Abalarte vende el Paisaje de Aranjuez de Joli por los 100.000 euros de la salida
El inédito Descendimiento de Francisco Bayeu se adjudica finalmente por 18.000 euros y el Estado compra una obra del taller del Greco por 1.200 euros
En nuestro artículo de previos (ver), advertíamos del interés que la cita de los días 3 y 4 de octubre de Abalarte prometía por la pintura antigua. Antonio Joli, Pedro de Camprobín y Francisco Bayeu eran los ases con los que la sala de la calle de Juan Bravo contaba, los que finalmente hicieron que la subasta mantuviese sus resultados, pero que no fueron los únicos.
Efectivamente, del italiano Antonio Joli (c. 1700-1777) se ofrecía una atractiva Vista panorámica del Palacio de Aranjuez con la plaza de san Antonio y el río Tajo con su embarcadero (O/L, 83 x 170 cm; 97). Ya comentamos que el simple hecho de sacar una pieza del italiano al mercado español era un logro; ahora debemos dar la enhorabuena a la sala por su venta a un teléfono, aunque sea por el precio inicial pedido, 100.000 euros, probablemente por el estado de conservación, un tanto barrido en varias partes del lienzo.
Procedente de la colección de Félix Boix, la catalogación sugería –por la coincidencia en las medidas que declaraba el inventario- que quizá se tratase de la Vista de Aranjuez que perteneció a Isabel de Farnesio. No era una pieza estrella, de esas que se comentarán entre los coleccionistas de Joli por su calidad, pero su venta sí quedará registrada. Y el nuevo propietario estará feliz de haber podido comprar una pieza del reconocido Joli en un precio semejante.
La otra de las importantes ventas fue, como era de esperar, el inédito, temprano y verdaderamente interesante Descendimiento (O/L, 103 x 61 cm; lote 65) del aragonés Francisco Bayeu (1734-1795). Con un color y una composición de deudas aún tardobarrocas, de Giaquinto para ser más concretos, el precio de 10.000 euros se volvía especialmente atractivo para los pocos coleccionistas que aún quedan de la pintura de este tristemente denostado siglo XVIII. Y así, no fue extraño que subiese poco a poco hasta adjudicarse en unos más razonables 18.000 euros, un precio todavía un tanto escaso para su calidad.
Desgraciadamente, los bodegones de Pedro de Camprobín fallaron, y no hubo interesados que diesen los 20.000 (ver) y 95.000 euros (ver) solicitados. Sin embargo, el relevo fue tomado sin mayor problema por los teloneros de los que se esperaba poca presencia, pero que terminaron teniendo un papel más que secundario. Me refiero a la venta de varios lotes, dos de los cuales habían salido anteriormente: la pareja de lienzos de Francisco Solimena, Trinidad con san Felipe Neri y Escena de gloria con santos (O/L, 69,5 x 99 cm c/u; 50, ver) se adjudicó por 15.000 euros, el mismo remate que encontró la Huida a Egipto (O/L, 188 x 126 cm; 1110, ver) de Alonso del Arco, que había salido por 13.000 euros. Todo esto entraba dentro de la lógica; la sorpresa llegó, sin embargo, en el lote 1108, un tapado de la Escuela holandesa, c. 1800, Retrato de dama (O/L, 64 x 55 cm; 1108), que de los 850 euros iniciales terminó sus pujas en nada menos que 11.000 euros, pues los coleccionistas debieron pensar más bien en el siglo XVII…
Debemos mencionar también, sin duda, la venta del Bodegón de dulces con dos pájaros (O/L, 83 x 122 cm; 1032, ver), del Taller de Juan van der Hamen, por 7.000 euros, su salida, y la subida de 3.000 a 6.500 euros del Paisaje con personajes en un jardín con la fuente de Heracles e Hidra (/O/L, 100 x 180 cm; 1033) del Círculo de Juan de la Corte. Y para terminar este apartado, la sorprendente compra del Estado, que se hizo con una copia del Greco, San Francisco arrodillado en meditación (O/L, 137 x 100 cm; 44), quizá por estar firmado y fechado por la pintora granadina Mariana de la Cueva Benavides y Barradas en 1664…
En el siglo XIX hubo otras ventas interesantes, ya brevemente. La primera, la subida de la atractiva tablita de Aureliano de Beruete, Lavanderas en el río Manzanares (O/T, 15 x 28 cm; 1140), que pasó de 3.500 a 9.500 euros; buena compra, sin duda. En una línea similar de paisaje, Costa cantábrica (O/L, 31,5 x 45,3 cm; 111, ver) de Juan Martínez Abades, pasó también de los 3.000 euros iniciales hasta los 5.500; en cambio, por el pequeño lienzo pegado a táblex de Joaquín Sorolla, Barcas en la arena, c. 1904 (12,5 x 19,1 cm; 127, ver) no hubo interesados en pagar los 45.000 euros pedidos por la sala.
Terminamos con el sigo XX. Paisaje con campesinos filipinos trabajando (O/táblex, 55 x 115,5 cm; 28, ver), firmado en 1962 por el filipino Romeo Tabuena, se vendió en los 12.000 euros de la salida. Piedras, 1964 (O/T, 18 x 18,5 cm; 85), de Claudio Bravo, subió de 5.000 a 7.000 euros, otra buena compra. En cambio, el dibujo de José Gutiérrez Solana, Miércoles de Ceniza, c. 1933 (tinta, 34 x 25,5 cm; 1011, ver), del que se esperaba algo más, se adjudicó en los 5.000 euros de su salida. Daniel Díaz @Invertirenarte