En nuestro artículo de previos (ver), destacamos precisamente estas piezas como las más interesantes de la licitación de cara a nuestro mercado actual, que mira con mucho más fervor lo moderno y contemporáneo que lo antiguo. Lo hemos comprobado en las pasadas subastas, y de nuevo sucedió en la de Fernando Durán.
Autor: Daniel Diaz (Daniel Diaz)
La pintura filipina explota de nuevo en Segre
Supongo que ya a nadie que haya seguido un poco de cerca el mercado del arte en los últimos tiempos le sorprenderán titulares como el presente. Es algo que ha ocurrido con relativa frecuencia en nuestras casas de subastas en los últimos años; por citar sólo algunos, y sin pretender ser exhaustivo en absoluto, recordamos los cuadros de Arzeo en Durán, Matritensis de Zóbel en Fernando Durán, las acuarelas de Honorato Lozano en Abalarte, otras acuarelas en Goya… Llovía sobre mojado.
Fernando Durán apuesta en contemporáneo con Soto y Cruz-Díez
Ya conocemos la fuerza que tiene, en la veterana sala de Conde de Aranda, la pintura contemporánea desde el fichaje de Kristian Leahy. Lo peculiar de esta cita de julio en Fernando Durán es que esa sección está muy bien acompañada por lienzos de calidad del siglo XIX y de pintura antigua, por lo que no es fácil en absoluto hacer una selección sin caer en una simple enumeración. El riesgo de esas obras, con precios fuertes para el mercado nacional, es su venta… Por eso, lo mejor es ver con detenimiento el catálogo y la exposición, que merece la pena.
Unos bocetos de Dalí para el Castillo de Púbol en La Suite
La Suite (ver) se caracteriza por ofrecer piezas diferentes. Sus licitaciones son pequeños catálogos, escogidos, bien seleccionados. Y esta cita es una confirmación más de su peculiar estilo, que se abre hueco poco a poco entre las grandes salas de subastas.
Un Oso polar de François Pompon en Segre
Debo reconocer que la escultura del reconocido francés François Pompon (1855-1933) nunca fue santo de mi devoción. Puestos a hacer esculturas figurativas de animales, prefiero la contundencia en bronce de los trabajos de Rembrandt Bugatti o incluso la ligereza de los de Diego Giacometti, teniendo muy claro que por encima siempre estará la abstracción esencialista de Constantin Brancusi. Lo cual no quita en absoluto el mérito de Pompon en su camino hacia una forma cada vez más abstracta, más genérica -en unos años de vanguardia donde también su lenguaje se acercaba a esos presupuestos-, reacción tras su formación más expresiva al lado de Auguste Rodin y Camille Claudel.
12.000 euros por una Crucifixión en Isbilya
No son tiempos fáciles para la venta de pintura antigua, como todos sabemos. Las recientes ventas de Goya (ver), Ansorena (ver) o Alcalá (ver) muestran esa reticencia del mercado, que sólo parece aceptar los envites de las piezas mal catalogadas, o las muy buenas a precio de oportunidad.
Goya vende un ‘tapado’ del napolitano Francesco de Mura
Al final, la sorpresa en Goya Subastas saltó con el lote 36, un lienzo de 76 x 60 cm de San José con el Niño. Era uno de los que sugeríamos en nuestro artículo de previos (ver) como lotes especialmente interesantes, junto a la Santa Rosalía de Escuela italiana del siglo XVII, un cobre oval (21,5 x 19 cm; lote 35), con inscripción de Solimena, de salía por 600 euros y se remató por 650, y el atractivo cobre de 66 x 43 cm (lote 61), una buena Crucifixión de Escuela flamenca del siglo XVII, de seguidor de Van Dyck, que se ofrecía por 7.000 euros, que en eso se quedó.
Ansorena adjudica el Cornelis van Cleve por 40.000 euros
En nuestro artículo de previos (ver), ya comentamos por extenso la tabla de Cornelis de Cleve, Virgen con Niño (80 x 59,5 cm; 641) que ofrecía en la subasta de los días 26 y 27 de junio Ansorena; las referencias paternas que seguía de cerca, a pesar del aire leonardesco y luinesco que caracteriza el óleo, y la indudable presencia del débito de la Madonna de las cerezas de Giampietrino, Giovanni Pietro Rizzoli. 40.000 euros se pedían, y por ese precio se adjudicó, defendiendo la mesa una puja previa por escrito.
Carlos José Alfonzo en Isbilya
Nacido en La Habana en 1950, la producción de Carlos José Alfonzo es aún muy desconocida en nuestro país. En 1974 ingresa en la facultad de Bellas Artes de la capital cubana y antes de terminar la carrera presenta su primera exposición en solitario, Como una vieja estampa, en la galería Amelia Peláez (Parque Lenin, en La Habana). Desde ese momento, comenzó un brillante periodo con premios –en 1979 y 1981 obtuvo el XVIII y XX Premio Internacional de Dibujo Joan Miró, otorgado por la Fundació Joan Miró de Barcelona- y exposiciones en el Miami Art Museum, Southeastern Center for Contemporary Art en North Carolina, Bass Museum of Art en Miami Beach y en Hal Bromm Gallery en Nueva York, por citar sólo algunas (ver amplia relación de sus exposiciones, aquí). Enfermo de SIDA, falleció en Miami en 1991, donde vivía desde hacía años; ese mismo año, su obra fue expuesta en la Biennial Exhibition del Whitney Museum of American Art de Nueva York.
Cornelis van Cleve en Ansorena
Cornelis van Cleve (1520 - c. 1569) es el hijo del reconocido maestro Joos, que siguió de cerca los pasos de su padre, empapándose incluso del aire leonardesco que siempre caracterizó la producción del progenitor. Ansorena, en su cita del mes de julio, ofrece una interesante tabla, Virgen con el Niño de 80 x 59,5 cm (lote 641) debida a la mano, claramente menos brillante, de su hijo Cornelis.