El Estado adquiere el carducho de Segre para Patrimonio Nacional
Desde que ayer fuera declarado inexportable, todo hacía presagiar que el Estado pujaría por el carducho de Segre para incrementar las colecciones de Patrimonio Nacional. Y así ocurrió. Detrás de esta compra hay una labor de investigación que ha servido para constatar que la tabla procedía de uno de los retablos colaterales del real monasterio de la Encarnación de Madrid.
Según constaba inicialmente, la pintura representaba el martirio de una santa, sin más, con una antigua atribución próxima a Vicente Carducho o Eugenio Cajés. El asunto iconográfico, santa Margarita liberada de la tina por el Espíritu Santo, se identificó a partir de la lectura del segundo volumen del Flos Sanctorum de Pedro de Ribadeneira, cuya edición de 1601 está dedicada a la reina Margarita de Austria, promotora de la construcción del monasterio de la Encarnación.
La coincidencia entre el tema iconográfico y la propia reina Margarita es clave para entender no solo su procedencia sino también su autoría. Una vez muerta la soberana y culminado el templo, Felipe III promovió su decoración encargando a Vicente Carducho entre 1614-1616 las pinturas del retablo mayor y de los colaterales, uno de ellos dedicado a la mártir de Antioquía en honor a su difunta esposa.
La precisa descripción de este retablo por parte de Luis Muñoz en su biografía de la venerable Mariana de San José (Madrid, 1645), priora de la Encarnación, resultó también providencial. Contaba con la pintura principal, todavía in situ aunque colocada hoy en un retablo del siglo XVIII, y en el banco, insertadas en los pedestales, sendos cuadros con otros dos martirios de santa Margarita.
Si a lo anterior sumamos el inequívoco estilo de la tabla –soporte este adecuado para encastrar la obra en un pedestal, como demuestran los rebajes que aparecen en su trasera– el autor que emerge es claramente Vicente Carducho. La comparación de esta con otros dibujos y pinturas suyas de esos años no ofrece dudas.
Todo ello ha hecho posible que esta pintura, ahora identificada con seguridad como una de las dos que formaron parte del banco del retablo de santa Margarita en la iglesia del real monasterio de la Encarnación, haya sido adquirida por el Estado para devolverla a Patrimonio Nacional. No hay constancia de cuándo pudo abandonar el templo. Posiblemente fue desmontada coincidiendo con la profunda remodelación llevada a cabo a partir de 1755 por orden de Fernando VI, a cargo del arquitecto Ventura Rodríguez.
Queda ahora saber si volverá a la Encarnación o si pasará a formar parte de la Galería de las Colecciones Reales que abrirá sus puertas en unos meses.