Ansorena cierra la temporada con un Rusiñol de 95.000 euros
Pintado en 1930, un año antes de su muerte, se ofrece en la cita de los días 23 y 24 de julio
La pintura finisecular representa, en nuestro país, el paso del mundo decimonónico, vinculado a la tradición, a la modernidad. Aquí no hubo vanguardias sino que los pintores se desplazaban e iban en su busca. Italia, y fundamentalmente Roma, en la tradición; Francia, y casi exclusivamente París, en la nueva visión. Por eso no es extraño que los pintores más cotizados de esa ápoca en nuestro país son los que hicieron el viaje a París, y cambiaron sus planteamientos, catalanes y vascos, fundamentalmente; y los que habían optado previamente por lo italiano, y experimentaron un cambio superficial hacia el preciosismo por decirlo de algún modo, se quedaron anquilosados en unos modos que el tiempo, y el coleccionismo, ha mostrado faltos de vida y emoción.
Entre los catalanes brilló con luz propia Hermenegildo Anglada-Camarasa, con una propuesta sorprendente, y como paisajistas destacaron fundamentalmente Joaquín Mir y Santiago Rusiñol. Son los que conservan, aún hoy, precios de cierta entidad, al menos en sus piezas importantes, aunque no negaremos que han sufrido también los embates de la crisis. Pues bien, Ansorena ofrece un interesante Brollador del Parc Badés, Arbúcies (O/L, 104,1 x 123,2 cm; lote 226), de Santiago Rusiñol, pintado en 1930, apenas un año antes de fallecer; una placita con bolas de boj y flores en un amplio jardín de coníferas, donde el sol del atardecer intenso en color, muy anaranjado, y parco en calor ya, proyecta alargadas sombras. Presente en la muestra Exposició de Santiago Rusiñol, Ramón Casas y Enric Clarasó, que organizó la Sala Parés de Barcelona del 28 de febrero al 13 de marzo de 1931 (nº 11), aparece publicado en Las Noticias del 22 de marzo de 1931 (Marinello, pág. 7), en Santiago Rusiñol, el pintor, l’home de Laplana (1995, pág. 464, nº. 20.1.15, repr.) y en el posterior Laplana y Palau-Ribes, La pintura de Santiago Rusiñol, obra completa (vol. III, p. 203, nº 20.1.15, repr.).
Comprado en Christie’s Londres en julio de 2017 por 81,250 GBP (92.193 euros; ver), lejos de la estimación de 35,000 a 55,000 GBP pues no hubo interesados cuando se ofreció un año antes con estimación de 70,000 a 100,000 GBP, sale ahora a pujas por 95.000 euros. Siendo obra interesante, tardío resumen de su buen hacer, me temo que no será fácil su venta; y ojalá me confunda, pues apenas han pasado dos años y el público internacional no es el mismo que el nacional… De hecho, Ansorena ofreció en mayo de 2016 Aguas al atardecer (O/L, 100 x 112 cm) por 90.000 euros y no encontró comprador (ver). Lo mismo había sucedido en Balclis en dos ocasiones: en julio de 2015 con Estanys del desmais (Jardines de Monforte, Valencia) (O/L, 75 x 92 cm; ver), fechado en 1918 y expuesto ese mismo año en la Sala Parés (nº cat. 6), por 95.000 euros, y en octubre de ese mismo 2015 con La fuente de Narciso II (Jardines de Aranjuez), 1920 (O/L, 116 x 150 cm; ver), expuesto en la Sala Parés, Barcelona, 1921 (cat. 10), por 90.000 euros. Recordemos también que Fernando Durán adjudicó por 80.000 euros en abril de 2013 Atardecer en el Castillo de Sant Pere en Begur, Gerona (O/L, 80 x 126 cm) y que debemos remontarnos a mayo de 2011 para ver el remate por 100.000 euros en Balclis de La glorieta de los cipreses, del Jardín del Príncipe, 1930 (O/L, 108,5 x 137,5 cm), un colorido y luminoso lienzo de los buscados de Aranjuez.
