‘Artifacts’, un compendio de datos, cifras y curiosidades sobre artistas y mercado
¿Sabían que Tracey Emin es una fan absoluta de Munch, que Frank Stella tuvo un gato llamado Marisol y que tanto Rodin como Goya fueron rechazados de las Academias francesa y española en su momento? ¿O que durante más de tres décadas del Turner Prize de la Tate los hombres han acaparado este galardón con un porcentaje del 70% frente a las ganadoras femeninas? Estas son solo algunas de las píldoras que ofrece este singular libro cargado de frases de autor, infografías y fichas técnicas.
Artifacts (escrito en la portada como Art i Facts) no es un libro al uso, porque apenas tiene párrafos escritos entre sus 176 páginas; sin embargo, podría funcionar perfectamente como un manual para estudiantes, galeristas, creadores, comisarios o simplemente curiosos. Es un compendio extraordinario de datos, cifras y hallazgos que Sara Bader y Rebecca Morrill han seleccionado para mostrar desde una nueva perspectiva editorial y visual.
Lleno de referencias inesperadas, este libro parece un cofre con un tesoro en su interior repleto de informaciones de toda índole; desde hechos personales o porcentajes de coleccionistas según su género o raza, hasta tipos de pinceles y recomendaciones sobre su uso según el grosor. Además de parejas de artistas, aforismos o tipologías de ánforas griegas.
Las editoras han hecho un trabajo ímprobo para localizar todo tipo de documentos, informes, memorias o entrevistas, catálogos de museos, colecciones, manuales y biografías que ahora presentan en un solo volumen. El resultado es una especie de puzle con centenares de piezas –en este caso páginas– que suscitan el interés constante del lector a medida que pasa cada hoja, de manera que es incapaz de parar. ¿Quién es el mejor artista del mundo según la británica Tracey Emin? [Munch] ¿Qué obras han sido las que más veces se han robado? [Picasso se lleva la palma] ¿Cómo se llamaba en realidad Marc Chagall? [Moishe Segal].
¿QUÉ OBRAS HAN SIDO LAS QUE MÁS VECES SE HAN ROBADO? ¿CÓMO SE LLAMABA EN REALIDAD MARC CHAGALL?
Editado por Phaidon y escrito solo en inglés, este pequeño volumen supone una mina para quien lo encuentra, por la cantidad de información que ofrece. Quizá alguna resulte irrelevante, pero hay tanta variedad que desde luego despierta la curiosidad del lector. Artifacts se divide en cinco capítulos: Artistas, Escuela de Arte, Estudio de Arte, Museo de Arte y Mundo del Arte. Cada uno de ellos presenta una selección de detalles que abarcan no solo el ámbito propio de los creadores, sino también el de los museos, la crítica, el mercado e incluso las falsificaciones.
Decenas de citas, diagramas e ilustraciones originales sirven para mostrar de un rápido vistazo datos como que las colecciones de los museos particulares se reparten prácticamente al 50% entre Europa y Norteamérica, con una preeminencia de mecenas masculinos (87,4%) frente a los femeninos y, por supuesto, mayoritariamente blancos (85,45%) seguidos muy de lejos por los asiáticos (9%).
Frente a estas cifras globales, detalles que se centran en cuestiones más particulares como el color, con ese curioso cuestionario concebido por Kandinsky en 1923 para sus estudiantes de La Bauhaus. O la frase de Yves Klein que define su legado artístico, así como el tono al que dio nombre. «El azul no tiene dimensiones. Está más allá de las dimensiones que forman parte de los otros colores».
Capítulo aparte merece la doble página donde aparecen las parejas artísticas, con binomios célebres como Diego Rivera y Frida Kahlo, el matrimonio Delaunay, Gerda Taro y Robert Capa, o Camille Claudel siempre a la sombra de Rodin. Estas y las páginas consecutivas relativas a las musas de los pintores, ilustran bien esa línea difusa entre modelo y amante, esposa y compañera de taller.
Entrando en datos puramente anecdóticos, resulta divertido descubrir los nombres de las mascotas de ciertos autores célebres que protagonizan los manuales de Arte. Frank Stella, por ejemplo, tuvo un gato llamado Marisol, mientras que Baldessari, enamorado de los clásicos, llamó a sus perros Giotto y Goya. ¿Sabían que Dalí tuvo un ocelote llamado Babou?
Publicado en pequeño formato –menos de una cuartilla– y con las tapas de cuero sintético naranja, el libro se plantea como un pequeño diario donde se pueden anotar al margen otros detalles podrían interesar (como por ejemplo, que Leonardo era zurdo y escribía con la ayuda de un espejo o que el logo de chupa chups es de Dalí). Porque eso es exactamente lo que este libro pretende ser: un compendio de datos, cifras y curiosidades que dibujan otra visión del mundo artístico. Sol G. Moreno