Alejandro Vergara: «Hemos recuperado 27 cuadros de Teniers de los almacenes, pues antes solo había uno expuesto»
El Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado explica los contenidos de las nuevas salas que se inauguraron ayer en el edificio Villanueva. Un apartado inédito para Teniers –relegado hasta ahora a los sótanos–, mayor espacio para Rubens y algo más de una estancia para Jan Brueghel –uno de sus pintores favoritos– integran las 120 pinturas recién colocadas en la segunda planta de la pinacoteca.
Alejandro Vergara es licenciado en Geografía e Historia y doctor en Historia del Arte por el Institute of Fine Arts de la Universidad de Nueva York. Especialista en Rubens, a quien dedicó su tesis, ha investigado también sobre la pintura holandesa de los siglos XVI y XVII. Lleva trabajando en el Museo del Prado desde 1990, casi tres décadas durante los cuales ha podido aprender y disfrutar de lo que considera “la mejor colección de pintura de Rubens que existe”. Ha sido profesor en las universidades de Columbia y de Nueva York.
En los últimos tiempos se ha enfrentado a la difícil tarea de reordenar la excelsa colección del siglo XVII de pintura flamenca del museo, un trabajo tan gozoso como trabajoso. Este es el último paso, de momento, del Plan de Reordenación de Colecciones del Museo Nacional del Prado que se inició en 2009. Las nuevas salas se abren al público hoy en la segunda planta del ala norte del edificio Villanueva –gracias a la colaboración de la Comunidad de Madrid, a la Fundación Iberdrola España y a Samsung–, donde también podrá verse el montaje del Tesoro del Delfín (restaurado durante los últimos tres años y ubicado ahora en la sala toroidal).
*¿En qué ha consistido la reordenación de la pintura flamenca?
*Hace ocho años, cuando decidimos hacer la exposición de Rubens 360º, hicimos una instalación temporal de las colecciones flamencas del XVII que se ha mantenido hasta ahora. Ocupaba media Galería Central, con las obras del pintor en gran formato, además de la sala 16B, que tenía una selección de todo un poco: Rubens en pequeño formato, Van Dyck, Jordaens, Jan Brueghel, etc. Pues bien, estos dos espacios permanecen y ahora se suman ocho nuevas salas en la segunda planta del edificio que permiten colgar cerca de un 10 % más de lo que teníamos. Ahora hay dos espacios diferentes donde se expone la pintura flamenca del XVII.
*¿Qué es lo que se ha quedado en la parte antigua?
*En realidad, lo único que ha cambiado en la Galería Central es uno de los cuatro tramos. Las tres Gracias se mantienen donde estaban, aunque ahora se muestran junto a cuadros maravillosos como Atlanta y Meleagro cazando el jabalí de Calidón o El jardín del amor, que han ganado protagonismo al pasar de la sala 16B a la Galería. También hemos reordenado lo que ya teníamos expuesto en esta última sala, dedicada a partir de ahora sobre todo a Van Dyck y Jordaens.
*¿Y cuáles son las obras que se han trasladado a la zona nueva?
*Por ejemplo, los óleos que integran la serie de la Torre de la Parada de Rubens, o los Cinco Sentidos de Jan Brueghel, los tres bodegones de Clara Peeters [que ahora se exponen junto a un cuarto que estaba en los almacenes] e incluso la Judit de Rembrandt.
*¿No cree que es una pena sacarlas de su contexto, donde se entenderían mejor? Ahora obliga al público a hacer una visita diferente.
*A mí me encantaría que toda la pintura flamenca desde el siglo XV al XVII se colgase junta, porque así se mantendría la continuidad. Pero eso no lo podemos hacer, porque tenemos que adaptarnos al edificio. En Viena, el Kunsthistoriches construyó una sala para que cupiese un cuadro enorme de Rubens, pero esto no ocurre en el Prado. También es bonito ver lo que tienes y estudiar cómo puedes casarlo todo. Por ejemplo, hay un rubens colgado junto a un tiziano que no hemos cambiado, tampoco el que se exhibe junto a Las Hilanderas, porque ayudan a entender esta obra de Velázquez.
«El monarca le pide 120 cuadros pero Rubens pactó reducirlos hasta 60 (…) Al final el artista pintó solo 14, el resto ni siquiera son de su taller»
*Explíqueme cuál es el recorrido que propone por las nuevas salas.
* Como hay dos ascensores el itinerario puede variar. Hay cuatro salas situadas frente a otras cuatro y, en el centro, se ubica el Tesoro del Delfín. La primera está dedicada a la Torre de la Parada de Rubens, una de las series más importantes que se pintan en Europa. Aunque estos cuadros ya se exponían, ahora se muestran en una sala única, tal y como ocurrió hace unos 10 años. Fue un encargo de Felipe IV, rey apasionado por el pintor; estaba tan obsesionado que pidió a Martínez del Mazo que hiciese copias de estos cuadros para poder colgarlos del Alcázar. Aquí podemos ver obras maestras como Saturno devorando a su hijo, de la que luego haría una versión Goya, cuidador de esta colección, o Vulcano.
