DE CARAVAGGIO A BERNINI: OBRAS MAESTRAS DEL SEICENTO ITALIANO EN UNA EXPOSICIÓN “ÚNICA E IRREPETIBLE” EN EL PALACIO REAL

DE CARAVAGGIO A BERNINI: OBRAS MAESTRAS DEL SEICENTO ITALIANO EN UNA EXPOSICIÓN “ÚNICA E IRREPETIBLE” EN EL PALACIO REAL

Diego Velázquez. La túnica de José.

DE CARAVAGGIO A BERNINI: OBRAS MAESTRAS DEL SEICENTO ITALIANO EN UNA EXPOSICIÓN “ÚNICA E IRREPETIBLE” EN EL PALACIO REAL

Nada que objetar a los buenos adjetivos y a las buenas palabras que se escuchan sobre esta exposición porque es, sin duda, extraordinaria y muy difícil de repetir. La componen 72 pinturas y esculturas, creadas en Italia durante el siglo XVII, por los principales artistas del momento: Caravaggio, Bernini, Velázquez, Ribera, Guido Reni, Charles Le Brun, Francesco Albani, Luca Giordano, Andrea Vaccaro, Giovanni Lanfranco, Ludovico Carracci o Alejandro Algardi, entre otros. Todas pertenecen a Patrimonio Nacional. Han sido seleccionas por su sobresaliente valor artístico e histórico, traídas desde distintos edificios, monasterios, iglesias y palacios. Lucen en todo su esplendor gracias a los buenos oficios de 46 restauradores y 20 expertos italianos que han invertido muchas horas de trabajo. Ahora, reunidas, pueden verse en la exposición De Caravaggio a Bernini. Obras Maestras del Seicento Italiano en la Colecciones Reales en el Palacio Real.

El Presidente del Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, no ha dudado en calificarla como de acontecimiento importante. Es, en verdad, una ocasión única para descubrir cuánta belleza, riqueza y valor guarda nuestro Patrimonio. Las obras, que ocupan 11 salas del Palacio, han sido colocadas con sumo cuidado y el buen resultado ha merecido el esfuerzo. En cada una de ellas cuelgan varias de estas piezas maestras. Aunque es difícil elegir cuál de ellas merecería el título de joya, si el observador está un poco atento descubrirá que frente al óleo de Velázquez La túnica de José el grupito de visitantes es mayor como si así, con su presencia, demostrara su deseo de concedérselo. La restauración ha descubierto, además de un bellísimo paisaje, el expresivo rostro del anciano padre. Velázquez debió de pintarlo a su regreso de Roma, en 1631.

Pero hay más mucho más que ver en esta exposición. Está, por ejemplo, el Cristo crucificado esculpido por Bernini. Fue un encargo que recibió el artista de parte del rey de España Felipe IV para llevarlo al Panteón del Monasterio de El Escorial. Sin embargo, no se sabe bien –dicen que por inadecuado para su destino- fue sustituido por otro de Domenico Guido, pese a ser de menor calidad. Están, igualmente, La conversión de Saulo de Guido Reni; el San Francisco en la Zarza, de Ribera; Judith con la cabeza de Holofernes, de Fede Galizia; Job en el Muladar, de Luca Giordano; o El descanso en la huida a Egipto de Andrea Vaccaro.

Guido Reni ” La conversión de san Pablo” 1621. Óleo sobre lienzo. Patrimonio Nacional.

Hay un recuerdo y una atención especial para la obra de Caravaggio Salomé con la cabeza de Bautista, en la que la restauración deja ahora ver detalles inéditos como la colocación de la espada en manos del verdugo o el fondo verdoso. Mención para el Altar de León I. Encuentro entre Atila y el papa León I Magno, un relieve de plata, bronce dorado y mármol, según modelo de Ercole Ferrata y Pietro da Cortona; mención también para la Santa Catalina de Guido Reni; el Cristo muerto llorado por dos ángeles, de Charles Le Brun y La Lógica de Vaccaro, sin olvidar el Tabernaculo una obra en bronce y plata fundidos, adornado con un mosaico florentino de piedras duras.

Abierta hasta el 16 de octubre de 2016. María Pura Ramos.

* Más información en el artículo El siglo de Caravaggio publicado por Manuela Mena en ARS30.

Caravaggio. “Salomé con la cabeza del Bautista”. 1607. Óleo sobre lienzo. Patrimonio Nacional
Bernini. “Cristo crucificado”, 1654-1656. Bronce dorado y madera. Patrimonio Nacional.
Guido Reni. “Santa Catalina”, 1606. Óleo sobre lienzo. Patrimonio Nacional.