El II volumen del Catálogo razonado de los dibujos de Goya presentado en el Centro Botín
Esta mañana la Fundación Botín y el Museo Nacional del Prado han presentado en Santander el volumen II del Catálogo razonado de los dibujos de Francisco de Goya, una publicación dirigida por José Manuel Matilla, jefe del departamento de Dibujos y Estampas del Museo del Prado, y Manuela B. Mena Marqués, jefa del Área de Conservación de Pintura del siglo XVIII y Goya del mismo museo, que recoge la primera producción de dibujos del pintor aragonés, desde 1769 y 1771 hasta los comienzos de la década de 1790, cuando inició sus libros de dibujos y los aguafuertes de los Caprichos. En este libro se incluyen, además de las contribuciones de los dos directores de la edición, textos de Virginia Albarrán, Juan Carrete Parrondo, José Gudrun Maurer y Gloria Solache.
En la presentación de esta investigación pionera han intervenido el presidente de la Fundación Botín, Javier Botín, quien ha subrayado que la investigación sobre el dibujo español se puso en marcha a instancias de Alfonso E. Pérez Sánchez en 2005 y que se ha convertido en uno de los ejes centrales de la programación de la Fundación y ha permitido editar siete catálogos razonados del dibujo de pintores españoles con diferentes exposiciones en torno a los mismos y añadió que la colaboración público-privada ha sido modélica y permite abordar iniciativas ambiciosas como este catálogo razonado de Goya y otros anteriores. Por su parte, el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, calificó esta edición del catálogo de Goya de hito historiográfico y agradeció el interés real por el arte de la Fundación Botín que ha permitido poner en marcha publicaciones sobre la colección de esculturas y de obra sobre papel del Museo del Prado, y sobre todo el esfuerzo y conocimiento de Manuela Mena, José Manuel Matilla y sus equipos para abordar la faceta de Goya como dibujante, “uno de los grandes colosos del arte occidental y el más actual de todos los artistas”.
Posteriormente los dos directores del catálogo intervinieron junto al director artístico del Centro Botín, Benjamin Weil. José Manuel Matilla destacó el carácter colaborativo de este proyecto de investigación, en que todo el equipo ha compartido el conocimiento. Este segundo volumen, que en realidad es el primero editado de los cincos previstos, incluye alrededor de 240 dibujos, con dos descubrimientos: un dibujo en una carta a Martin Zapater de 1790, hecho a pluma, y un segundo que fue boceto preparatorio para cartón posterior, hecho con lápiz negro de la primera mitad de 1788, una vista de Madrid desde la pradera de San Isidro. Y también ha permitido quitar la atribución a seis dibujos, incluido uno del Prado, que llegó al Prado en 1931 procedente de la colección Valentín Cardedera con el título de San Francisco de Borja y el moribundo impenitente. Y finalmente dijo que este trabajo nos está permitiendo en suma profundizar en “lo que es, lo que no es y lo que sería”.
Por otro lado, Manuela Mena ahondó en que ha sido un proyecto divertido en torno a un artista muy complejo, con su doble vertiente: literaria y gran creador de imágenes nuevas y eso le hace único. Para ella el dibujo italiano fue fundamental para Goya en los dos años que pasó en la Ciudad Eterna. “Es increíble su síntesis y su capacidad de movimiento que revela en sus dibujos”. Y manifestó que es difícil saber la intimidad de una persona a través de sus cartas y dibujos pero en Goya se intuyen una serie de rasgos: sentido del humor, capacidad política, elevado sentido de la amistad como la que tuvo con Martín Zapater, pero resulta muy difícil luchar contra la leyenda negra del mal carácter de Goya porque atrae más lo negativo que su posible verdad.
Y no conviene olvidar que la Fundación Botín, institución que apoya desde hace 12 años el estudio, la publicación y la exposición de dibujos de los principales artistas españoles, promueve ahora la edición de este catálogo razonado, que abarca el corpus principal de los casi 1.000 dibujos del artista de Fuendetodos, los 520 dibujos de Goya pertenecientes al Museo Nacional del Prado y otros 400 presentes tanto en colecciones particulares como en los fondos de cuarenta instituciones internacionales entre las que se encuentran el Rijksmuseum de Amsterdam, el Art Institute de Chicago, el Museum of Fine Arts de Boston, el British Museum de Londres, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Musée du Louvre de París o el Hermitage de San Petersburgo, entre otros.