*¿De cuántas pinturas constaba esta serie de la Torre de la Parada?
*El monarca le pide 120 pero Rubens pactó reducirlos hasta 60, aunque no estamos seguros del número exacto porque no se conservan documentos hasta el siglo XVIII. Al final el artista pintó solo 14, el resto ni siquiera son de su taller, sino de otros talleres que subcontrató.
*¡Subcontratos en el siglo XVII! ¿Eso era una práctica habitual?
*No, lo que sucede es que Rubens estaba demasiado ocupado. Por eso hizo todos los bocetos y algunos de los cuadros. Aquí se exponen los pintados por él, más uno del taller de Jacob Jordaens, que en aquella época era muy importante.
*¿Hay más telas de Rubens en el resto de las salas?
«A mí me encantaría que toda la pintura flamenca desde el siglo XV al XVII se colgase junta, porque así se mantendría la continuidad.»
*El espacio contiguo presenta al pintor en pequeño formato. Aquí se expondrá la serie de La Eucaristía, además de otros dos bocetos para otros conjuntos, pero llegarán en agosto porque ahora están en la exposición temporal de Rubens. Pintor de bocetos. Actualmente puede verse Danza de personajes mitológicos, un óleo que perteneció a su propia colección y que Felipe IV compró a su viuda; habla del deseo y la sexualidad como generación de vida. También me gustaría destacar una tela de Paul Bril que el artista compró y transformó; en origen era un paisaje con san Jerónimo, pero Rubens lo convierte en una escena mitológica cuando transforma al ermitaño en una Psique desnuda.
*Aludía antes a un 10% más de obra expuesta. ¿Qué pinturas inéditas va a encontrar el público?
*Hay una sala que me ilusiona mucho porque llevaba años sin verse y es la dedicada a David Teniers. Era un autor muy productivo, a veces por eso la gente no le valora demasiado, pero muy fino de mano. Un pintor exquisito. Hemos recuperado 27 cuadros suyos de los almacenes, pues antes solo había uno expuesto [El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas].
*Feliz bienvenida, entonces. ¿Algún otro autor afortunado?
*Quizá Jan Brueghel, uno de los pintores más exquisitos que ha existido jamás. Ahora hay una sala dedicada en exclusiva a él, con una decena de pinturas ya conocidas, entre ellas la serie de los Cinco Sentidos, más cinco nuevas. También se ha recuperado algún bodegón y varios paisajes suyos del almacén. Esta es una de las estancias que me vuelve loco, y ya sé que te lo he dicho de otras…
*Entonces, ¿se queda con Teniers o con Brueghel?
*En el fondo el que más me gusta es Rubens, pero Brueghel fue un pintorazo. Hace unas composiciones muy de miniatura, ricas de color, con mucho detalle. Todo muy bien caracterizado, a menudo con pinceles de un solo pelo, de manera que te imaginas al artista con la lupa pintando. Es uno de los dibujantes más exquisitos que existen al óleo.
* También hay una sala dedicada al paisaje flamenco del XVII.
*Antes tenía muy poca representación en el Prado. Ahora hemos incluido 11 cuadros nuevos muy interesantes, como Fiestas del Ommegang en Bruselas: procesión de Nuestra Señora de Sablon de Denis van Alsloot. Isabel Clara Eugenia encargó el cuadro un año después de celebrarse la procesión en 1615, para enviárselo a su hermano. Es una pintura muy divertida, porque está llena de metáforas, se ve a gente ligando, comiendo e incluso hay una mujer que lleva una tarta. Tenemos varios cuadros de la misma serie, pero no podemos colgarlos todos porque son muy grandes. De momento, vamos a exponer solo este. Quizá en el futuro expongamos otro, tenemos uno en depósito en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
*¿Qué más pinturas nuevas integran esta sala?
«Antes el paisaje flamenco del XVII tenía muy poca representación en el Prado. Ahora hemos incluido 11 cuadros nuevos muy interesantes»
* Hay tres cuadros que quiero destacar, pertenecen a una serie de batallas de Peter Snayers. Son pinturas muy curiosas, porque documentan de manera topográfica cada batalla; primero hace un plano y, en primer plano, suele pintar una escena de género con soldados. De manera que convierte un mapa en una obra de arte.
*¿Echa en falta alguna obra en esta nueva y ampliada selección?
*Me gustaría haber puesto otra procesión de Van Alsloot, como te he comentado, y alguna cosa más de Jan Brueghel. También me sigue faltando un poco de espacio para un cuadro grande de Rubens.
*¿Cuánto se ha quedado en los almacenes?
*Para que te hagas una idea, de los cerca de 700 cuadros de pintura flamenca del XVII que tenemos se exponen unos 180. Pero creo que eso es común en el Prado, que posee unos 8.500 cuadros y solo puede exponer 1.500. Sol G. Moreno