55.000 euros por el Canogar de 1959 en Sala Retiro
Las mejores ventas en la cita de ayer 10 de abril fueron el cartón de Antoni Tàpies y una serigrafía de Alex Katz
Que se iba a vender en Sala Retiro el impresionante lienzo de 1959 de Rafael Canogar, Pintura (O/L, 195 x 130 cm; lote 80), del que hablamos largo y tendido en nuestro artículo de previos (ver), no me cabía ninguna duda, aunque fuese por los atractivos 40.000 euros pedidos de salida. Que haya subido a 55.000 euros (66.550 euros con el 21% de premium), ya me parece algo mejor. Pero sigo pensando que se venden estas piezas por precios bastante inferiores a la calidad que tienen y a su curriculum. No en vano ésta fue una de las piezas seleccionadas para la Bienal de 1959 en Sao Paulo –su etiqueta trasera del Ministerio de Asuntos Exteriores así lo dice- y que, probablemente, fue expuesta allí.
Sin embargo, nos topamos con el problema de siempre, de estos últimos años: la crisis económica, que esconde tal vez un problema mayor: el del escaso coleccionismo español que sustente los precios, más allá de poco menguante eco de nuestra vanguardia en el mundo internacional… Y así es complicado defender unos precios, que poco a poco bajan sin remedio. Me explico.
Pintura nº 48, 1959 (O/L, 200 x 150 cm) se vendió en Christie’s Londres en febrero de 2004 por 53,775 GBP (78.861 euros; ver); al venderse de nuevo en 2006, en octubre en Christie’s Madrid, alcanzó nada menos que los 144.000 euros (ver), lejos de la estimación de 50.000 a 80.000 euros, casi el doble en apenas dos años. ¿Precio un tanto hinchado por la alegría que reinaba entonces? Justo un año después, en octubre de 2007 de nuevo y en la misma sala del Palace, Christie’s Madrid vendió por 36.250 euros (premium ya incluido, como en los anteriores) Pintura nº 34, 1959 (O/L, 100 x 100 cm; ver); lamentablemente, tras haber salido después en un par de ocasiones a pujas, se adjudicó en Fernando Durán en julio de 2013 por 16.000 euros. ¿Precio excesivamente devaluado por la crisis?
Más cercano aún: un soberbio Pintura nº 47, 1959 (O/L, 200 x 150 cm) se vendió en Arnold, Frankfurt, en noviembre de 2013, por apenas 33.000 euros. El pasado 27 de marzo, hace cuatro días como quien dice, Gallo, 1960 (O/L, 162 x 130 cm), con un curriculum similar en importancia, se ofreció en Alcalá Subastas por 70.000 euros y, desgraciadamente, aunque esperanzas había, no hubo interesados (ver). Lo escribo para que valoremos la situación y la venta por 55.000 euros de la Pintura, 1959, de ayer.
Del catalán Antoni Tàpies, se ofrecía un buen y trabajado cartón Sin título, hacia 1970 (Tm, pintura y ensamblaje, 60,3 x 80,5 x 1,5 cm; lote 85), con una interesante superficie… Con certificado de la Comisión Antoni Tàpies, con número T-9833 y fecha de 18 de diciembre de 2017, se remató por los 34.000 euros pedidos gracias a una puja previa por escrito.
Lamentablemente, no hubo interesados en las dos piezas de Antoni Clavé, Nature morte au poisson, 1954 (O/T, 54 x 73 cm), por la que se pedían 18.000 euros, ni Roi, 1959 (O/papel/L, 81 x 64,5 cm), por 10.000 euros; tampoco, y estos ya era más previsible, hubo coleccionista que pagase los 90.000 euros pedidos (108.900 euros suponía levantar la mano) por Rosa igual a luz, 1967 (O/L, 260 x 195 cm), de Manuel Hernández Mompó. Al final, de la modernidad española de los años 50 y 60 con estos autores, la que hablamos en el artículo de previos, van quedando cada vez menos; Canogar y Tàpies se confirma que sí.
Sorprendió, eso sí, la serigrafía del americano Alex Katz. Brisk Day, 1990 (91 x 73,5 cm), firmada y numerada 84/150 (+15AP), pertenece a un tríptico (serigrafía, aguatinta y xilografía) del que ofrecimos ayer mismo (ver) dos referencias más, de venta del tríptico completo en Christie’s Londres. Con su lenguaje simplificado, precursor del pop en un principio y deudor ya a estas alturas, sigue entusiasmando a los coleccionistas pasados los años. Adjudicada por 11.000 euros, lejos de los 6.000 de la salida, me temo que muestra bien a las claras no sólo la potencia económica de este artista sino el interés de algunos coleccionistas por comprar piezas de extranjeros, más solventes en el futuro de lo que han sido algunos españoles importantes. Daniel Díaz @Invertirenarte