De esta cierta modernidad, debemos mencionar la colección de obras de Ramón de Zubiaurre de un amigo del pintor, con bastantes dibujos sencillos, algunas acuarelas y gouaches (ver), y sobre todo tres lienzos, los lotes 179, 180 y 181, entre los que destaca un buen Desnudo, 1909 (O/L, 53 x 39 cm; 181), por el que se piden 7.000 euros.
Frente a la cierta modernidad de este paisaje de Rusiñol, pongamos un ejemplo del preciosismo tradicional del que hemos hablado. Se trata de Clérigos en la biblioteca (O/T, 35 x 50,5 cm; lote 227), del jerezano José Gallegos. Nadie duda de la calidad de esta tabla y de su capacidad para crear efectos lumínicos y textiles, además de presentar unos caracteres muy definidos en sus personajes. Su salida por 32.000 euros muestra ya una sorprendente pretensión pues ha sido comprada en Lempertz, Colonia, en mayo pasado por 14.880 euros (ver). En esa misma sala, en noviembre pasado, su mejor En la biblioteca (O/T, 25,5 x 38 cm; ver), subió de 10.000 a 31.000 euros. En nuestro país, su tabla de 13,5 x 20 cm, El cardenal en la biblioteca, alcanzó en Segre en febrero de 2016, los 10.000 euros. Nada que ver con los precios de antes de la crisis y de los años noventa: La partida de ajedrez (O/T, 15,8 x 25,7 cm) se vendió en Sotheby’s Londres en noviembre de 2006 por 21,600 GBP (32.034 euros; ver) –y no encontró comprador por las 10,000 GBP de la estimación baja en diciembre de 2014 (ver)-, muy lejos de los nada menos que 180,000 USD (136.954 euros) pagados en el ya lejano febrero de 1992 en Sotheby’s Nueva York por una fantástica Botica (O/T, 34 x 53 cm), pero que muestra a las claras la fuerte devaluación de este tipo de pintura.
Avancemos unas décadas, con la influencia francesa muy presente aún pero no ya de las vanguardias… Es la obra, primero, de Celso Lagar, de quien se ofrecen Personajes circenses (O/L, 50,5 x 61 cm; 419) por 15.000 euros y Bodegón con cuchillo, frutas y ave (O/T, 51 x 65 cm; 425), por 14.000 euros. Y, más tardío ya, de un cada vez más buscado y cotizado Carlos Nadal, en quien la influencia de Dufy es bastante clara. De su mano, se ofrece un sencillo pero colorista, con amplio celaje en azules en contraste con el verde de los árboles, La casa, 1964 (O/táblex, 65 x 81 cm; 421), con etiqueta de la sala Parés de Barcelona, por 20.000 euros, y un más interesante Terrasse Ville Spa, 1979 (O/L, 65 x 81 cm; 420), con más personajes, edificios y una especie de escena callejera en un café con las sombrillas, por los mismos 20.000 euros. No sería extraño en absoluto que subiese alguna que otra puja.
Me gusta especialmente un Paisaje (O/L, 65 x 81 cm; 33) de Juan Manuel Díaz Caneja; de acuerdo que no se trata de uno de sus campos en ocres, tierras y amarillos, pero los 6.000 euros pedidos no dejan de ser una atracción. Los Frailes, 1939 (grafito sobre papel, 85 x 64 cm; 52), de Benjamín Palencia, tienen la fuerza de su mejor época -con un dibujo fino especialmente visible en los rostros-; los 4.000 euros pedidos son más que justos. Y el delicado dibujo de Carmen Laffón se impone en Maceta con flores (lápiz sobre papel, 22,5 x 15 cm; 54), un pequeño capricho de calidad, con dibujo también en el reverso, por 2.000 euros.
Acabamos con Eduardo Arroyo y Antonio Saura, iconos de lo moderno en los años 50 y 60. Del madrileño, San Bernard Tomelet, 1965 (O/L, 80 x 100 cm; 282), firmado, fechado y titulado, sale a pujas por 12.000 euros; en su típico lenguaje deconstruido y colorista cuenta su historia, y ya sabemos que Ansorena tiene buenos coleccionistas de su obra. Y del oscense, Sin título, 1978 (38 x 37 cm; 285), una composición abigarrada de personajes sin rostro a base de tintas de colores negro, gris y blanco al modo de Pollock sobre cartulina pegada a tabla, pero por 10.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte