Picasso entra en el Prado
El museo acoge desde ayer Busto de mujer, una obra de 1943 con la que el artista malagueño respondió a la violencia de la II Guerra Mundial. La pintura ha sido donada por American Friends of the Prado Museum gracias a la familia Arango Montull mediante la Aramont Art Collection.
El Museo del Prado amplía sus horizontes cronológicos hasta mediados del siglo XX, y lo hace con el artista español más internacional, Picasso. Desde ayer cuelga de la sala 9 B –junto con obras de El Greco, Velázquez y Luis Tristán– Busto de mujer, una pintura realizada en 1943 como reacción a las noticias de la extrema violencia que arrasaba Europa durante la II Guerra Mundial. Durante ese periodo fueron muchas las figuras femeninas sobre las que experimentó con la deformación de los rasgos, añadiendo características animales o abstractas. En concreto, Busto de mujer es el resultado de una única jornada de trabajo en su estudio en la calle Grands-Augustine de París.
Según las declaraciones durante la presentación de Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del Siglo XIX, y Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1800, hay una innegable impronta del arte español del Siglo de Oro en la composición: desde el formato de medio cuerpo al fondo abstracto e indefinido. Esa fuente de inspiración en la obra de Picasso ha sido una de las razones para exponerla entre retratos de El Greco –incluyendo El caballero de la mano en el pecho– y El bufón Calabacillas de Velázquez. Esta última fue una de las obras que artista copió en una visita al museo cuando era joven.
En la misma sala también se encuentran otras composiciones de gran formato de El Greco y un Calvario de Luis Tristán que forma parte de la Donación Plácido Arango, quien fue patrono de honor del Real Patronato del Museo del Prado hasta su fallecimiento en 2020. Este contexto expositivo tiene un doble recorrido tal y como apuntó Portús citando a Saura: «Las obras del pasado y del presente se iluminan mutuamente». De esta manera, mientras los antiguos maestros nos ayudan a entender más a Picasso; Velázquez y El Greco también son mejor comprendidos en retrospectiva.
La incorporación de Busto de mujer se ha hecho efectiva en un régimen de préstamo por 5 años que ha tenido a American Friends of the Prado Museum y a la familia Arango Montul, a través de Aramont Art Collection, como benefactores. Pero, según ha explicado Miguel Falomir, director del museo, se trata de un paso requerido por la normativa de los American Friends: «Ya pasó con el Felipe III de Velázquez y con Cristo Resucitado de Giulio Clovio. Después de cinco años pasan a ser propiedad del Prado».
Ante las dudas que haya podido despertar esta inclusión que, aparentemente, entraría en conflicto con decreto ley de 1995 que definía el reparto de colecciones entre el Prado y el Reina Sofía –con el nacimiento de Picasso como fecha divisoria–, tanto Falomir como Javier Solana, presidente del Patronato, han asegurado la legalidad y validez del proceso. Se ha apuntado a la ley reguladora del Museo del Prado de 2003 como normativa vigente frente a un decreto ley anterior. En ese sentido, Solana declaró que: «En esa ley se dice de manera explícita que las donaciones deberán ser acogidas por el pleno del patronato. Queda claro lo que tiene que hacer el Prado ante una donación y así se ha hecho». Por su parte Falomir remarcó que «la voluntad del donante es sagrada». Héctor San José.