivos Vola acaba de publicar el volumen Lo que no se ve. Contenido de la obra de arte. Dividido en cuatro capítulos –La presencia, El infinito, El cristal y El intervalo–, a través de sus páginas se descubre el profundo y complejo universo del artista. El libro se inscribe dentro de una serie de títulos de la editorial de claro sentido filosófico.


Arte y literatura forman un binomio a la hora de hablar de César Barrio (Oviedo, 1971). Sus obras son descritas por la crítica como poemas pictóricos hechos de materia –ya sea esta la luz o elementos sólidos como la pintura o el metacrilato–, gesto y tiempo. En 2017 le dedicamos el portfolio de ARS 34, donde el artista mostró el proceso de creación de cinco obras de gran formato en el espacio las Catedrales de Aránzazu concebidas como homenaje a Gaston Bachelard. También le entrevistamos el pasado año al comienzo del confinamiento, donde, desde su encierro forzoso en Madrid, habló entre otras cosas de esos principios básicos que son parte fundamental de su imaginario creativo: texturas, materiales y poemas pictóricos.

Es precisamente el ámbito de la literatura artística el que nos acerca de nuevo al asturiano, que acaba de publicar su ensayo Lo que no se ve. Contenido de la obra de arte, una reflexión, en palabras del poeta y escritor Francisco Javier Irazoki, “sobre cómo se ha llegado a conformar nuestra mirada” sobre el objeto artístico. Buen conocedor de la literatura, la música y la filosofía, Barrio ofrece en el libro algunas de las claves sobre su enfoque filosófico, que ya adelantó en la entrevista de 2020: “Considero importante saber desde dónde se piensa para pensar certeramente. Ya hay muchos autores que han establecido los cimientos de nuestra cultura y que nos ayudan a entender mejor lo que sentimos ante nuestras percepciones. Yo siempre busco la raíz de las cosas. Nunca he creído que haya una separación verdadera entre cualquier actividad relacionada con el arte o el pensamiento”.

Dividido en cuatro capítulos –La presencia, El infinito, El cristal y El intervalo–, cada uno de ellos va precedido de citas y textos de personalidades tan variadas como la filósofa María Zambrano, el director de cine Andréi Tarkovski, Albert Einstein, Leonardo da Vinci o los poetas Roberto Juarroz y Percy Shelley. Todo un crisol de fuentes e ideas que evidencian el afán lector de César Barrio.

A través de las 125 páginas del volumen se descubre el profundo y complejo universo del artista, ese que se hace patente en sus obras de arte y que en el libro se materializa negro sobre blanco. El amplio marco cronológico de las fuentes utilizadas y las obras sobre las que vierte sus comentarios van desde Platón hasta Henri Bergson; de Paolo Ucello a William Kentridge, pasando por Durero, Leonardo o Velázquez; o de reflexiones como las del arquitecto Josep Quetglas, que compara y relaciona el dolmen de la Table des Marchands (siglo IV. a. C.) con la cubierta de la Capilla de Notre Dame du Haut  en Ronchamp de Le Corbusier (1954) al ver las cubiertas como un símbolo de protección y a la vez de levitación, de espacio.

En resumen, disciplinas tan dispares pero a la vez complementarias como las matemáticas, la filosofía, la arqueología y la “magia” –téngase en cuenta a este respecto el llamado Hígado de Piacenza (siglo  II a. C.) de la cubierta del libro, una pieza etrusca en bronce fruto del conocimiento de las culturas hitita y babilónica con fines adivinatorios–, la paleografía, el cine o las artes tradicionales (arquitectura, pintura y escultura) sirven a Barrio para reflexionar desde un punto de vista filosófico sobre la cara oculta de la obra de arte.