Este proyecto de edición integral ha supuesto, para la Fundación Botín, una inversión de más de 1,5 millones de euros. Se prevé que el próximo volumen esté terminado en 2019, pero los directores del proyecto no han podido confirmar cuándo estará concluíd0 todo el catálogo. Asimismo se han organizado dos exposiciones temporales. Una que ya tuvo lugar en el Centro Botín coincidiendo con la apertura del centro de arte el pasado año, titulada Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya; y la segunda que se celebrará en el Museo Nacional del Prado en noviembre del año que viene, coincidiendo con la conmemoración del bicentenario de la pinacoteca.
Considerados “el diario visual del propio Goya”, los dibujos del maestro aragonés revelan su universo interior y peculiar visión del mundo, de un gran maestro en el arte del dibujo que ha inspirado a numerosos artistas posteriores, porque no conviene olvidar que su relevancia es comparable a la fuerza de sus pinturas y a su quehacer como grabador.
El catálogo comienza con el Cuaderno italiano, una obra compleja, fechada entre 1771 y 1788, que se estudia página a página pero que mantiene la unidad formal de la doble paginación a la que obliga su encuadernación. El hecho de que se haya conservado prácticamente íntegro hasta nuestros días requiere dejar constancia de las páginas en blanco, así como mencionar aquellas de las que tenemos pequeños vestigios de que existieron y luego fueron arrancadas.
El segundo grupo lo conforman los dibujos incluidos en las cartas a Martín Zapater, entre las que conviene citar una antigua con dibujo, fechada en 1777 y la última en 1802. Aunque un buen número de cartas traspasan el marco cronológico de este volumen, se ha preferido mantener su unidad conceptual, reforzada también por la ausencia de evolución estilística en un tipo de dibujos estrechamente asociados a un texto y en los que es difícil poder apreciar cambios formales.
El tercer bloque está dedicado a los dibujos para pinturas y se subdivide en dos conjuntos. El primero incluye los dibujos preparatorios para cartones de tapices realizados entre 1775-1788 mientras que el segundo referencia los dibujos restantes relacionados con pinturas de estos primeros años. Así, coloca en primer lugar los preparatorios para los frescos de la basílica del Pilar de Zaragoza, realizados en 1772. A continuación, aparecen aquellos otros vinculados con pinturas conocidas, junto a estudios para pinturas no realizadas o desconocidas.
Los dibujos para grabados constituyen el cuarto grupo del catálogo, que están organizados en tres conjuntos. En el primero, figuran los relacionados con aguafuertes de su invención realizados al comienzo de su carrera, entre 1772 y 1780; el segundo reúne todos los preparatorios para su serie de los aguafuertes de pinturas de Velázquez, realizados entre 1776 y 1792, aproximadamente. En este grupo el orden sigue un criterio cronológico, independientemente de que se conserve o no la obra.
Por último, los dibujos de encargo que Goya hizo entre 1777 y 1794, aquellos que fueron utilizados por otros grabadores profesionales para realizar grabados con la técnica académica de la talla dulce. Finalmente, en el apartado de varios, aparece una academia, junto a otros dibujos rechazados, que por sus características no pueden incluirse en ninguno de los grupos anteriores.
A este volumen, le seguirán otros tres que estudiarán de forma cronológica sus libros de dibujos, los dibujos preparatorios para sus series de estampas (Caprichos, Desastres de la guerra, Tauromaquia y Disparates), así como el resto de dibujos singulares o los que forman series para diferentes proyectos. Finalmente, la publicación completa del Catálogo razonado de los dibujos de Goya culminará con el Volumen I, que reunirá los estudios de los resultados de las investigaciones y en donde quedará plasmado el conocimiento alcanzado por el equipo de trabajo a través de la catalogación de los dibujos. En ese primer volumen se analizará la técnica, el valor funcional del dibujo en el proceso creativo de pinturas y estampas, el evidente carácter secuencial de muchos de ellos y su sentido ideológico, así como la historia de su dispersión y coleccionismo.
La Fundación Botín ha editado antes del catálogo razonado de los dibujos de Goya otras investigaciones de artistas españoles como Eduardo Rosales, Antonio del Castillo, Pablo Gargallo, Alonso Cano, Mariano Salvador Maella, José Gutiérrez Solana y Bartolome Esteban Murillo. El dibujo para la Fundación santanderina es muy importante como se ha constatado también con la selección de Julie Mehretu, que formó parte de una exposición o de otra muestra comisariada por María José Salazar El grito silencioso. Dibujos de Millares, que abrirá sus puertas en 2019. Julián H. Miranda