El sonido del norte de África en el Thyssen

El sonido del norte de África en el Thyssen

El museo, junto con TBA21 y la colaboración de la Fundación Ecolec, acoge At-Tariq, la primera exposición individual de Tarek Atoui en Madrid. Es el resultado de la investigación que este artista y músico ha llevado a cabo sobre la cultura sonora de la esfera árabe, especialmente, al norte del Atlas.

«La cultura nunca es reaccionaria». Esas fueron las palabras de la directora artística de TBA21, Daniela Zyman, durante la presentación de la muestra At-Tariq de Tarek Atoui en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza este lunes.

Zyman, que es la comisaria de la exposición, se expresó de esa manera al reflexionar acerca de uno de los componentes principales del trabajo del artista: la tradición.

En concreto, se trata de la tradición musical rural de los pueblos del norte de África, los denominados amasigh (usualmente llamados bereberes).

Desde 2022, Atoui, artista y músico, ha documentado las manifestaciones sonoras locales, aquellas que están alejadas de lo comercial o académico.

Vista de la exposición 'Tarek Atoui. At-Tariq'. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. Febrero, 2025. © TBA21 - Lourdes Cabrera.
Tarek Atoui en la exposición 'At-Tariq'. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. Febrero, 2025. © TBA21 - Lourdes Cabrera.

La comisaria reflexionaba sobre la politización de la identidad y las tradiciones en la actualidad, «solo hay que pensar en el etnonacionalismo del Make America Great Again», y sobre la necesidad de distinguir entre propaganda y cultura.

Y, desde luego, todos los involucrados en esta rompedora exposición están orientados a tender puentes, a buscar la convivencia entre civilizaciones.

El propio título, At-Tariq se traduce como “el que llega por la noche”, evocando la imagen de alguien que aparece en tu umbral buscando tu hospitalidad.

Pero también, en un doble significado, se identifica con el Lucero del Alba, la luz que llega al comienzo o final de la noche y que  puede guiar a los viajantes.

Sin embargo, el camino que Atoui ha transitado hasta llegar dónde está partió de la más rabiosa contemporaneidad. Según admite él mismo, la música árabe de su juventud –es de origen libanés-francés– no le atraía.

Sus primeros pasos fueron dentro de la música electroacústica y la concreta, influido por el Fluxus. Desde esa base intelectual fue desde dónde redescubrió la música clásica árabe y pudo unir los dos mundos.

Después, desarrolló su práctica de forma nómada, creando happenings e impartiendo talleres. Esta última vertiente didáctica es de gran importancia para un creador musical que está especialmente interesado en aquellos sin una formación reglada en ese campo o, incluso, aquellos que no tienen el sentido del oído.

De ese tipo de colaboración es de dónde han surgido las instalaciones sonoras de At-Tariq de Tarek Atoui que ahora se exponen en el Thyssen. Para su escucha, se han diseñado cinco estaciones de escucha inspirados en los Majlis, los espacios de los hogares árabes donde se practica la hospitalidad con los visitantes.

Sofás, alfombras y diversos instrumentos musicales llenan la sala de exposición, intercalados con los altavoces y cables que reproducen la pieza de manera constante.

Esa amplificación se consigue, precisamente, con la interacción con diversos materiales –bronce, textiles, piedra, cerámica…–, que gracias a sus propiedades distintitas dan como resultado un amplio abanico de tonalidades.

El origen de la composición está en la residencia artística que llevó a cabo Atoui en Córdoba en 2023. Allí, en colaboración con otras tres artistas sonoras –Ziúr, Susie Ibarra y Nancy Mounir–, se mezclaron canciones populares amazigh –recopiladas in situ, no a través de archivos– con música electrónica e improvisación.

Vista de la exposición 'Tarek Atoui. At-Tariq'. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. Febrero, 2025. © TBA21 - Lourdes Cabrera.
Vista de la exposición 'Tarek Atoui. At-Tariq'. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. Febrero, 2025. © TBA21 - Lourdes Cabrera.

La inclusión del arte sonoro dentro del programa del Thyssen-Bornemisza surge de su colaboración con el TBA21 (además de la colaboración con la Fundación Ecolec).

Durante la presentación de la exposición, Francesca Thyssen-Bornemisza, la fundadora de TBA21, habló de la importancia que tenía el sonido dentro de nuestra cultura y su continuo apoyo a los creadores que se mueven en ese ámbito.

Como no podía ser de otra manera, la exposición no será un evento estático. A lo largo de los tres meses en los que se podrá visitar, habrá un amplio programa de actividades con visitas guiadas nocturnas, conciertos, conferencias y talleres interactivos. Todo esto en colaboración con EducaThyssen y Mondo Sonoro y con el apoyo del Institut Français, Casa Árabe y Fundación Euroárabe de Altos Estudios.