Álvaro Longoria: “El descubrimiento del caravaggio fue un ‘thriller’”

Álvaro Longoria: “El descubrimiento del caravaggio fue un ‘thriller’. La historia cambiaba constantemente”

En 2021, el cineasta oyó el rumor de que en Ansorena se iba a subastar por 1.500 euros una obra atribuida a un discípulo de José Ribera que, en realidad, era una pintura de Michelangelo Merisi que podría llegar a valer 300 millones de euros.

Así es como comienza el rodaje de The Sleeper. El Caravaggio perdido, una producción de Morena Films junto a Estrategia Audiovisual, Mediacrest y Fandango y con la colaboración del ICAA –Instituto de la Cinematografía y las Arts Audiovisuales–, que se estrenó el pasado 13 de mayo en los cines españoles distribuida por Elastica Films.

Aunque el protagonista del documental es el Ecce Homo de Caravaggio, se trata de un relato coral, narrado a través de historiadores del arte, marchantes e incluso los propios dueños de la pintura. Álvaro Longoria (Santander, 1968) cuenta cómo ha sido dirigir este documental y colarse en el mercado del arte.

Álvaro Longoria, director de 'The Sleeper. El Caravaggio perdido'.
  • ¿Qué le llamó la atención del Ecce Homo para querer seguirlo?

* La historia que había detrás. Cuando oí el rumor de que había aparecido un cuadro de Caravaggio en Ansorena, llamé a Jorge Coll, CEO de la galería Colnaghi, para decirle que me interesaba. Si él se involucraba, quería rodarlo todo desde el principio.

  • ¿De qué conoce a Jorge Coll?

* Somos amigos desde hace años y hay bastante confianza. Además, uno de los productores de la película, Ricardo Fernández-Deu, había trabajado con él.

  • ¿En qué momento del rodaje ve la pintura por primera vez?

* Cuando la sacan de Ansorena y la llevan a Colnaghi para comenzar la restauración. Primero estuvo en un almacén de seguridad y luego la trasladaron a la sede del anticuario. En el documental se ve cómo la transportan y la sacan de la caja. Es ahí donde la veo al fin e iniciamos el trabajo.

Cuando oí el rumor de que había aparecido un cuadro de Caravaggio en Ansorena, llamé enseguida a Jorge Coll. Quería rodarlo todo desde el principio»

  • ¿Por qué decide contar esta historia como una película de suspense?

* Es que fue un auténtico thriller. Nunca sabíamos qué iba a pasar, sucedían giros de guion y la historia cambiaba continuamente. Me pareció divertido hacer una cinta que contara la aventura del mercado del arte y los diferentes intereses que hay detrás. No quería que fuese un documental lento y aburrido, sino todo lo contrario: que pudiera tratarse como una película tipo Ocean’s Eleven o El secreto de Thomas Crown.

  • El título, The Sleeper, hace referencia a un descubrimiento inédito en el mercado, que según se dice en el documental «es el sueño de muchos». En su caso, ¿qué supuso este hallazgo?

* A mí me pareció increíble poder contar una historia así, porque se asemejaba más a una película que a la propia realidad. Tenía la oportunidad de mostrar un suceso muy poco común y teniendo un acceso privilegiado.

  • También se refleja la reacción de la familia Pérez de Castro a los periodistas. ¿De qué manera accede a los dueños del cuadro?

* A través de Jorge. Él les habla de mí y de la posibilidad de hacer un documental. Al principio la familia era muy reticente, pero cuando les dije que sería una pena no contar con su versión, al final accedieron a salir.

  • ¿Y el resto de los entrevistados?

* Pues unas veces a través de Colnaghi y otras no. Por ejemplo, hablamos mucho con la coproductora italiana, Fandango, para acceder a los marchantes italianos, porque no todos son tan amigos.

  • Con tantas horas de metraje, se habrá dejado fuera alguna parte de la historia.

* Creo que rodamos unas 130 horas en total, que incluyen la restauración y muchas entrevistas largas. El reto era dejarlo todo en lo mínimo, así que se eliminó la parte didáctica, académica y varios procesos de la restauración. Vamos, todo aquello que no ayudase a la trama del thriller. Nerea Méndez Pérez

Cartel del documental 'The Sleeper. El Caravaggio perdido'. ©Morena Films.